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Caroline Conejero
Sábado, 1 de julio 2023, 20:27
El humo de los incendios forestales fuera de control de Canadá y la ola de calor extremo que azota una gran franja de territorio estadounidense han elevado las alertas sobre la calidad del aire y la peligrosidad para la salud al rojo y púrpura. Los ... meteorólogos advierten a los ciudadanos que se preparen para un verano asfixiante.
Numerosas ciudades en el noreste del país, incluidas Chicago y Detroit, permanecen bajo una espesa neblina proveniente de los más de 503 incendios forestales canadienses, 235 de ellos fuera de control, sin muestras de extinción a la vista. Un incremento considerable con respecto a los 450 incendios de mediados de junio.
La alerta púrpura de «aire muy poco saludable» ha sido establecida en toda la región que abarca Wisconsin, los Rápidos de Cedar en Iowa hasta Columbus, Ohio, y una franja del Medio Oeste. Mientras que, en partes del Valle del Mississippi, los Grandes Lagos, el Valle de Ohio, los Apalaches centrales, Maryland, Virginia, Pensilvania, Nueva Jersey y Nueva York, las alertas sobre la mala calidad del aire oscilan entre el naranja, rojo y púrpura.
El humo de los incendios forestales canadienses se ha combinado con el calor y la humedad para empeorar aun más la calidad del aire. A medida que el humo se desplaza en dirección septentrional, más de 80 millones de personas en el sur del país sufren temperaturas extremas por tercera semana consecutiva. La vida se ha vuelto insufrible bajo un domo de calor que se ha cobrado ya al menos trece muertes en Texas y una en Luisiana.
El bochorno opresivo e implacable alcanzó temperaturas récord de tres dígitos, superiores a 110 grados Fahrenheit (43 grados Centígrados), en Texas, el oeste de Tennessee, el este de Arkansas, Oklahoma, el norte de Mississippi y Missouri el jueves y el viernes. Los residentes de Memphis y otras ciudades del condado de Shelby, que el domingo pasado se encontraban bajo el azote de fuertes tormentas con vientos de hasta 90 mph (145 km/h) que derrumbaron árboles y líneas eléctricas, padecen ahora el desafío del calor mientras continúan sin electricidad.
El domo se extiende ahora hacia el Este y se espera que se mantenga sobre el sur central durante el fin de semana. Las aberraciones climáticas han paralizado buena parte de la vida ordinaria de la población, resignada a mantenerse en el interior bajo constantes duchas de agua fría para sobrevivir o con el aire acondicionado sin parar cuando la electricidad se restablece.
Las condiciones de calor y la humedad extremas han aumentado el potencial de enfermedades y los prolongados cortes de electricidad exacerban la situación en muchas áreas. Se insta constantemente a los residentes a mantenerse hidratados y a refugiarse en habitaciones con aire acondicionado.
Las autoridades locales exhortan sin descanso a la población a mantener contacto continuo con sus familiares, amigos y vecinos, particularmente con los que son más vulnerables. En muchas localidades se han habilitado centros públicos para refrescarse, al tiempo que se recomienda ir a las piscinas públicas y áreas con agua, o buscar refugio en bibliotecas y centros comerciales con sistemas de aire acondicionado.
La vida se improvisa a golpe de termómetro. Grupos de voluntarios vecinales se han movilizado para llevar unidades de aire acondicionado donadas a los ancianos y necesitados, al tiempo que docenas de equipos trabajan bajo el calor asfixiante y la presión para restaurar el servicio eléctrico.
Muchos operarios en Texas que trabajan en el exterior se ven obligados a hacerlo sin casi protección, y en ocasiones, con los ojos ardiendo y exhaustos, algunos han llegado a abandonar el trabajo. Los sindicatos no descartan huelgas si la situación no mejora.
Para agravar las cosas, el gobernador del Estado, John Abbot, firmó esta semana un proyecto de ley que elimina los descansos obligatorios para beber agua y que anula las ordenanzas locales existentes, como en Austin y Dallas, que establecen pausas de agua de diez minutos cada cuatro horas para los trabajadores de la construcción. La regulación, que entra en vigor en septiembre, ha enfurecido a los sindicatos que han advertido ya movilizaciones.
Con los sistemas de aire acondicionado al máximo todo el día durante tres semanas, la demanda eléctrica se ha disparado a niveles récord y ha puesto a prueba la red eléctrica de Texas. Gracias a las fuentes de energía renovable se ha podido mantener la distribución eléctrica, hecho que ha ayudado a incrementar la confianza en la energía verde en un Estado de fuerte dominio de la industria fósil y donde muchos políticos ven aun con escepticismo su viabilidad. En particular ha sido la potencia solar, que se ha duplicado desde principios de 2022, la que ha logrado evitar los apagones este mes.
Por contra, una elevada proporción de centrales eléctricas de carbón y gas envejecidas han fallado. Una situación preocupante dado que Texas, el único Estado del país que cuenta con su propia red eléctrica autónoma para evitar la regulación federal, solo puede acceder a muy bajas cotas de energía de otros Estados.
Más de mil vuelos han sido cancelados ya a causa de los fenómenos del clima y se espera un auténtico caos durante el fin de semana de las vacaciones familiares del 4 de julio, cuando se multiplican los desplazamientos.
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