El espejismo de que los tipos de interés pudieran haber parado su escalada ha llegado a su fin. El euríbor, el índice que actúa como termometro para comprobar las variaciones en las hipotecas, se ha situado este jueves en el 3,82%, lo que supone ... la cota más elevada desde mediados de marzo, cuando la crisis bancaria de Credit Suisse y Silicon Valley Bank acechara al sector financiero.
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Con este dato, el indicador se aproxima un poco más a la barrera del 4%, la que abandonó con los primeros conatos de problemas financieros en EE UU y Suiza, cuando estaba a punto de superarla por primera vez desde 2008. Después cayó con fuerza y llegó a situarse en el 3,35% en pocos días, ante el temor de los inversores de que aquella situación derivara en un problema de mayor calado, como el de la gran recesión de hace una década.
Pero una vez solventados los problemas de ambas entidades, con la intervención de la Reserva Federal (FED) norteamericana y el Banco de Suiza, el euríbor ha retomado las subidas continuas hasta superar este miércoles la cota del 3,8%. Desde el mínimo que marcó en la segunda quincena de marzo se ha incrementado más de un 14%.
A falta de diez días para que finalice abril, la media del euríbor ya se sitúa el 3,67%, por encima del 3,64% y sobre todo marcando un nuevo récord que no se veía desde hacía 15 años, cuando comenzó la gran crisis financiera tras la burbuja inmobiliaria. A efectos prácticos, esto significa que si la media mensual cerrase así, para una hipoteca variable de 180.000 euros a 25 años, con diferencial de euríbor del 1%, la cuota en la revisión anual pasará de 679 a 1.014 euros. Es decir, 335 euros al mes.
Estos registros anticipan que el Banco Central Europeo (BCE) volverá a autorizar una nueva subida de tipos en alguna de las dos reuniones que restan antes del verano: la de mayo o la de junio, en su caso. En su reunión de marzo, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ya apostó por subir tipos como medida necesaria a pesar del miedo a la crisis financiera. «Yo estaba allí. No estamos viendo un problema de liquidez y ahora el sector bancario está mucho más fuerte que entonces. Contamos incluso con más herramientas que la Reserva Federal estadounidense y podemos hacer más en caso de que sea necesario», ha asegurado. El equipo del BCE vigila «muy de cerca» los mercados y señala que la banca europea mantiene «una posición fuerte de capital y liquidez».
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De hecho, lejos de dar marcha atrás, el consejo gobernador de la institución abogó por tomar «una decisión robusta», aunque no menos cierto es que la institución podría moderar sus subidas de tipos en el futuro. «No había ninguna otra opción encima de la mesa. Se ha decidido por mayoría y en tiempo récord», ha destacado Lagarde. Al parecer, solo tres o cuatro miembros habrían pedido a la institución más tiempo para evaluar las consecuencias de las tensiones financieras antes de una nueva subida.
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