Jesús Gutiérrez
Montmeló
Jueves, 23 de mayo 2024, 19:18
En una rueda de prensa excepcional y en solitario, Aleix Espargaró anunció este jueves su retirada como piloto a final de año. Aunque el catalán comparecía solo en el estrado, estaba acompañado de toda su familia, incluida su mujer Laura, sus hijos Max y Mía, sus padres y su hermano Pol, cómo no. Además de asistir la mayoría de los pilotos de MotoGP y la plana mayor de Dorna. Una escenografía que no hacía otra cosa que demostrar que no se trata de un piloto más.
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«Este es un sitio muy especial para mí, el circuito donde crecí desde pequeñito, donde empecé a correr en moto y donde el año pasado culminé un sueño, así que es un sitio perfecto para decir adiós a las motos». Así comenzaba una alocución que había iniciado en inglés, pero que pasó al castellano para expresar mejor sus pensamientos. Aleix anunciaba su retirada en la pista donde hace un año logró la victoria más emocionante de su carrera, en un circuito de Montmeló situado a escasos kilómetros de su Granollers natal.
La decisión de parar a final de año es solo suya, y lo dejará siendo plenamente competitivo. Tenía oportunidades de seguir, pero ha decidido parar pensando en su familia. «La cabeza me dice que puedo seguir. Me siento competitivo y bien físicamente, pero el corazón me pide parar, estar más tiempo en casa, ver crecer a mis hijos, a mi mujer, y por eso he decidido dar este paso a un lado, disfrutar de la vida desde un prisma más tranquilo». Como reconocería luego, el ejemplo de su hermano Pol, felizmente retirado el pasado curso, también ha marcado esta decisión.
Aleix Espargaró es el más veterano de la actual parrilla de la clase reina, aunque todavía no ha cumplido los 35. Lo hará el próximo 30 de julio. Su carrera es un ejemplo de resiliencia. Debutó con 15 años en el Ricardo Tormo de Valencia, el mismo escenario donde pondrá fin a su trayectoria profesional el próximo mes de noviembre. Pasó por 125cc y 250cc (único piloto en activo que ha competido en esta categoría). Se quedó sin moto cuando no había cumplido los 20 años, y una de esas carambolas de la vida le hizo debutar en MotoGP como sustituto, compitiendo en 2010. Todavía le quedaba bajar otro año a Moto2, antes de ganarse definitivamente su plaza en la clase reina en 2012. Y desde entonces, se había mantenido en la élite del motociclismo.
Nunca tuvo las mejores armas. Primero pasó por equipos privados, después por monturas que tuvo que desarrollar de cero, como el proyecto de Suzuki o el de Aprilia, donde encontró al fin su estabilidad y ha vivido los mejores momentos de su vida profesional. En la fábrica de Noale se convirtió en 'Il Capitano', liderando una escudería que pasó de estar en la cola de las MotoGP, a ser una de las marcas punteras. Y en 2022 lograba su ansiada primera victoria mundialista, en el circuito argentino de Termas de Río Hondo (el primero también de la historia de Aprilia en MotoGP), y firmaba su mejor campaña en MotoGP, siendo contendiente al título y firmando un cuarto puesto final.
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El año pasado ganó otras dos carreras. La más especial de todas, la logró en este circuito de Montmeló, donde el año pasado derramaba lágrimas de alegría, y este jueves eran de emoción. «No ha sido fácil y nadie me ha regalado nada. Mi trayectoria ha sido extremadamente extraña y desestructurada. Nadie, ni el mejor guionista de Hollywood, habría imaginado que a los 30 años pues podría ganar carreras y hacer podios con una marca que no había ganado antes. Pero estoy muy feliz de estar donde he llegado. Seguro que ese niño que debutaba por aquí hace muchos años estaría orgulloso».
«Me gustaría dar las gracias, sobre todo, a Aprilia, porque estos tres últimos años han sido un sueño lo que hemos conseguido. Desde que vine aquí con Romano (Albesiano), luego Massimo (Rivola) y Paolo (Bonora), creo que hemos hecho historia. Les estaré eternamente agradecido por todo lo que me han dado y por lo que yo les he dado a ellos. También quiero dar las gracias a Carmelo y a Carlos (los Ezpeleta), porque yo he crecido aquí. Este ha sido mi colegio, mi patio y mi todo. Y mis hijos también. Dar las gracias a mi familia, que con ellos empezó todo. A mi hermano, que siempre ha sido mi... (rompió a llorar y le aplaudieron en masa). Que siempre ha sido mi referente. Y a todo mi equipo personal. Albert Valera, que sin él mi carrera deportiva no hubiera sido así y ahora es un pilar de mi vida. A mi mujer, Laura, lo mejor que tengo, y a todos los pilotos y compañeros del paddock, gracias. He intentado hacerlo lo mejor que he sabido y estoy muy feliz», aseguró.
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