Otrura toma la aguja de Berhanyer

Berhanyer, nacido Eliseo Berenguer Úbeda, tuvo que cerrar su taller por la crisis económica en 2010 y desde entonces siempre tuvo intención de retomar su pasión. No pudo ser, pero sus herederos han decidido poner de nuevo en el punto de mira la firma del maestro cordobés. Ya llevaban tiempo detrás de ello. De hecho, con Lázaro contactaron hace dos años. «Iniciamos las conversaciones -confirma Lázaro-, pero no era el momento. Se tienen que dar circunstancias y sentir que el reto lo puedes asumir. A principios de este año volvimos a contactar y entonces ya sí que cristalizó».

Y es que continuar con el legado de Berhanyer es un grandísimo reto y puede sorprender para el gran público que la elegida sea una joven firma como Otrura, pero con el impagable bagaje de Lázaro, que estuvo trabajando más de una década en las 'tripas' de Hermés tras pasar por Christian Dior y Etro. De ellos aprendió el virtuosismo técnico y la complejidad del buen patronaje.

Unos conocimientos de los que hizo alarde en su debut en la Mercedes-Benz Fashion Week Madrid, en febrero de 2022, cuando Otrura se alzó con el premio a la mejor colección de la edición por su trabajo de sastrería contemporánea, basada en la excelencia de los oficios. Justo dos años después de aquel momento subirá a la pasarela la colección que ha confeccionado para Elio Berhanyer. «Es muy bonito, porque hacía más de diez años que no se presentaba una colección del maestro. Esta colección abre una nueva etapa y lo que vamos a buscar es un ancla con los orígenes de la vanguardia, que era lo más importante para él. Por supuesto -aclara Lázaro- no puedo negarme a mí mismo, nos encontraremos con un componente social y ponemos en relieve el contexto en el que estamos viviendo».

Más allá del concepto, bucear en el trabajo del maestro ha permitido que tanto él como Verónica Abiá, su compañera en ambas firmas, hayan apreciado cómo «las prendas estaban maravillosamente realizadas, confeccionadas». «Cómo el patrón estaba siempre teniendo a la mujer, en este caso, en el punto de vista y a su vez lo fácil que resultaba arreglarlo, acomodarlo a cada clienta. Tenía ese concepto comercial, aunque estuviésemos hablando de alta costura, de poder enseguida adecuar cada modelo y cada prenda a su futura clienta, y eso es algo que no hacían otros», explica.

Un exquisito modo de trabajar que llamó la atención de Cristóbal Balenciaga, que le buscó tras ver una chaqueta que había diseñado el cordobés para una de sus clientas. Pero Elio rechazó colaborar con él, al igual que denegó la oferta de Dior, que quería convertirlo en el sustituto de Yves Saint-Laurent. Ya antes había rehusado asociarse con Elisabeth Arden. ¿La razón? Quería seguir trabajando en España.

Un hombre fiel a sus principios, cuyo estilo, plasmado en un centenar de colecciones y más de 22.000 piezas, destacó por las líneas geométricas, los colores lisos y vivos y una elegancia austera que residía en la discreción. Vistió a Ava Gardner, la reina Sofía -clienta durante más de una década- o la duquesa de Alba. Forman parte de la historia los uniformes de Iberia que diseñó en cuatro ocasiones, el de las azafatas del Mundial de fútbol de España (1982) y el del Grupo 45 de las Fuerzas Armadas, por encargo del rey Juan Carlos.

No en vano, fue pionero en los desfiles de moda masculina, que presentó por primera vez en 2007 en la antaño conocida como Pasarela Cibeles, en la que debutó en 1994 y a la que regresa su firma justo tres décadas después.