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David Sánchez de Castro, Sara I. Belled y Álex Sánchez
Martes, 16 de enero 2024, 12:46
El rally Dakar, en todas sus versiones y continentes, ha mantenido una cuota de riesgo intrínseco que todos los competidores y espectadores deben tener muy presentes. Navegar durante dos semanas por las pistas fuera de los circuitos y tramos habituales convierte este raid en una de las pruebas del motor más peligrosas del mundo, lo que invita a una reflexión: ¿merece la pena? La muerte de Carles Falcón, segundo competidor español que se deja la vida allí, ha elevado a 75 las víctimas mortales, entre los que se cuentan pilotos, periodistas y espectadores (algunos de ellos niños), en esta peligrosa prueba.
Cuando Thierry Sabine tuvo su visión mística para plantear una suerte de Tour de Francia del motor entre París y la capital de Senegal. Sin embargo, el Dakar pronto advirtió de sus intenciones: ya en la primera edición murió el 'motard' francés Patrick Dodin al salirse de pista en Agadés, Níger.
La década de los 80 fue la más negra en el Dakar, con un total de 27 muertos y las dos ediciones más luctuosas. En 1986, que se saldó con 9 fallecidos, se produjo el grave accidente de helicóptero donde se dejó la vida el propio Thierry Sabine, inventor del rally Dakar, que iba acompañado por un cantante, un periodista, un piloto y un técnico de televisión. También murieron ese año dos pilotos de motos (Yasuo Kaneno y GIampaolo Marinoni) y dos mujeres, madre e hija, atropelladas por un coche de la organización. En 1988 hubo ocho muertos, de los cuales tres fueron espectadores y dos periodistas.
En la década de los 90, pese a los cambios en la organización y el aumento progresivo de la seguridad y la vigilancia por televisión de los competidores, la cifra de muertos llegó a 18. Entre ellos estuvo el español Tomás Urpí, un aficionado al mundo de los rallies y piloto no profesional que estaba siguiendo el Dakar. Murió en un accidente de camino a su hotel.
La entrada del nuevo siglo también fue la de los grandes cambios en el Dakar. No solo llegó la primera victoria española, de Nani Roma, o el traslado a Sudamérica del raid tras la cancelación de 2008 por las amenazas de Al Qaeda, sino también un descenso notable de las víctimas. Entre las 13 víctimas mortales, el español José Manuel 'El Carni' Pérez o Fabrizio Meoni, ganador de las pruebas de 2001 y 2002, en la trágica edición de 2005 en la que hubo cinco fallecidos, incluida una niña. Dos pequeños más murieron también de igual manera al año siguiente.
Asentados de manera absoluta ya en Sudamérica, las durísimas etapas y la altitud en algunas etapas, como la del Salar de Uyuni boliviano, hizo que muchos pilotos llamasen la atención al ASO, los organizadores. Ya no era aceptable vivir cada edición con el peligro de un accidente mortal. Sin embargo, y pese a las constantes mejoras, la década de los 2010 se salda con 10 muertos, siendo la edición de 2013 la más grave y preocupante: el piloto francés Thomas Bourgin murió al estrellarse contra un coche de policía mal colocado y dos personas más, por el accidente de un taxi que les llevaba contra un camión de asistencia.
En lo que va de década, y con la llegada del raid a Arabia Saudí, en todas las ediciones ha habido que lamentar al menos un muerto. En las cinco ediciones celebradas hasta el momento desde 2020 en el reino asiático han fallecido, a fecha de edición de esta noticia, seis personas, siendo el Dakar de 2020 el más duro para los actuales competidores por el fallecimiento de Paulo Gonçalves, uno de los grandes del raid, y de Edwin Straver. Carles Falcón ha sido la víctima número 75 de esta prueba.
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Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
Clara Alba, Cristina Cándido y Leticia Aróstegui
Javier Martínez y Leticia Aróstegui
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