PABLO M. DÍEZ
ENVIADO ESPECIAL A BALI (INDONESIA)
Jueves, 17 de noviembre 2022, 11:23
Desde la reunión entre Biden y Xi Jinping hasta la crisis por el misil perdido en Polonia que hizo temer la Tercera Guerra Mundial, la cumbre del G-20 ha dejado un buen álbum de momentos para la historia. Por inusual y revelador, uno de ... ellos es la bronca que el presidente chino, Xi Jinping, echó al primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, al término de una de las reuniones.
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Captado por el equipo conjunto de medios ('pool') de Canadá, el vídeo recoge un momento único y, por lo general, vetado para el público general: la conversación privada entre dos dirigentes y, sobre todo, el enfado de Xi. En la grabación, de apenas un minuto y traducida al inglés por su intérprete, el presidente chino recrimina a Trudeau que «todo lo que hablamos ha sido filtrado a los medios. Eso no es apropiado».
Con una media sonrisa que no consigue disimular su enojo ni su condescendía con el joven primer ministro canadiense, le reprocha además que «así no fue la conversación que tuvimos», sugiriendo que la filtración no se ajustaba a la realidad. Abriendo los brazos hacia Trudeau para enfatizar sus palabras, le advierte de que «si somos sinceros y honestos, deberíamos tenernos respeto mutuo para comunicarnos. De lo contrario, va a ser muy difícil».
Trudeau, visiblemente azorado, le responde que «en Canadá creemos en el diálogo libre, abierto y sincero» y que confía en que seguirán «trabajando juntos de forma constructiva, pero que habrá asuntos en los que no estemos de acuerdo». Xi, que ha estado girando la cabeza de un lado a otro sin mirar directamente a Trudeau y parece perder la paciencia mientras escucha al traductor, le corta.
Subiendo y bajando las manos en el aire para zanjar la cuestión, le replica: «Creemos las condiciones primero». Y luego, sonriendo, le estrecha la mano y se marcha, sin darle oportunidad de responder. Por su parte, Trudeau vacila unos segundos y, balanceándose ligeramente como si no supiera adónde ir, se va en sentido contrario hacia una salida.
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Llena de tensión, esta charla refleja las malas relaciones entre China y Canadá, que todavía no han cerrado por sus heridas el 'caso Meng Wanzhou', la «heredera» de Huawei detenida en diciembre de 2018 en el aeropuerto de Vancouver por, presuntamente, haber eludido las sanciones de EE UU. contra Irán.
Tras su arresto en Canadá por orden de un tribunal de Nueva York que investigaba las ventas de Huawei a Irán, el régimen chino apresó a dos canadienses, Michael Spavor y Michael Kovrig, a los que acusó de espionaje, condenado al primero a once años de cárcel. Al más puro estilo de la Guerra Fría, finalmente los canjeó en septiembre del año pasado por Meng Wanzhou, quien volvió a China como una heroína.
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Además de ese incidente y de la condescendencia de Xi hacia el joven Trudeau, Pekín y Ottawa mantienen una abierta animadversión pese a que Vancouver es una de las ciudades con mayor comunidad china del mundo. O precisamente por eso, ya que el propio Servicio de Inteligencia canadiense ha alertado a Trudeau de las cada vez mayores injerencias chinas en el país.
Esa queja, que el primer ministro transmitió a Xi Jinping en su encuentro, fue precisamente lo que se filtró a la prensa, enfureciéndolo. Paradójicamente, el enfado del presidente chino por la falta de privacidad de su reunión con Trudeau fue captado por una cámara y ha acabado volviéndose viral.
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