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Jesús Gutiérrez
Domingo, 10 de marzo 2024, 17:44
Si el sprint demostró que los sábados siguen siendo territorio Jorge Martín, la carrera de Catar volvió a dejar claro que los domingos son de Pecco Bagnaia. El italiano lideró de inicio a fin después de una salida meteórica. Partía quinto en parrilla y en ... solo cuatro curvas ya estaba al frente del grupo. Y de ahí hasta el final. Controló la distancia con sus rivales, gestionó neumáticos y no cometió un solo error. El bicampeón del mundo de MotoGP empieza donde lo dejó en Valencia, en lo alto del podio y liderando de nuevo la clasificación. «Ha sido una carrera perfecta. Me la he jugado en cuatro curvas y sabía que la clave era ponerme delante y tirar. El sprint de ayer (por el sábado) también me ha ayudado a entender cómo pilotar con gomas usadas», explicaba el piloto turinés.
Una carrera que estaba prevista a 22 vueltas, pero que se recortó a 21 después de que un problema mecánico en la Aprilia de Raúl Fernández en la parrilla obligase a abortar la salida y repetir la vuelta de calentamiento. Como explicaba Bagnaia, la clave estuvo en esas primeras curvas. Desde la pole, Martín no falló y llegó primero a la curva 1. En esa recta, su rival ya había ganado dos posiciones y era tercero. En la segunda curva se deshizo de Brad Binder y en la cuarta hizo lo propio con el madrileño. A partir de ahí, la vida fue más fácil para el italiano, que pudo marcar su ritmo sin que se sobrecalentase el neumático delantero. Un problema recurrente en las MotoGP cuando ruedas a rebufo.
El primer gran premio del año fue un calco de lo que fue la temporada pasada. Con una reedición del duelo Bagnaia-Martín, y con un invitado inesperado en esta cita inaugural. El sudafricano Brad Binder, que ya logró la segunda posición en el sprint, repitió en la carrera larga después de imponerse al madrileño, que volvió a sufrir con las vibraciones del tren trasero de su Ducati. «No estoy pilotando como me gusta y he tenido que adaptarme yo al estilo de la nueva moto», destacaba Martín. Viendo los problemas, el madrileño daba por buena esa tercera posición, que es la misma que tiene en la general, a tres puntos de Bagnaia y a uno de Binder.
Las tres posiciones de podio permanecieron inalteradas desde la primera vuelta y el espectáculo de los adelantamientos estuvo detrás. Esta vez Márquez no falló en la salida y desde la primera vuelta se situó en una cuarta posición siguiendo la estela de Martín, que solo perdió en las vueltas 12 y 13, cuando le rebasó Pedro Acosta. Un adelantamiento icónico, del que debería ser el sucesor del de Cervera, le apuró la frenada en la curva 1 y se puso provisionalmente cuarto, con aspiraciones de podio. Por momentos parecía que podía soñar con la victoria en su primera carrera, pero el murciano pagó la novatada y se quedó sin neumáticos en el tramo final de la carrera.
«Todos íbamos gestionando gomas y él iba un poco pasado, demasiado agresivo. Pero así es como se aprende. Olé por él», comentaba Márquez sobre Acosta, mientras que el del Puerto de Mazarrón explicaba a su manera cómo había sido la lucha con el ocho veces campeón del mundo. «Es como cuando pierdes la virginidad: todo empieza a ser muy bonito y luego es todo un desastre», comentó Acosta. En cualquier caso, el Tiburón dejó el sello con un carrusel de adelantamientos frente a pilotos con miles de kilómetros más sobre una MotoGP que él. Y de paso, se llevó para su palmarés la vuelta rápida de carrera. «Ha estado muy cerca. Cuando llevábamos 15 vueltas o así, me veía a tiro. Pero al final, teníamos que cometer un error. No podía ser todo tan bonito», lamentaba Acosta, que terminaba desfondado la carrera en novena posición.
Por delante, Márquez finalizó satisfecho su primer domingo con la Ducati. Llegó a disputarle por momentos la tercera posición a Martín, pero dio por buena esa cuarta plaza: «El objetivo de momento es estar regularmente entre los cinco primeros. Todavía estoy conociendo la moto, tengo mucho margen de mejora y sobre todo debo tener paciencia». A sus 31 años, el Márquez más racional ha empezado sumando buenos puntos.
Se esperaba mucho más de Aleix Espargaró y las Aprilia, pero el catalán falló en la salida, fue incapaz de remontar y se tuvo que conformar con la octava posición. Detrás de siete Ducati y de la KTM de Binder. En la primera cita de Catar también quedo de manifiesto la desigualdad que hay en la actualidad entre las fábricas europeas y las japonesas, y lo están padeciendo dos campeones de MotoGP. Fabio Quartararo cruzó la línea de meta undécimo a 17 segundos del ganador con la Yamaha y Joan Mir fue decimotercero con la Honda. MotoGP de dos velocidades.
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