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Darío Menor
Enviado especial. Bari
Jueves, 13 de junio 2024, 11:33
La ayuda financiera y militar a Ucrania para que pueda seguir resistiendo a la invasión de Rusia va a ser el tema estrella de la primera jornada de la cumbre del G7, que se celebra desde este jueves y hasta el sábado en la región italiana de Apulia, al sur del país, al ejercer el Gobierno de Roma la presidencia semestral de esta organización de la que también forman parte Estados Unidos, Reino Unido, Japón, Francia, Alemania y Canadá.
Tras ser recibidos por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, y hacerse la habitual foto de familia, los líderes mundiales presentes en el lujoso complejo hotelero de Borgo Egnazia mantendrán durante este primer día una serie de reuniones sobre el impacto del cambio climático en África, la situación de Oriente Medio y la guerra en Ucrania.
Está previsto que en este último encuentro participe el presidente ucraniano, Volódimir Zelenski, al que los mandatarios internacionales podrían anunciar, según adelantaron los equipos de negociadores, un plan de ayudas por un valor aproximado de 50.000 millones de dólares, que tendrían como garantía los intereses de los activos rusos congelados en Estados Unidos y Europa.
Del encuentro del G7 en Apulia se pretende que salga un compromiso para aumentar las entregas de armamento al Gobierno de Kiev para afrontar la amenaza de Rusia, que está recibiendo un apoyo por parte de China que podría estar en el punto de mira de la cumbre. Pocos días después de que tanto Estados Unidos como la Unión Europea anunciaron nuevos aranceles a la venta de automóviles fabricados en China, al considerar que reciben ayudas ilícitas por parte de las autoridades del gigante asiático, se espera que los líderes presentes en Apulia planteen un frente común contra el desafío industrial de Pekín. También podría llegar una advertencia para que las empresas chinas dejen de vender materiales tecnológicos a Rusia que puedan ser utilizados en la guerra contra Ucrania.
Las migraciones y la Inteligencia Artificial, sobre la que hablará el Papa Francisco este viernes en Borgo Egnazia, siendo el primer Pontífice en participar en una cumbre del G7, son otros de los temas del encuentro, cuya declaración final podría no incluir una mención al derecho al aborto, como estaba previsto inicialmente.
Mientras que en la anterior cumbre anual, celebrada en Hiroshima, se abogó por la necesidad de garantizar «un acceso efectivo y seguro» a la interrupción voluntaria del embarazo, en esta ocasión esta cuestión podría no mencionarse. Las posiciones frente al tema son antagónicas entre algunos de los Gobiernos presentes: mientras que el presidente francés, Emanuel Macron, impulsó la inclusión del derecho al aborto en la Constitución, el Ejecutivo italiano, liderado por la conservadora Giorgia Meloni, ha aumentado la financiación pública a las asociaciones antiabortistas.
La primera ministra italiana tendrá, en cualquier caso, un peso significativo a la hora de tomar decisiones en la cumbre de Apulia, y no sólo porque sea la anfitriona. A diferencia del resto de mandatarios, que llegan a la reunión anual del G7 lastrados por problemas domésticos, las encuestas menguantes o tras haberse llevado un revés en las elecciones europeas del pasado fin de semana, Meloni logró un gran éxito en los recientes comicios, lo que le permite afrontar esta cita como una oportunidad de oro para impulsar su perfil internacional. Además de los mandatarios de los países del G7 y del Papa, también estarán presentes en la cumbre los presidentes de Argentina, Brasil, India, Turquía, Argelia y Kenia.
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