Pero esta situación, la de atravesar por un mal momento prolongado sin lograr ganar, lo ha pasado siempre desde que debutó en la tercera categoría nacional, antes Segunda B y con el paso de los años Primera RFEF.
En su primera temporada en el fútbol de bronce, la 18-19, ya estuvo cinco jornadas seguidas sin ganar con cuatro derrotas y un empate entre las jornadas 2 y 6; en la segunda, la 19-20, la racha se fue hasta los seis partidos sin ganar, en concreto de la 5 a la 10 con cuatro derrotas y dos empates.
En la 20-21 fueron dos rachas, eso sí más cortas, de cuatro partidos seguidos sin ganar. Una de ellas con tres derrotas y un empate, y la otra con dos empates y dos derrotas.
La más larga, en la 21-22
En la temporada 21-22 también hubo dos rachas largas sin conocer la victoria. La segunda de seis seguidos entre las jornadas 24 a 29 con cinco derrotas y un empate; y la primera fue de nada menos que 9 jornadas seguidas sin ganar en el conjunto blanquinegro... y sin perder. Fueron 9 empates seguidos entre las jornadas 8 a 16.