Meloni y Berlusconi firman una tregua y se comprometen a formar un Gobierno «cuanto antes» en Italia

El enfado del cuatro veces primer ministro está motivado por la falta de acuerdo para repartirse el poder en el nuevo Gobierno, en el que llevará la voz cantante FdI, que obtuvo el 24% de los votos en los recientes comicios frente al 8% logrado tanto por Forza Italia, el partido de Berlusconi, como por la Liga de Matteo Salvini, el tercer aliado de la coalición conservadora. Está previsto que en los próximos días comience la ronda de consultas del jefe del Estado, Sergio Mattarella, con los presidentes de la Cámara de los Diputados y del Senado y con los representantes de los diversos partidos. Estas conversaciones concluirán salvo sorpresa con el encargo a la líder de FdI de que forme el Gobierno.

En el encuentro de este lunes entre Meloni y Berlusconi ambos acordaron precisamente acudir en una delegación única junto a Salvini a la próxima cita con Mattarella. No es una cuestión baladí, pues la semana pasada varias voces dentro del partido del magnate abogaban por presentarse por su cuenta ante el presidente de la República. El senador Gianfranco Micciché, uno de los pesos pesados de FI, iba incluso un paso más allá y pedía que FI no forme parte del próximo Ejecutivo y le ofrezca sólo un apoyo externo en el Parlamento. «Meloni está tratando de acabar con Berlusconi», dijo Micciché en una entrevista con el diario turinés 'La Stampa'.

Los dos líderes, de momento, entierran el hacha de guerra y se comprometen a dar vida «cuanto antes» a un Ejecutivo «fuerte, cohesionado y de perfil alto, que se ponga al trabajar de inmediato para afrontar las emergencias», según asegura el comunicado conjunto ofrecido por FdI y FI. Meloni y Berlusconi afrontaron además la cuestión de la crisis energética, la primera 'patata caliente' a la que tendrá que responder el nuevo Gobierno y que se tratará en el Consejo Europeo que se celebra el jueves y el viernes.