Urgente Fallece el exárbitro salmantino Joaquín Ramos Marcos
Sarah Ferguson, expareja del príncipe Andrés. Reuters

La férrea defensa de Sarah Ferguson de su ex, el príncipe Andrés: «No voy a dejarle caer nunca»

El duque de York cuenta con el apoyo de su familia en medio de la nueva polémica por su relación con un presunto espía chino

Joaquina Dueñas

Jueves, 19 de diciembre 2024, 15:15

Hace casi 30 años que Sarah Ferguson y el príncipe Andrés decidieron poner fin a su tumultuoso matrimonio. A pesar de los desencuentros que vivieron mientras estuvieron casados su separación en 1996 podría considerarse ejemplar, tanto que unos años después, en el 2000, la duquesa de York regresaba a vivir al lado de su exmarido. En este sentido, aunque la madre de Beatriz y de Eugenia ha descartado volver a casarse con el hermano del rey Carlos, asegura que son más felices como amigos y permanece a su lado incluso en los momentos más difíciles, como el actual, cuando se ha revelado la supuesta conexión del hijo predilecto de la reina Isabel II con un espía chino. «No voy a dejarle caer nunca», ha zanjado.

Publicidad

Ferguson ha realizado estas declaraciones en una entrevista concedida a 'The Sunday Times'. «Él me apoya tanto como yo le apoyo a él. Me ha apoyado en las buenas y en las malas, no solo en el matrimonio o el divorcio. Es el mejor, un gran hombre con un gran corazón y muy amable», ha abundado, añadiendo que «lo haría todo de nuevo, al 100% y sin importar lo que piensen los demás». En estos momentos complicados, Sarah se ha convertido en la «cuidadora» de su exmarido, a pesar de que está en tratamiento contra un cáncer de piel que le fue detectado en una revisión de su cáncer de mama ya superado.

La exmujer del príncipe recuerda que le conoció cuando solo tenía 12 años. «Mi primer pensamiento fue que me iba a casar con él», ha dicho. Un sueño que cumplió seis meses después de que la princesa Diana la invitara a las carreras de caballos de Ascot en 1985, donde coincidió con el príncipe. Sara ha explicado que se casó «total y absolutamente enamorada» y que aquel 23 de julio de 1986 fue «el mejor día de mi vida, a pesar de que perdí mi anonimato». Comenzó entonces una presión pública y mediática, que, sumadas a las responsabilidades de la institución, se le hicieron cuesta arriba y que superó «porque el amor lo puede todo». Una presión que, ha reconocido, sigue teniendo que gestionar cada día.

La defensa a ultranza de su exmarido ha llegado justo cuando la prensa británica recoge que el rey Carlos III está «realmente exasperado» con su hermano y cuando arrecian las críticas que invitan al monarca a desvincularse del duque de York, que ha decidido no asistir a la celebración de la Navidad en Sandringham, razón por la que tampoco irán el resto de la familia, Sarah Ferguson, sus hijas, yernos y nietos.

Y es que los duques de York han construido una muralla a su alrededor que defienden a capa y espada. Dedican su tiempo a cuidar de sus nietos, Sienna y August, de tres años, y Ernest, de uno, y a vivir en calma en su residencia de Royal Lodge, a pesar de que el rey Carlos ha retirado al príncipe Alberto la asignación económica que le ayudaba a sufragar los gastos de mantenimiento y de seguridad del majestuoso castillo de 30 habitaciones.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad