David Sánchez de Castro
Madrid
Lunes, 15 de enero 2024, 13:38
Ni varios pinchazos, ni la compleja navegación, ni las piedras del camino, ni tener a un gigante de los rallies como Sebastien Loeb detrás pueden, de momento, con un Carlos Sainz que tiene un día más cerca la conquista de su cuarto (¿y último?) trofeo ... Touareg. El madrileño salió de la octava etapa del raid más duro del mundo con más ventaja de la que la comenzó, pese a que Loeb, con el Hunter de Prodrive, parecía que iba a tener cierta superioridad sobre el papel en los 458 kilómetros de especial de este lunes.
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Carlos Sainz entró tercero en la meta de la etapa entre Al Duwadimi y Ha'il, que se llevó su compañero Matthias Ekstrom por delante del galo Guerlain Chicherit al volante del Hilux del equipo Overdrive, después de un día en el que estuvo parado varios minutos por un pinchazo en el primer tercio de la jornada. La difícil pista sobre la que caminaron los integrantes de la caravana dakariana al principio y al final de la etapa, y la rápida zona de asfalto en la zona media, obligaron a tomar dos estrategias paralelas en apenas unos kilómetros, en la que Sainz y Cruz sacaron el máximo rédito posible.
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David Sánchez de Castro
Y es que hay que señalar la labor del copiloto del Matador en esta jornada, visto lo que le ocurrió a Loeb. El nonacampeón del mundo de rallies perdió el rumbo y, con ello el rédito que podía haber obtenido al principio del día cuando Sainz tuvo que parar para reparar una rueda. El francés y su copiloto Fabian Lurquin estuvieron dando vueltas sobre el kilómetro 390 cuando no cruzaron un punto de control. La pérdida de tiempo total de Loeb fue de 5:47, lo que juega a favor de Sainz, que obtiene así un buen balón de oxígeno extra para lo que queda de semana.
El legendario piloto español llegará a la novena etapa del raid con 24:47 de ventaja sobre Loeb, lo que no supone ni mucho menos una ventaja determinante, pero sí un importante colchón que le permite contemporizar y pensar, hasta cierto punto, en conservar de aquí al viernes.
Kevin Benavides y su hermano Luciano se llevaron la etapa en motos, en un día en el que se quitaron la decepción de la jornada anterior, cuando Nacho Cornejo impidió la gran fiesta para la afición argentina. El mayor de los hermanos rosarinos se impuso en una difícil y rapidísima jornada, como demuestra que los diez primeros llegaran a meta con menos de cinco minutos y medio de diferencia.
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La victoria del piloto de Honda queda enmarcada en la intensa lucha que hay por el liderato. Y es que Ricky Brabec abrió la brecha con un Ross Branch con el que le separaba solo un segundo al comienzo del día. Ahora son 42. La extrema igualdad en la categoría de las dos ruedas, algo bastante habitual por otro lado, se llevó a su punto más exagerado en esta edición de 2024, en la que las estrategias van a empezar a cobrar un punto extra de importancia para los cuatro días que quedan.
El propio Brabec lo señalaba a la llegada al vivac de Ha'il, de donde partirá la novena etapa del raid este martes. «La jornada ha sido difícil, porque se han dado jueguecitos. Ya veremos qué pasa. Sabíamos que va a ser complicado, así que algunos han preferido ralentizar. Todavía quedan cuatro días y esperemos que todo vaya bien. Saldremos a pasarlo bien y nos mantendremos concentrados. Con el nuevo Dakar, el último día va a ser crucial», advertía el estadounidense.
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