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Max Verstappen, pensativo antes de una sesión de clasificación. Reuters
Verstappen y la necesidad de volver a arrasar en Hungría
GP de Hungría

Verstappen y la necesidad de volver a arrasar en Hungría

El evidente crecimiento de McLaren, Mercedes o Ferrari ha provocado que Red Bull se tome muy en serio las dos carreras que quedan antes del parón veraniego

David Sánchez de Castro

Jueves, 18 de julio 2024, 14:19

Pase lo que pase en las dos carreras que quedan antes de las vacaciones en la Fórmula 1, Max Verstappen se va a ir a la playa (o donde decida) siendo líder del campeonato. Es más: podría decirse sin mucho riesgo de equivocación que va a ser el líder también en otoño y que probablemente se alce con su cuarto Mundial. No en vano, lleva siete victorias en doce grandes premios disputados, lo que le ofrece un colchón que le permita vivir de las rentas. Sin embargo, hay un dato que en Red Bull tienen muy presente: no ha ganado ninguna de las dos últimas pruebas.

Hay que remontarse dos años para ver a Verstappen fuera del primer puesto del podio en dos carreras consecutivas. Aquel 2022 lo ganó con solvencia, como le pasó en el absolutamente dominador 2023, pero en esta primavera de 2024 se está encontrando con más dificultades, si es que se puede decir que existen tales por no haber ganado tres de las últimas seis citas del campeonato. Verstappen acumula un quinto en Austria, con polémica por el accidente con Lando Norris que aún colea, y un segundo tras no poder alcanzar a Lewis Hamilton en Silverstone. El Mundial sigue bajo su bota, pero en la corte del rey neerlandés los nombres empiezan a rebelarse.

Así las cosas se llega a un circuito histórico como es Hungaroring, que otrora era conocido como el Mónaco magiar por la imposibilidad de adelantar. El sinuoso trazado húngaro hace que las clasificaciones de los sábados supongan un 80% de los esfuerzos para los equipos, toda vez que es un circuito donde el coche pesa más que en otros y en el que la aerodinámica puede marcar las diferencias. No es Silverstone, donde las curvas rápidas dejan margen a las luchas que se vieron hace dos semanas, aunque tampoco es el carril del Principado monegasco, pese a que se parezca más a este que al anterior.

El intenso calor que se espera puede derivar en potentes tormentas, como las que hubo esta semana, si bien las predicciones son optimistas (o pesimistas, desde el punto de vista del espectáculo), hacia un sol radiante en el cielo del trazado cercano al Danubio.

Aunque Hungaroring se le da excepcionalmente bien a Verstappen, como demuestran sus dos victorias aquí en los últimos dos años, también es consciente de los enemigos que tiene cerca. Tanto McLaren como Ferrari y Mercedes han sabido meterle mano al neerlandés, que además cuenta con la desventaja de correr solo. Sergio Pérez no está ni se le espera, hasta el punto de que su renovación inexplicablemente firmada hace unas semanas se ha convertido en un problema serio en el seno del equipo. El mexicano atraviesa uno de los momentos de forma más paupérrimos desde que es piloto de Red Bull y su jefe, Christian Horner, está buscando la manera de romper un acuerdo que tenía que ser un acicate, pero que no salió bien.

Así, Verstappen se ha convertido en un ejército de un solo hombre frente a las duplas formadas por Norris y Piastri, Russell y Hamilton, y la siempre dubitativa de Leclerc y Sainz. El madrileño sigue sin tener equipo para 2025, los asientos se siguen repartiendo (el próximo en confirmarse va a ser el de Ocon a Haas, toda vez que Magnussen no sigue) y él ni confirma ni desmiente. Lo que iba a ser hace unas semanas se ha retrasado, cuando no congelado. Las opciones siguen intactas y, mientras, él se debe a una Ferrari que sigue a lo suyo. Este fin de semana, como muchos otros equipos, llevará un fondo del coche diseñado específicamente para circuitos como este, aunque eso suponga regresar a una pieza que ya desecharon hace unas cuantas carreras porque daba malos resultados. Lo llaman mejoras, cuando el realidad son involuciones.

Aston Martin, a asentar su regreso

Una de las grandes dudas de este fin de semana será comprobar si las sensaciones con las que acabaron Fernando Alonso y Lance Stroll en Silverstone se van a mantener. Después de dos meses hundidos, hasta el punto de caer a los infiernos de la parrilla junto a los Sauber (Stake), Williams o Haas, los dos coches verdes acabaron en la zona de puntos, lo que supone una notable mejoría especto a las previsiones que tenían antes.

Alonso es optimista, toda vez que los técnicos de Aston Martin contienen el aliento: saben que en Hungría y en Bélgica, dentro de dos semanas, se juegan mucho más que los resultados en sí, ya que el desarrollo del monoplaza de 2025 tiene que comenzar ya.

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