La huelga de ferrocarriles y Lufthansa amenaza con paralizar toda Alemania este jueves y viernes

«Nadie comprende que el consorcio Lufthansa vaya a anunciar esta semana un resultado operativo récord, que haya subido apreciablemente las bonificaciones de sus directivos y que sus empleados en tierra, en parte con salarios por hora de solo 13 euros, no sepan cómo llegar a final de mes obligados a vivir en las ciudades más caras de Alemania», declaró Marvin Reschinsky, jefe negociador de Ver.di en el conflicto laboral con la aerolínea. La huelga del personal de tierra comenzará a las 4.00 horas del jueves y finalizará a las 7.10 del sábado. Será el tercer paro de esos trabajadores en lo que va de año, tras dos huelgas en febrero que forzaron en cada una de las jornadas a la suspensión de más de un millar de vuelos.

El paro en Lufthansa afectará fundamentalmente a los dos nudos aéreos de la compañía en los aeropuertos de Fráncfort y Múnich, pero también a los de Berlín, Hamburgo y Düsseldorf, entre otros. La huelga del pasado 2 de febrero dejó en tierra a unos 100.000 pasajeros. El sindicato Ver.di exige para el nuevo convenio subidas salariales del 12,5%, pero también una prima para compensar la inflación. La dirección de Lufthansa solo está dispuesta hasta ahora a aumentar los sueldos un 10% y suscribir un convenio válido para los próximos 28 meses, mientras los representante sindicales no están dispuestos a firmar documento alguno que tenga una validez superior al año. Patronal y sindicatos volverán a sentarse a negociar el 13 de marzo.

Mientras, el líder del sindicato ferroviario GDL, Claus Weselsky, anunció que el paro de 35 horas que dará comienzo ya este miércoles por la tarde no será más que el primero de «una oleada de huelgas» que harán que el ferrocarril «deje de ser un medio de transporte en el que se pueda confiar». Tras un paro en enero de seis día continuos, Weselsky subrayó que el que comienza esta semana será el último que se anuncie anticipadamente y que a partir de entonces, las huelgas que se comuniquen serán inmediatas con el fin de impedir que Deutsche Bahn tenga ocasión de elaborar planes de emergencia. Durante el último paro los maquinistas forzaron la suspensión de más del 80% de las rutas de largo recorrido, pero también la circulación de los trenes regionales y urbanos.

«Esta huelga va a durar exactamente 35 horas. Y serán 35 horas para que todo el mundo en esta república sepa por lo que luchamos: por la semana laboral de 35 horas», afirmó el jefe del sindicato GDL, cuyo equipo negociador rompió el diálogo el jueves pasado con la dirección de Deutsche Bahn al no avanzar en la imposición de sus demandas. Weselsky responsabilizó a la compañía ferroviaria del corte en las negociaciones por mostrarse intransigente y no ceder ni un ápice para buscar el acercamiento al sindicato de maquinistas. La empresa de ferrocarril alega que carece de personal suficiente para cubrir el recorte de la semana laboral y atender el funcionamiento regular de todas sus rutas.