Llácer se reafirma con un magistral partido de Unionistas ante el Andorra

Sergio Valdés

Salamanca

Domingo, 2 de marzo 2025, 17:04 | Actualizado 17:40h.

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Unionistas de Salamanca necesitaba ganar, Dani Llácer necesitaba un triunfo... y llegó. Y, además (algo que también era sumamente importante y en lo que la directiva también hizo hincapié durante la semana) con un notable partido charro, con buena imagen, y con hambre desde el minuto uno de partido. El equipo salió enchufado, espabilado, con contundencia en el terreno de juego y con presión sobre el Andorra. Es decir, lo que se necesitaba y lo que la afición no ha parado de pedir durante toda la temporada al conjunto charro. Y el equipo se lo dio, aunque con emoción al final del partido y nervios después del 2-1 que anotó el club de Gerard Piqué, que cayó derrotado en Salamanca este domingo. Llácer apostó por un once inicial sin fichajes del mercado invernal, y con un gran derroche de todos los protagonistas. Los goles de Gorka Santamaría y Jonny Arriba en la primera media hora de partido pudieron sentenciar un buen partido blanquinegro, especialmente en el primer tiempo; sin embargo, Sergio Molina recortó diferencias a falta de ocho minutos para el final. Rabadán, de cabeza, le dio un respiro a los aficionados y al banquillo con el tercero y definitivo gol.

Dani Llácer apostó en el comienzo del duelo por Iván Martínez en la portería, como es habitual y, junto al meta, Mikel Serrano, Ramiro, Imanol y Vergés en defensa; en el centro del campo, Rabadán e Iñaki, con Rastrojo y Jonny en bandas. Arriba De la Nava enganchando con Gorka de referencia ofensiva.

El partido comenzó con un primer disparo a los 15 segundos del encuentro. Rastrojo lanzó fuera un balón después de un saque rápido desde el centro del campo y lo hizo con un bloque medio y defendiendo muy bien cada marca para no permitir jugar al Andorra en la fase ofensiva; de hecho, Unionistas tuvo un par de llegadas al borde del área que quedaron en nada pero, al menos, la salida al partido fue descarada y con intensidad sobre la meta de Ratti.

La acumulación de hombres y el volcarse sobre el área del Andorra hizo que el primer gol del partido llegara en el minuto 9. Un saque de banda de Unionistas inició la jugada del 1-0 que anotó Gorka Santamaría en el segundo palo con un disparo cruzado después de que De la Nava peinara el esférico. El delantero vasco remató el balón y puso el primer tanto en un partido decisivo para decidir la continuidad de Dani Llácer como entrenador del equipo blanquinegro. Se veía otro equipo, con hambre y con ganas de ir a por el partido desde el primer minuto.

Pasaron los minutos y apenas llegaba el Andorra. Estaba muy bien Unionistas. No concedía, salvo algún balón al borde del área. De hecho, en la primera media hora, los andorranos solo tuvieron en sus botas un disparo de Álvaro Martín que se marchó por encima del marco de Iván Martínez. Y los de Dani Llácer no desaprovecharon una segunda opción que tuvieron, en el minuto 24 de partido: una jugada por la derecha que inició Rastrojo en combinación con De la Nava, el salmantino se la dejó a Gorka y el vasco, con un pase hacia el punto de penalti que Jonny Arriba remató magistralmente para anotar el segundo gol, tremendamente celebrado por parte del cuerpo técnico de Unionistas de Salamanca y por la grada.

En el minuto 30, precisamente, los visitantes tuvieron un buen balón al punto de penalti que Imanol Baz taponó y evitó ante Martínez el primer gol de los de Beto Company. Tres minutos después, Iñaki González tuvo una buena oportunidad desde fuera del área con un chut que se marchó por poco por encima del larguero; e Imanol, para completar su estelar actuación (una más) cortó un esférico vital en el punto de penalti peligroso. Inmenso Baz.

El primer tiempo dejó, en los últimos instantes, una amarilla a Vergés por una entrada clara sobre un atacante andorrano. Afortunadamente, la acción quedó en nada y Unionistas, con una gran imagen, cerró la primera parte con un 2-0 contundente y merecido con un gran juego en el partido.

El segundo tiempo empezó con la misma intensidad y empuje. Jonny Arriba colgó una falta buenísima que a punto estuvo de convertir en gol Mikel Serrano con un remate en el segundo palo; no pasaba mucho en el terreno de juego, con más posesión y control por parte del Andorra, pero con un Unionistas muy seguro y afianzado atrás. Gran nivel defensivo durante todo el partido.

Dani Llácer empezó a mover el banquillo, por obligación: Iñaki González se lesionó y entró en su lugar Jordi Tur, mientras que De la Nava también se retiró en el minuto 57 y Pablo García accedió al terreno de juego. El Andorra llegaba al área con más facilidad que en la primera parte, pero sin ocasiones claras.

El técnico valenciano movió el banquillo de nuevo y dio entrada a Pau Martínez y a Ortuño en lugar de Gorka y Rastrojo, quienes cuajaron un gran partido. Llácer afianzó al equipo defensivamente con un cómodo 2-0 y sin que el equipo blanquinegro sufriera en exceso durante el partido. Hasta el minuto 82.

Un balón del Andorra se estrelló en el palo de Iván Martínez, cuando menos estaba pasando en el terreno de juego. El rechace, pese a que la zaga blanquinegra intentó que pasara el peligro, lo cazó Sergio Molina en el punto de penalti para introducir el esférico dentro de las mallas blanquinegras y poner emoción y nervios en los minutos finales del buen encuentro que había hecho el conjunto de Llácer. Lo que ocurrió es que Unionistas empezó a tener nervios, y el Andorra acumulaba hombres en ataque. Luismi disparó fuera del marco de Ratti antes de que los charros despejaran el peligro del 2-1 gracias a un cabezazo magistral de David Rabadán.

El centrocampista de los charros remató con la testa un gran centro de Pau Martínez, perfectamente colocado en la escuadra del meta del Andorra. Llegó el 3-1 a falta de tres minutos para el final, más el descuento... y la afición respiró. Y el club, también.

En los cinco minutos de descuento el Andorra lo intentó con algunos ataques que llegaban con mucho esfuerzo, gracias a la buena disposición de la defensa blanquinegra. Los charros se quedan con 36 puntos, seis por encima del descenso provisionalmente, y con la salvación más cerca que al incio de semana. Balón de oxígeno para Llácer.