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JOSEBA FIESTRAS
Viernes, 13 de enero 2023, 09:23
«Creo que tenemos que hablar», avisaba Pablo Motos a una Tamara Falcó que esquivaba el envite. «Has vuelto con Iñigo. En primer lugar, felicidades. ¿Estás feliz?», preguntaba directo el presentador. La aludida reía y balbuceaba. «En 2023 quiero frases completas», ironizaba el comunicador y ... retaba: «De hecho, me gustaría hacerte solo una pregunta y que contases tú toda la historia. ¿Qué pasó para que os hayáis dado una segunda oportunidad?». Y arrancó el relato.
«Vale. Decidimos enterrar el hacha de guerra la semana de Navidades. Iñigo no podía mandarme mensajes porque no tenía mi móvil, entonces escribió a una amiga y le dijo que quería hacer las paces. A mí me parecía lógico. Y con el espíritu de la Navidad, el 24 pensé que por qué no ir a misa juntos. Así que a las siete de la tarde le mande un mensaje para ver si quería acompañarme. Me dijo que tenía un poco de lío, pero que lo iba a intentar. Y fue a casa de mi madre a buscarme», explicaba la marquesa que, curiosamente, evitó comunicar la visita a sus familiares. «Yo no había avisado, ¿para qué? En casa somos muy civilizados y yo confío mucho en ellos», argumentaba.
.@Tamara_Falco_ explica su reconciliación con Iñigo Onieva #ElDesafíoEH pic.twitter.com/JH6rbPR3Y3
El Hormiguero (@El_Hormiguero) January 12, 2023
Lo cierto es que toparse con el ex novio fue un shock para la familia de Tamara. «A mi hermana le entró un ataque de risa. Mi madre estaba en la cama y le dije que alguien quería saludarle. Me dijo a ver quién era y le dije que mejor me iba a misa», relataba. La pareja se fue a la iglesia juntos, «y tuvimos la mala suerte de que justamente estaba la amiga del dueño del 'Hola' en el banco de al lado. Y nos vio», desvelaba la aristócrata. Saltaron las alarmas.
«Fue muy bonito y después nos quedamos hablando e intercambiamos muchas cosas que a él le habían hecho daño, que a mí me habían hecho daño…», evocaba Tamara sin filtros. Había química y así lo admitía. «Es que estábamos a punto de casarnos», aclaraba. Motos fue al grano. «Y cuando te dejo en casa, ¿intentó besarte o te besó?», interpeló. La colaboradora se echó las manos a la cabeza. «¡No, hombre no! Una cosa es enterrar el hacha de guerra y otra cosa es eso. Aunque es verdad que había momentos en los que se acercaba mucho durante la misa», descubría.
Tras el reencuentro, el dúo comenzó a mensajearse. Con todo, Tamara intuyó que lo mejor para empezar bien el año iba a ser romper la pareja. Iñigo acató. «Me dijo que mejor pasábamos página y yo pasé una tarde fatal. Lloraba un poco», aseguraba. La decisión rondaba su mente. Y es que, unos días antes, una llamada entre Isabel Preysler y su hija Chábeli inquietó a Tamara. «Mi madre hizo un comentario sobre tío Julio y yo pensé: ¿y si se hubiesen dado otra oportunidad? Eso me dio que pensar», comentaba. «El amor de verdad es lo que sentía yo por tu padre (Julio Iglesias), que me rompió el corazón y por eso no le pude perdonar», fue la sentencia que alteró el rumbo de las cosas. «Algo me hizo clic. Así que, cuando solo faltaban segundos para las Campanadas, Tamara llamó a Onieva. El chico cogió su moto y se presentó en la casa. La relación resucitaba, pero los novios necesitaban tranquilidad. «Nos queríamos quitar de todo este ruido así que nos fuimos al Polo Norte», exponía. Otros para huir se van al monte, es lo que tiene la aristocracia.
«Han sido unos días muy sencillos, pero muy bonitos. Y ahí estábamos con el fuego de la chimenea, tomándonos un vino… Bien», recordaba Tamara sobre sus días en tierras heladas. Motos quiso saber qué opinaba Isabel Preysler de todo esto. «Mi madre lo que quiere es evitarme el dolor. Me dijo que la gente no cambia, pero yo he cambiado a lo largo de mi vida y sí creo que la gente cambia. Tenía dos opciones, ver lo que pasaba o quedarme con la duda por vivir una vida más segura. Así que dije: voy a intentarlo. Y ahí estoy. Y estoy muy feliz», remataba. «¿Y os vais a casar?», cuestionaba el presentador. «Si él quiere…», dejaba caer ella dejando la reflexión final. «Yo creo que Iñigo se ha dado cuenta y la bofetada ha sido monumental, y creo que ha visto que tenía cosas en su vida que tenía que depurar. Ya no hablo de los cuernos, es un poco un enfoque. Muchas veces pierdes algo y te das cuenta de lo que significaba en tu vida. Y él ha reaccionado durante este tiempo y ha hecho un montón de gestos conmigo. Estaba ahí erre que erre. Y existe ese amor entre los dos. Me lo paso bien con él. Nos reímos mucho. Y lo echaba mucho de menos. Soy una mujer enamorada. Y si, estaba muy enfadada, pero también he visto la posibilidad de cambio», zanjaba.
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