Acusan a una alta ejecutiva de Harrods de facilitar víctimas a Al Fayed

La reputación de Mohamed Al Fayed, expropietario de Harrods, enfrenta nuevas revelaciones tras su muerte en 2024. Lo que comenzó como rumores aislados ha evolucionado en una serie de denuncias detalladas que exponen, según los medios británicos, un patrón sistemático de abusos y explotación supuestamente orquestado por el magnate egipcio con la ayuda de colaboradores cercanos.

El programa Dispatches de Channel 4 y una investigación adicional del diario The Telegraph han destapado un entramado de manipulación y encubrimiento que, según varios testimonios, se extendió por décadas. En el centro de la polémica se encuentra Kelly Walker Duncalf, de 48 años, señalada no solo como cómplice de Al Fayed, sino como facilitadora activa de encuentros con jóvenes que luego habrían sido víctimas de abusos.

Varios documentos y testimonios revelan que Duncalf habría trabajado como reclutadora para Al Fayed, presentando a mujeres jóvenes en contextos sociales bajo promesas profesionales o personales que resultaban en situaciones de abuso. Su implicación se remonta a los años 90 y 2000, periodo en el que ocupó cargos de confianza en el entorno de Al Fayed.

En 2015, una denuncia específica la acusó de haber arreglado un encuentro que derivó en una violación por parte de Al Fayed, hecho que supuestamente ocurrió dos años antes. Según lo publicado por The Telegraph, dicha denuncia fue desestimada o ignorada, al igual que otras más de 21 reclamaciones relacionadas con conductas inapropiadas por parte del empresario mientras aún vivía.

Mientras Al Fayed lograba esquivar el escrutinio público, Walker Duncalf prosperaba en su carrera. Residente en Jersey, es actualmente directora general de KWD Solutions, una empresa de consultoría de imagen vinculada al lujo que opera en Londres y Oxfordshire. Su hermana, Susanne, también goza de reconocimiento en la industria de la moda y el diseño de interiores.

Diversos testimonios comparan su rol con el de Ghislaine Maxwell en relación con Jeffrey Epstein, señalando que Walker Duncalf no solo facilitaba encuentros sino que también disuadía a las víctimas de denunciar, minimizando la gravedad de los hechos o amenazándolas. Aparentemente, su influencia se basaba en su apariencia carismática, un estilo de vida lujoso y la capacidad de ganarse la confianza de las jóvenes que interesaban a Al Fayed.

En uno de los relatos más impactantes, una joven de 20 años asegura que en 2013 fue convencida por Walker Duncalf para visitar la mansión de Al Fayed en Park Lane, con la promesa de que eso beneficiaría su carrera. Al llegar, fue agredida sexualmente mientras Walker Duncalf la esperaba en otra parte de la casa.

Otro testimonio proviene de una trabajadora recién contratada en Harrods, quien asegura que Walker Duncalf la envió a un apartamento propiedad de Al Fayed con un pretexto laboral. Allí, fue atacada sexualmente y recibió 800 dólares como pago. Cuando le confesó el incidente a Walker Duncalf, esta le respondió con frialdad: «¿Qué podemos hacer contra uno de los hombres más ricos de Reino Unido?».

Tras la emisión del documental de Channel 4 y la creciente exposición mediática del caso, Harrods enfrenta ahora más de 250 reclamaciones relacionadas con la conducta de su antiguo propietario. Mientras tanto, Walker Duncalf ha desaparecido de la vida pública, cerrando sus perfiles en redes sociales como Instagram y LinkedIn.