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darío menor
Lunes, 9 de enero 2023, 14:06
El Papa Francisco está preocupado por la situación que vive Brasil, donde miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro asaltaron este domingo en la capital, Brasilia, los edificios de la Presidencia, el Congreso y el Tribunal Supremo. Pretendían así tumbar al nuevo Gobierno del izquierdista ... Lula da Silva exigiendo una intervención del Ejército. En el habitual discurso de inicio de año que dedicó a los embajadores y representantes de los 183 países con los que la Santa Sede mantiene relaciones diplomáticas, Francisco citó este lunes la situación que se vive «en las últimas horas en Brasil» al hablar de las «numerosas crisis políticas» que sufren diversos países del continente americano.
Al lamentar la «carga de tensiones y formas de violencia que agudizan los conflictos sociales» en América Latina, el Pontífice argentino tuvo en cuenta el asalto vivido en las sedes del poder en Brasilia, que de momento se ha saldado con más de 400 detenidos. También se acordó de Perú, en zozobra después de que el pasado diciembre el entonces presidente, Pedro Castillo, fuera destituido tras disolver el Congreso, y de la «preocupante situación» de Haití, donde «finalmente se están dando algunos pasos para afrontar la crisis política que existe desde hace tiempo». En todas estas naciones consideró necesario superar «las lógicas sesgadas» al tiempo que se hacen esfuerzos «por la edificación del bien común».
En este discurso de inicio de año ante los embajadores, en el que el Papa plantea habitualmente las prioridades del Vaticano en política internacional, denunció la «tercera guerra mundial a trozos» que a su juicio se está librando, invitando a que acaben las hostilidades en Ucrania, Siria, Yemen y otras naciones. El conflicto en el país de Europa oriental está dejando un «reguero de muerte y destrucción», con ataques a infraestructuras civiles que «llevan a las personas a perder la vida no sólo a causa de las bombas y de la violencia, sino también del hambre y el frío». «No olvidemos, además, que la guerra golpea particularmente a las personas más frágiles y lastima indeleblemente a las familias», subrayó Francisco, invitando a que cese «inmediatamente este conflicto insensato».
Tras recordar que este año se cumplen 60 años de la publicación de la encíclica 'Pacem in terris', escrita por Juan XXIII bajo el impacto que supuso el año anterior la 'crisis de los misiles' en Cuba, Jorge Mario Bergoglio lamentó que la amenaza nuclear siga presente hoy. Por ello reiteró que la posesión de armas atómicas es «inmoral» porque bajo la amenaza de esos artefactos «perdemos todos». En este sentido, destacó su exigencia de que la comunidad internacional emprenda «el camino de un desarme integral», ya que «ninguna paz es posible allí donde proliferan instrumentos de muerte».
La condena del uso de la pena de muerte en Irán y de la exclusión de las mujeres en el sistema educativo en Afganistán estuvieron igualmente presentes en el discurso del Papa. «El derecho a la vida también está amenazado allí donde se sigue practicando la pena de muerte, como está ocurriendo estos días en Irán, después de las recientes manifestaciones que piden un mayor respeto por la dignidad de las mujeres», dijo Francisco, condenando que se haga uso de la pena capital como una «presunta justicia de estado». Se trata en cambio a su juicio de una práctica «inadmisible» que debe ser «abolida por las legislaciones de todos los países del mundo».
Al hablar de la importancia de la educación como herramienta para construir la paz, consideró «inaceptable» que, como está ocurriendo en Afganistán, «una parte de la población pueda ser excluida de la educación». Ésta es una víctima más de la grave crisis que sufre el país centroasiático, agravada por «las devastadoras consecuencias de la pandemia y el preocupante escenario geopolítico».
Nueve días después del fallecimiento de Benedicto XVI, Francisco mantuvo este lunes una audiencia con el histórico secretario personal del Papa emérito, el arzobispo Georg Ganswein, que ni siquiera esperó a que el Pontífice alemán fuera enterrado el pasado jueves para lanzar duras críticas a su sucesor. Le acusó en una entrevista de provocar un «dolor en el corazón» de Benedicto XVI por limitar las misas en latín, marcando así una «ruptura» entre ambos pontificados. En su libro de memorias, 'Nient'altro che la verità' (Nada más que la verdad), que llega a las librerías italianas este jueves, Ganswein contó además que quedó «conmocionado y sin palabras» cuando Francisco le dio en enero de 2020 un permiso laboral indefinido de su cargo de prefecto de la Casa Pontificia, apartándole así de la responsabilidad de organizar las audiencias y otros eventos papales. El hombre más cercano al Papa emérito durante las últimas décadas también afeó a Jorge Mario Bergoglio en su libro que no escuchara a su antecesor en un tema tan espinoso como «la filosofía de género». Aunque no se ha hecho público el contenido de la conversación de este lunes entre Francisco y Ganswein, en círculos vaticanos se apuesta por una sustitución de este último como prefecto de la Casa Pontificia.
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