España destruye 60.800 empleos en verano y eleva la tasa de paro al 12,6%

La destrucción de empleo ha sido la realidad de este tercer trimestre muy condicionado por los elevados niveles de inflación (el IPC rozó su máximo en casi cuatro décadas, al situarse cerca del 11%), así como por las débiles expectativas generadas entre los empresarios tras un buen segundo trimestre, el de la primavera, que no se vio tan influido por la guerra en Ucrania. Ni siquiera el buen estado que ha vivido el turismo este verano ha permitido evitar que se destruyan puestos de trabajo.

En cualquier caso, comparados los datos con los del año pasado, España ha conseguido reducir el número de parados en 436.500 personas, y en casi dos puntos porcentuales la tasa de desempleo, que mide el número de parados sobre la población activa.

La disparidad de datos autonómicos no refleja una clara caída del paro en las zonas más turísticas. Por ejemplo, las comunidades con mayores bajadas trimestrales son Baleares (con 22.500 desempleados menos) o Castilla y León (14.400 menos), frente al incremento de parados en Madrid (con más de 38.000) o la Comunidad Valenciana (23.300). En el último año, sí son las turísticas las comunidades con mayores reducciones de paro, como Andalucía, Canarias o Cataluña.

Además, el desempleo se incrementa este trimestre en el sector servicios, muy vinculado al turismo, con 85.700 parados más, seguido por la agricultura (14.400) ante circunstancias como la sequía, y en la industria (6.400) en buena parte por los elevados costes energéticos y paradas de las factorías en muchos casos durante las últimas semanas. El único sector que consigue descender el número de parados es en el de la construcción, con casi 15.000 menos.

Durante el tercer trimestre el número de ocupados ha aumentado en 77.700 personas frente al anterior, lo que sitúa el número total de empleados que tiene España en más de 20,5 millones de personas. Sin tener en cuenta los dos años de la pandemia, el empleo ha crecido por encima de lo que lo hizo en el verano de 2019. En esta ocasión, el crecimiento ha sido, sobre todo, en el sector público, que ha vuelto a ejercer de motor laboral, al registrar un aumento de la ocupación de 52.300 empleados frente los 25.400 de las empresas privadas. En el último año, las administraciones han creado 22.100 puestos de trabajo, frente al más de medio millón del sector privado, como consecuencia de la salida de la crisis de la pandemia.

La ocupación aumenta este trimestre en los Servicios (114.300 personas más) y en la Industria (33.100). Por el contrario, disminuye en la Agricultura (60.300 menos) y en la Construcción (9.400 menos).

En el Ministerio de Economía aclaran que el trimestre ha estado marcado «por el deterioro del entorno exterior», aunque ha pesar de ello, España «ha seguido creando empleo», superándose los 20,5 millones de trabajadores ocupados, la cifra más alta desde 2008 y cercana al récord histórico de 2007.

También lo achaca al fuerte incremento de la población activa, hasta un máximo histórico de 23,5 millones, «lo que refleja la confianza de los trabajadores en encontrar un empleo». Los registros del INE indican el número de activos aumenta este trimestre en 138.500. La tasa de actividad sube 15 centésimas y se sitúa en el 58,86%. Y en el último año la población activa se ha incrementado en 78.200 personas.

Además, según Economía, los efectos positivos de la reforma laboral han permitido reducir la tasa de temporalidad al 20,18%, su mínimo histórico. El número de asalariados con contrato indefinido aumentó en 1,3 millones de personas en el último año, de las cuales más de 444.000 en el último trimestre.

La buena marcha del mercado laboral ha permitido mejorar la situación de los hogares y situar por debajo del millón el número de hogares con todos sus miembros en paro y aumentar en casi 500.000 el número de hogares con todos sus miembros ocupados en el último año