Isabel Preysler, madrina de excepción en la boda de su sobrino

Isabel deslumbró una vez más con su elección para una ocasión tan especial. Fiel a su estilo, lució un vestido midi entallado en color azul claro, de manga larga y con escote bañera para potenciar sus clavículas. Un diseño con el cuerpo sutilmente drapeado marcando líneas inclinadas a modo de rayos de sol que potenciaban su figura. Obra del gallego afincado en Sevilla Roberto Diz. Con el cabello recogido en un moño bajo, combinaba el vestido con unas sandalias de Aquazzurra del mismo color que el vestido y un clutch joya en azul intenso de Carolina Herrera.

La familia disfrutó del enlace sin las restricciones del coronavirus en una espléndida tarde de verano. La novia llegó unos minutos después que el novio, como manda la tradición, acompañada por su padre. A la salida, los recién casados se fundían en un romántico beso antes de dirigirse hacia el convite. La 'socialité' lo hacía ya del brazo de su pareja, Mario Vargas Llosa, terminando de disipar cualquier tipo de duda sobre la solidez de su relación. «Ha sido muy emotivo», relataba la propia Isabel al término de la ceremonia.

Al enlace acudieron también los primos del novio, Julio José Iglesias, que lucía su habitual sonrisa; Ana Boyer, que deslumbró con un original vestido negro midi con margaritas bordadas, del brazo de su marido, Fernando Verdasco; y Tamara Falcó, con un vestido de aires bohemios, mangas abullonadas y escote de pico, acompañada por Íñigo Onieva. La marquesa de Griñón se mantuvo en un discreto segundo plano de cara a los medios de comunicación, pero tuvo un papel destacado en la ceremonia al ser uno de los testigos.

Todos los hijos de Isabel Preysler estaban invitados, ya que los primos siempre han tenido muy buena relación. Sin embargo, era difícil que Enrique y Chabeli pudiera acudir dados sus compromisos profesionales y familiares que les mantienen en Estados Unidos.