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El La tensión geopolítica por el conflicto palestino-israelí vuelve a golpear los mercados financieros globales. Y el efecto más inmediato se ha visto en el precio del petróleo, que el viernes escaló otro 4,5% llegando a tocar los 90 dólares en los momentos ... más tensos de la sesión. La subida supera el 6% en la semana, el movimiento más abultado desde principios de abril.
Con este telón de fondo, los inversores huyeron del riesgo y la corrección se impuso en las Bolsas, con pérdidas del 1,1% para el Ibex-35, que se despidió d ellos 9.300 puntos y también de las ganancias semanales, que hasta el jueves eran del 1%.
Los motivos son claros. Después de unos días en los que los bancos centrales habían dado señales de que el ciclo de subidas de tipos podría haber llegado a su fin, el repunte del petróleo vuelve a hacer dudar de esa posibilidad, ante el impacto que su precio tiene sobre la inflación.
«En un escenario adverso en el que una escalada del conflicto se tradujera en precios que superaran de forma sostenida los 100 dólares, aumentaría la preocupación por las perspectivas mundiales de inflación», señalan los analistas de Scope Ratings. «Esto podría tener repercusiones negativas para el crecimiento económico y las calificaciones soberanas a medio plazo», añaden.
La compleja situación se suma a otras referencias que evidencian que la lucha contra la inflación está lejos de terminar. Sin ir más lejos, el jueves se conoció el IPC de septiembre en EE UU, que tuvo un peor comportamiento de lo esperado al situarse en el 3,7%, ante la resistencia a las caídas de la energía y los precios de la vivienda, pese a los altos tipos de interés.
Del mismo modo, en la zona euro, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, afirmó el viernes que el organismo volverá a subir los tipos de interés si es necesario, aunque también reconoció que los efectos del actual ciclo de endurecimiento monetario son «fuertes», pero acusan un cierto «retraso», pues aún tienen que transmitirse plenamente a la economía.
A la espera de nuevos datos que proporcionen mayores pistas sobre el futuro de la política monetaria, los inversores confían en la nueva temporada de resultados empresariales como revulsivo de las Bolsas. Los grandes bancos de Wall Street fueron el viernes protagonistas, con crecimientos a doble dígito en sus resultados trimestrales.
Wells Fargo se anotó un beneficio de 5.450 millones de dólares (5.148 millones de euros) en el tercer trimestre, un 64,5% más que hace un año y mejor de lo esperado. Pero la entidad advirtió de la desaceleración en la economía. Igual que JPMorgan que, tras anunciar un beneficio de 14.500 millones, también por encima de lo esperado, se mostró más que prudente con el entorno actual.
«Este puede ser el momento más peligroso que el mundo haya vivido en décadas», indicó Jamie Dimon, presidente de la entidad, en referencia al explosivo cóctel de altos tipos de interés, la guerra en Ucrania y el conflicto en Israel que, a su juicio, «puede tener repercusiones de gran alcance en energía, alimentos, el comercio mundial y las relaciones geopolíticas».
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