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Claudia Sheinbaum en el momento de depositar su voto en la urna. EFE

La primera presidenta de su historia promete «un México plural, diverso y democrático»

Claudia Sheinbaum, del partido del Movimiento de Regeneración Nacional-Morena, de López Obrador, se ha impuesto con rotundidad a la aspirante de centroderecha, Xóchitl Gálvez

Ramona Asla

Lunes, 3 de junio 2024, 07:19

Claudia Sheinbaum se ha convertido en la nueva presidenta de México. No ha resultado una sorpresa, porque todos los sondeos la daban como favorita al estar respaldada por el anterior mandatario, Andrés Manuel López Obrador, y pertenecer al gobernante MORENA, la fuerza política que hegemoniza las preferencias de los aztecas en el siglo XXI.

Por ello quizá su mayor mérito, además de la victoria electoral, radica en su capacidad para abrir a las mujeres caminos que siempre les han estado vetados en un país con gran tradición machista. La física ya fue galardonada por el Premio Nobel de la Paz en 2007 como miembro del Panel Intergubernamental de Cambio Climático y ayer rompió la historia nacional al convertirse en la primera política que encabezará el Gobierno de México. Ya antes dirigió la corporación municipal del Distrito Federal, la capital, con más de veintidós millones de habitantes.

El recuento provisional del Instituto Nacional Electoral (INE) ha otorgado a la candidata del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) el 59,5% de los votos, seguida de Xóchitl Gálvez, la aspirante de la coalición entre el PRI, el PAN y el PRD, con el 27,6%, y Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, con el 10%.

Su brillo destelló en la noche electoral del domingo –madrugada de este lunes en España- con un contundente triunfo que agradeció a sus seguidores reunidos en la icónica plaza del Zócalo. «Quiero agradecer ese reconocimiento del pueblo de México a nuestra historia, a los resultados, a la convicción y a la voluntad, pero sobre todo ese reconocimiento del pueblo a nuestro proyecto de nación. Agradezco también porque, por primera vez en 200 años de la República, me convertiré en mujer presidenta de México», dijo antes de remarcar que desde su formación conciben «un México plural, diverso y democrático».

Sheinbaum, de 61 años y ascendencia judía, se enfrenta ahora la tarea de forjar su propio camino, incluido el delicado acto de equilibrio de impulsar las políticas económicas estadistas del izquierdista López Obrador, especialmente en materia de recursos naturales como el petróleo y los minerales, y al mismo tiempo avanzar en temas que considera sus puntos débiles, como el medio ambiente y el crimen.

La abanderada del partido también deberá abordar un creciente déficit presupuestario, lo que complicará sus propios planes de gasto. «No les decepcionaré», prometió a los mexicanos hace unas escasas horas.

Esta hija de académicos activistas deberá encabezar la nación más poblada del mundo de habla hispana y resolver la incógnita de si podrá separarse de López Obrador una vez que asuma el cargo en octubre, ya que el veterano líder probablemente intentaría mantener su visión a pesar de su promesa de retirarse a su rancho en el sur tropical de México.

Cárteles de la droga

Sheinbaum esgrimirá su experiencia en la administración local, donde era conocida por su manejo de los datos, una virtud que le ha hecho ganar muchos aplausos al reducir a la mitad la tasa de homicidios de Ciudad de México, impulsando el gasto en seguridad en una fuerza policial ampliada con salarios más altos.

Se ha comprometido a replicar la estrategia en todo México, donde poderosos cárteles de la droga ejercen una amplia influencia. No obstante deberá superar el obstáculo de un amplio déficit presupuestario. 2024 finalizará en casi el 6% del Producto Interno Bruto, según el Fondo Monetario Internacional.

Si bien ha expresado interés en atraer inversión privada para hacer crecer proyectos de energía renovable, también se ha comprometido a garantizar el dominio de las compañías petroleras y eléctricas estatales de México y al mismo tiempo renunciar a cualquier privatización.

Xóchitl Gálvez

Xóchitl Gálvez reconoció públicamente su derrota poco después del anunció del recuento inicial. «La tendencia es irreversible. Soy demócrata. Así lo he demostrado. Reconozco que las tendencias no me favorecen y no hay información que sugiera que eso pueda cambiar«'. La candidata de la coalición de centroderecha admitió haber llamado a su rival para darle la enhorabuena: «Llamé a Sheinbaum y le dije que vi un México con mucho dolor y violencia. Amo a México. Sé que si le va bien a su gobierno, le irá bien al país».

«Es un hito histórico que nuestro país vaya a tener a su primera presidenta, pero quiero enfatizar que el reconocimiento viene acompañado de una firme exigencia de resultados y de respeto a la Constitución», continuó antes de advertir al nuevo Ejecutivo que «saldremos a la calle las veces que tengamos que salir para defender la República y a la democracia».

El candidato del partido Movimiento Ciudadano Jorge Álvarez Máynez también habló ante sus votantes y reconoció la victoria de la candidata de izquierda. Además, celebró los resultados de su formación. «Hemos alcanzado el resultado histórico más importante desde la fundación de este movimiento, que duplica el número de votos, el resultado que hasta 2021 había sido el más grande, y que se construye con muchos triunfos locales», ensalzó.

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