COLPISA
Madrid / Copenhague
Domingo, 31 de diciembre 2023
Antes de las campanadas, como en los cuentos que antiguamente solía protagonizar la realeza. Margarita II de Dinamarca anunció este domingo por sorpresa su abdicación del trono en favor de su hijo, el príncipe Federico, tras más de medio siglo en el cargo. Y no ... lo hizo a través de un frío comunicado, aunque tampoco en un acto abierto al público; fue en el tradicional discurso televisado de fin de año que dirige al país.
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A sus 83 años, casi dos tercios de su vida los ha pasado con la corona danesa sobre sus hombres tras suceder a sus padres, el rey Federico IX y la reina Ingrid. Fue al principio de los años setenta, cuando las casas reales europeas aún conservaban parte de un esplendor que con el paso del tiempo ha ido perdiendo mucho de su brillo aunque en Dinamarca la continuidad de la monarquía no está en discusión y su primogénito ascenderá al trono el próximo 14 de enero como Federico X.
Desde el Gobierno de este país nórdico se ha valorado especialmente la trayectoria de Margarita II. La propia primera ministra danesa, Mette Frederiksen, agradeció en un comunicado su «dedicación de por vida y su incansable trabajo por Dinamarca». La reina, no obstante, ya llevaba meses planificando su salida tras haber sido operada en febrero pasado de la espalda y ver como se resentía su capacidad física. Por fortuna «todo salió bien», recordaba este domingo, pero «inevitablemente» la intervención «dio lugar a pensamientos sobre el futuro: si ahora sería el momento adecuado para traspasar la responsabilidad a la próxima generación«.
Margarita Alejandrina Thorhildur Ingrid -su nombre completo- no albergaba dudas de que el elegido sería su primogénito y solo hacía falta ya encontrar «el momento adecuado», algo que finalmente ha resuelto hacer con el cambio de año. El príncipe Federico será rey con 55 años, una edad que empieza a ser cada vez menos extraña en las monarquías europeas dada la longevidad de sus últimos ocupantes, siendo un caso notable el de Isabel II de Inglaterra, fallecida en septiembre de 2022 a los 96 años.
«He reinado durante 52 años –decía en su mensaje televisado-. Una cantidad así dejará huella en cualquiera, también en mí. El tiempo pasa factura y el número de dolencias aumenta. No se puede emprender tanto como se lograba en el pasado», admitía al tiempo que daba las gracias «por el apoyo y la calidez abrumadores que he recibido a lo largo de los años» y que «han sido cruciales para el éxito de mi tarea».
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Por dicha razón pedía «la misma confianza y afecto» para el futuro rey y su esposa, la princesa Mary (51 años), una ciudadana australiana con quien se casó en 2004. Sin embargo, en las últimas semanas el escándalo ha sobrevolado la familia real tras publicarse unas fotos del aún heredero paseando en Madrid junto a Genoveva Casanova (47) que obligaron a emitir un comunicado oficial negando una posible crisis matrimonial.
La monarca danesa ha continuado con los agradecimientos, también para «los gobiernos cambiantes» con quienes la colaboración siempre ha sido «gratificante», además de al Parlamento danés, que «siempre ha depositado su confianza» en ella. Precisamente la popularidad de Margarita II y los «pensamientos amables» que ha ido recibiendo todos estos años le permitieron superar dos episodios familiares desagradables para ella.
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Por un lado, su esposo, el diplomático francés Enrique de Laborde de Monpezat, nunca estuvo conforme con su papel de consorte real y protagonizó varios desencuentros públicos con ella, criticando que le minusvalorase pese a afirmar en varias ocasiones que la amaba. Incluso renunció a ser enterrado en el panteón real y pidió ser incinerado. Pocos meses antes de su muerte en 2018 por una infección pulmonar, se anunciaba oficialmente que tenía demencia.
El otro desencuentro familiar fue más reciente y esta vez con su hijo menor, el príncipe Joaquín. En septiembre de 2022 Margarita II resolvía retirar el título de príncipe a sus cuatro hijos bajo la excusa de que sería mejor para sus nietos «vivir sin las consideraciones y obligaciones que implica una afiliación formal a la casa real como institución». Pero el padre, lejos de entender este llamativo razonamiento, lo consideró «un maltrato» y eso les distanció, aunque con motivo del jubileo de la reina hubo una aparente reconciliación.
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Fiel a su labor profesional hasta el último día, la reina también tuvo en su discurso palabras de apoyo para aquellos que celebran el Año Nuevo «a la sombra del terrorismo y la guerra», con especial mención a la situación en Oriente Medio y Ucrania. De esta última manifestó su pesar por las «enormes pérdidas de vidas humanas», al tiempo que pidió «no olvidar la lucha de los ucranianos por la libertad«.
Los reyes Felipe VI y Letizia protagonizaron una de las últimas visitas institucionales recibidas por la casa real danesa Fue en un viaje de Estado en noviembre pasado para reforzar aún más las ya de por sí buenas relaciones entre ambos países. No obstante, era la primera visita oficial de la realeza española en más de cuatro décadas tras la efectuada en 1980 por Juan Carlos I y Doña Sofía; iba a haberse efectuado en abril, pero se aplazó por la operación de Margarita II.
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Con la abdicación de Margarita II la representación femenina en las casas reales europeas pasa a un segundo plano. Ella era la única monarca en activo tras la muerte de Isabel II en septiembre de 2022. Beatriz de Holanda, quien se retiró del trono en abril de 2013, completaba el trío de reinas que llegó a coincidir al mismo tiempo en el Viejo Continente.
Frente a ellas, los cuatro monarcas varones de España, Bélgica, Noruega y Suecia sostenían una exigua mayoría que desde mediados de enero se convertirá en dominio absoluto. Un pleno de siete de siete: Felipe VI, Guillermo de Holanda, Felipe de Bélgica, Carlos III de Inglaterra, Harald de Noruega y Carlos Gustavo de Suecia, a los que se unirá en breve Federico X de Dinamarca.
Habrá que esperar a la nueva generación de jóvenes representantes femeninas para que la realeza vuelva a dejar de ser cosa de hombres. Salvo sorpresa la primera monarca de esta etapa será la hoy princesa Victoria de Suecia, a quien sucederá su hija Estela. También con el paso de los años reinarán Leonor de Borbón en España, Isabel de Brabante en Bélgica y la princesa Amalia en los Países Bajos. En Inglaterra, sin embargo, tienen reyes para rato: Guillermo, príncipe de Gales, es el sucesor de su padre Carlos III y tras ellos llegaría el todavía pequeño príncipe Jorge.
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