Johnson se resiste a dimitir disculpándose por el 'partygate'

«Pagué la multa inmediatamente y ofrecí mis disculpas. Repito ahora mi sentida disculpa», indicó en la Cámara de los Comunes. Johnson aceptó una vez más el veredicto de Scotland sobre su participación en la fiesta de cumpleaños que su mujer, Carrie, le organizó en la sala del gabinete, en Downing Street, el pasado junio. Es muy probable que vuelva a ser penalizado por otras reuniones sociales con el equipo de asesores y funcionarios gubernamentales, que la Policía está investigando. De momento, se han emitido más de medio centenar de multas y entre los receptores están el matrimonio Johnson y el ministro del Tesoro, Rishi Sunak.

«Fue un error y lo siento», afirmó el 'premier' en su intervención parlamentaria. Johnson se escudó en la retórica del 'mea culpa' en sus respuestas a críticas de los diputados y argumentó que la coyuntura internacional y los cambios introducidos en Downing Street le impiden dimitir. «Se que hay mucha gente airada y decepcionada y, precisamente por ello, siento una obligación mayor a centrarme en las prioridades de los británicos y responder en la mejor tradición de nuestro país al bárbaro ataque de Putin contra Ucrania», justificó.

Las filas conservadoras protegieron a su jefe en el intento por zanjar la polémica, que enturbia su gestión y mina la confianza del electorado desde hace seis meses. Pero hubo notables excepciones entre la vieja guardia del partido. Mark Harper, anterior responsable de disciplina en los Comunes y de cepa 'brexitera' , pidió la renuncia inmediata de Johnson. «Lamento decir que tenemos un primer ministro que violó las leyes que el mismo pidió al pueblo que las cumplieran, no ha sido claro al respecto y ahora está pidiendo a las hombres y mujeres decentes de estas bancadas que defiendan lo que es indefendible», espetó desde su escaño 'tory'.

El futuro de Johnson sigue en manos de su grupo parlamentario. En liza está si Johnson mintió deliberadamente al Parlamento al negar, en distintas ocasiones, que se hubieran incumplido las normas de la pandemia en eventos de Downing Street. En algunos corrió el alcohol y hasta se rompieron juguetes del hijo mayor del primer ministro, según fotografías y comentarios destapados hasta la fecha y mientras se espera la conclusión final de la investigación de Scotland Yard y la publicación del informe oficial interno.

Por lo pronto, la oposición ganó una baza en los Comunes que mantendrá viva la cuestión por unos días más. El presidente de la Cámara, Lindsay Hoyle, dio luz verde a la celebración de un debate y una votación que abre la oportunidad de remitir el caso al Comité de Privilegios. Con una mayoría gubernamental próxima a los 80 escaños, es improbable que prospere esta moción que podría culminar en la penalización por desacato de un primer ministro, del que el 75% de la población cree que mintió sobre el 'partygate'.