El Celta B descose a Unionistas de Salamanca y le deja blanco antes de Navidad

El entrenador de Unionistas de Salamanca, Raúl Casañ, mantuvo la línea defensiva con Leal y Mario Gómez. En el centro del campo Nespral volvió a la titularidad junto a Óscar Sanz, y también el capitán del equipo, Carlos de la Nava, en lugar de Borja Díaz que partió desde el banquillo.

Los primeros minutos de una mañana fría pero no heladora en el Reina Sofía fueron de acercamientos por parte de los dos equipos con mucha velocidad. Las transiciones rápidas provocaron que en el minuto cinco Unionistas tuviera una buena oportunidad por la banda diestra. Nespral se la dejó a Vicente, que centró desde el córner y Beneit disparó con peligro. El tiro dio en un jugador celta y se envenenó hasta acabar en córner. A la siguiente acción el Celta B, por la banda izquierda, se plantó en el área de Salva de la Cruz y tuvo una oportunidad con un disparo que pegó en un defensa de Unionistas.

Parecía que cada cinco minutos, firmado por contrato, llegaba Unionistas con peligro por la banda derecha. Otro centro de David Vicente acabó en remate peligroso en el primer palo de Carlos de la Nava. La proyección blanquinegra por la banda de la tribuna principal, la de Vicente y Chapela, estaba haciendo daño al Celta B.

El partido era igualado, con muchas pérdidas de balón en el centro del campo por parte de ambos equipos. Eso dio origen a un disparo de Lautaro desde la frontal del área del Celta B, sin consecuencias. Robaba Nespral el balón para intentar que Unionistas saliera en jugada, de nuevo por la derecha, llegado el minuto 20 de partido, pero la acción acabó sin consecuencias. Los dos equipos tenían sus líneas muy juntas y era complicado encontrar los huecos para generar ocasiones. Por eso abría Unionistas a la banda, la diestra fundamentalmente, constantemente intentando desbordar por la derecha.

El balón parado era otra de las armas para abrir el duelo. La tuvo de nuevo Unionistas a través de un córner que botó Nespral a la izquierda del marco de Christian. Losada remató con peligro y se fue fuera por poco el esférico. El partido seguía abierto, aunque eran los mejores minutos locales.

Pero uno de los tópicos del fútbol se cumplió. En los mejores instantes del partido para los de Casañ el Celta B se adelantó. Una gran jugada de Lautaro en el minuto 30 yéndose en la corona del área de sus defensores derivó en un disparo de Miguel Rodríguez, muy blando, que sorprendió a Salva de la Cruz. El portero se estiró y, aunque a priori parecía un balón sencillo de parar, se coló dentro de las redes de Christian.

El choque, con el 0-1, se le complicaba a Unionistas. El Celta B tiraba ahora de velocidad por las bandas y de jugadas entre líneas, pero protagonistas totalmente del partido tras ponerse por delante. Sin prisa estaban los de Claudio Giráldez, y sin reacción tras el gol los blanquinegros. Unionistas pasó de ser mejor, a no estar en el terreno de juego. De hecho, el conjunto de Casañ dio tal bajonazo que eran un coladero de balones en el centro del campo y tenían problemas en defensa cuando el Celta B jugaba por dentro. Íker Losada y Miguel Rodríguez hacían estragos en la zaga blanquinegra, con mucha calidad y mucho peligro.

Sotelo puso la última oportunidad a favor del Celta B en el 45. Un disparo que atrapó bien Salva de la Cruz y que, por suerte para Unionistas, fue la última acción del partido antes del descanso. El equipo terminó totalmente desarbolado y sin capacidad de reacción la primera parte.

Siguió apretando el Celta B en la reanudación. Lautaro obligó a Salva a intervenir con los puños para sacar un disparo peligroso de los visitantes. La tónica era la misma, la de un equipo vulnerable en el centro del campo que sufría con cada robo de balón por parte de los celestes. Así Íker Losada cabalgó él solo sin oposición metros y metros en el césped del Reina sin que ni un solo defensor de Unionistas saliera a taparle. Un desbarajuste defensivo acabó con una parada de Salva para detener la acometida del Celta B.

Los nervios aparecieron también en la defensa blanquinegra. Un fallo garrafal en la entrega de Leal a Salva puso en aprietos al portero. Dos minutos después Leal, precisamente, se fue a la calle por una roja directa discutible del árbitro, Orellana Cid, al central blanquinegro. La interpretación del colegiado, que se supone que es la de ocasión manifiesta de gol, dejó a Unionistas con uno menos pese a que la falta fue con el balón y el jugador del Celta B, Miguel, dirigiéndose hacia el córner en lugar de a la portería.

En el 60 la tuvo Unionistas. Una falta lateral acabó en remate de semichilena de Beneit, que obligó a Christian a despejar de puños y dejar el balón muerto en el área. A punto estuvo de enganchar Losada el balón para rematarle, pero la defensa celta sacó el esférico. Al conjunto blanquinegro le tocaba vestirse de superhéroe para batir a un equipo que, hasta el momento, fue mejor que los locales en todos los sentidos.

Y con cada llegada el Celta B creaba peligro, como Beitia en el minuto 65 con un disparo tras rechace con efecto que atajó Salva sin problemas. Casañ reorganizó al equipo tras la roja dejando a Óscar Sanz cerrando con Mario Gómez para mantener la proyección ofensiva de David Vicente. Los robos y las transiciones mataban al Celta B. Sotelo tuvo otra para matar el partido en el 69. Un disparo cruzado se marchó por muy poco fuera de la portería de Salva. Temblaba Unionistas con cada balón que llegaba a los tres cuartos de campo. Como con otro desmarque de Miguel Rodríguez que acabó en una jugada personal hasta la misma portería de Christian.

El partido cayó en un momento de menos ritmo. En el minuto 80, Mario Gómez robó un balón que le dio a Unionistas otra ocasión clarísima. Un disparo de Juampa primero lo salvó Christian con un parada y, en el rechace, Chapela solo ante el portero la mandó directamente al muñeco con toda la portería para empatar el partido. El gaditano desaprovechó una oportunidad cantada de gol.

Y a la siguiente el Celta B mató a Unionistas. Lo cierto es que se veía venir. Un robo de balón en el centro del campo originó la jugada que acabó en el 0-2. Un centro de Medrano lo remató en el primer palo Miguel Rodríguez ganando la espalda al defensor y batiendo a un Salva que, en esta ocasión, no pudo hacer nada. El desastre en el marcador hizo que el público, cinco minutos antes del final, se marchara del Reina Sofía, en una imagen desoladora para despedir 2022 en Salamanca.

Lo intentó a la desesperada el equipo de Casañ con algunos disparos de David Vicente, y Óscar Sanz. Pero fue el Celta B el que le dio la puntilla en el descuento con un gol de Hugo Álvarez en el segundo palo, tras un centro, solo.

Para más inri, los jugadores dieron un ejemplo lamentable al terminar el partido. Con insultos, golpes y casi agresiones en el centro del campo terminó el encuentro con una pésima imagen para terminar 2022.