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enric gardiner
Madrid
Viernes, 23 de septiembre 2022, 17:43
«El revés de Federer es... exquisitez», responde Álex Corretja tras unos breves instantes de espera en los que trata de encontrar el adjetivo adecuado para explicar una de las tantas genialidades del suizo. Es difícil comprender y explicar la elegancia y el talento de ... Federer sin su revés a una mano, uno de los golpes más vistosos y que capta la atención del espectador por su combinación de baile, velocidad y puntería. No hay golpe más bello que un revés ejecutado a una mano y paralelo. En un tenis cada vez más virado hacia el revés a dos manos, más poderoso, fácil de interpretar y que permite defenderse con mayor sencillez, Federer decidió, cuando aún era muy pequeño, seguir los pasos de sus ídolos, de Stefan Edberg y más tarde de Pete Sampras, y también de su madre, Lynette, que utilizaba este golpe, y decantarse por el revés a una mano.
«El revés de Federer es exquisito. Es un golpe con mucha plasticidad, especialmente por la variante del revés cortado, muy práctico y muy peligroso», añade Corretja, quien también tuviera un bonito revés a una mano y que ahora ejerce de comentarista en Eurosport, canal que emite la Laver Cup en España en exclusiva. Corretja insiste en cómo el desarrollo del cortado le ha permitido hacer frente a los grandes golpeadores de esta época. «Ese golpe lo convierte en muy peligroso contra jugadores que juegan muy recto, muy agresivo. Especialmente los que tienen revés a dos manos».
Para hablar de la técnica, el posicionamiento y el juego de pies del helvético es fundamental. «Él casi siempre está muy bien girado de hombros, con la pierna derecha delante, con la cabeza de la raqueta muy alta y con el codo bastante estirado. Técnicamente la empuñadura es muy recta», explica Corretja.
Además, Federer cuenta con una desventaja con el revés. Su ojo dominante es el izquierdo, algo que solo ocurre en el 30% de la población. Esto le ha ayudado a desarrollar una derecha letal, de las mejores de la historia, a costa de tener un peor revés a una mano que otros coetáneos, como Richard Gasquet y Stan Wawrinka, que poseen mejor revés que derecha.
Para paliar esta deficiencia, que se puso más de manifiesto con la irrupción de Rfa Nadal, el cual castigó el revés de Federer con bolas altas que le obligaron a pegar incómodo por encima del hombro, el suizo dio un paso adelante en 2017 y aumentó su nivel de agresividad. «A Federer le costó un poco mover la muñeca en el revés, pero luego hizo ese cambio en 2017. Comenzó a pegar a la pelota cuando esta subía, en lugar de esperarla y que le pasara por encima del hombro, porque ahí es donde más sufría. Lo consiguió gracias a moverse muy bien. Ese fue uno de sus grandes cambios, ir a por la pelota en lugar de esperarla. Estiró mucho más el brazo, sacó más el pecho y también movió más la mano. Eso hizo que pudiera encontrar muchos más ángulos», matiza Corretja, que ganó las dos ocasiones que se enfrentó a Federer.
Pero este cambio no llegó hasta su resurgimiento de 2017, cuando en apenas un año conquistó los últimos tres Grand Slams de su carrera. Durante casi 20 estuvo sufriendo, especialmente en tierra batida, por lo que muchos expertos consideraron que los éxitos de Federer estuvieron lastrados por su golpe de revés. «Más que un lastre, es que, en la época moderna, es evidente que el revés a una mano tiene que ser excelente para que puedas competir contra los mejores, porque la gente es más alta, te sacan con más efecto al revés, juegan muy profundo, muy plano. Para contrarrestar esos golpes de los rivales tienes que tener muchísima precisión. Por eso el revés cortado para él era tan importante. A la vez, eso hacía que también tuviera que correr mucho más, porque es un golpe en la mayoría de ocasiones defensivo con el que ralentizar el juego, con el que rara vez vas a ganar el punto», reflexiona Corretja.
El revés a una mano está en extinción y solo hay cinco jugadores en el 'top 100' que ejecuten este golpe, ninguno de ellos del calado del mítico jugador suizo. «Federer es un icono del deporte mundial, es alguien que traspasa las barreras del tenis. Allá donde va, la gente le admira, le respeta, le venera y es porque se lo ha ganado a pulso. Su elegancia, su carisma, su personalidad, han hecho que sea alguien muy querido en el mundo del deporte y que deja un legado infinito. Va a seguir siendo un mito para el resto de su vida. Michael Jordan, Tiger Woods, Roger Federer... Han marcado una época y seguirán marcándola. Federer no va a hacer nada que no sea un éxito», concluye Corretja.
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