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DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO
Madrid
Domingo, 23 de octubre 2022, 20:43
Max Verstappen ya tiene el récord de más victorias en una temporada, trece, empatado con las logradas por Vettel en 2013 y Michael Schumacher en 2004, después de ganar un complicado GP de Estados Unidos en el que peleó con uñas y dientes con rivales ... de la dureza de Lewis Hamilton, que sigue sin saber lo que es ganar en este 2022, y de Charles Leclerc, que salvó los muebles para Ferrari.
Y es que la carrera empezó de la peor manera posible para Carlos Sainz. El madrileño partía con mucho optimismo, pero se le complicó en el mismo momento en el que se apagó el semáforo. Verstappen le pasó en los primeros metros, lo que le obligó a atacar por la trazada exterior en la primera curva, donde Russell le embistió.
Sainz, apenas diez segundos después de salir, veía cómo su participación en el GP de Estados Unidos se acababa, porque ese golpe además de hacerle trompear le afectó al sistema hidráulico y le provocó una fuga de agua fatal. Sexto abandono del año, segundo en la primera vuelta y una nueva decepción para él. Visto el castigo y el resultado final, los cinco segundos de sanción que le granjeó esta acción a Russell saben a muy poco.
La carrera entró entonces en un periodo de calma que solo quedó inquietado por las paradas en boxes. La gestión de neumáticos entró en una fase crítica, ya que las temperaturas hacían obligado pensar si era óptimo esperar a duros o mantener los medios, quienes iban a esa estrategia, o viceversa, caso de Fernando Alonso.
La decisión de cuándo parar acabo forzada por el trompo de Valtteri Bottas en la vuelta 18, cuando se quedó tirado en la curva del mismo número. El consecuente despliegue del coche de seguridad para retirar el Alfa Romeo atrapado en la grava hizo que el grupo reagrupara. Esta vez no se corrió ni medio riesgo, visto lo ocurrido en Japón, y se mantuvo la carrera neutralizada hasta que se retiró la grúa. que tampoco es lo que exigieron los pilotos, que directamente pedían bandera roja. Esta vez no hubo quejas.
La reanudación de la carrera quedó marcada por uno de los accidentes más espectaculares que se recuerdan. Los protagonistas serán compañeros a partir de 2023: Lance Stroll y Alonso. El asturiano lanzó un ataque al canadiense para ganarle posición cuando este, como ya había demostrado otras veces, dejó claro que no mira por los retrovisores. Es incomprensible que diera ese volantazo que el que será su próximo 'partener' no pudo evitar.
El golpe que se dieron acabó con Alonso volando y cayendo con violencia contra el suelo, pero aún en carrera. Entró en boxes como pudo, le cambiaron el morro y los neumáticos y a correr. El asturiano no solo no renunció a seguir, sino que acabó peleando por puntuar.
En una carrera que parecía que iba a ser anodina hubo un golpe de guión más, y esta vez tuvo un inesperado protagonista: Max Verstappen. Cuando Lewis Hamilton entró a boxes a hacer su segunda parada para buscar un 'undercut', en la respuesta de Red Bull falló lo que nunca falla. La pistola de la rueda delantera izquierda no ajustaba bien y el «estupendo» (palabra usada por Verstappen para quejarse) cambio de neumáticos le costó el liderato.
Las últimas vueltas fueron frenéticas por ello. Al bicampeón le tocó atacar a Hamilton, que buscaba mantener su racha de haber ganado, al menos, una carrera en todas las temporadas que lleva en la Fórmula 1, mientras por detrás Pérez y Leclerc se jugaban el tercer puesto en esta carrera y un poco más.
Verstappen fue advertido hasta recibir una bandera blanca y negra (una tarjeta amarilla, en términos futbolísticos) de que su pelea por llegar a Hamilton le podía provocar una sanción si seguía saltándose los límites de pista. Con el británico quejándose (él también fue advertido), al final logró pasarle para hacer campeón a su equipo.
En un fin de semana muy complejo, tanto en lo emocional por la muerte de Dietrich Mateschitz, fundador de Red Bull, como deportiva por ese fallo en boxes, Verstappen les hizo campeones de constructores al ganar por delante de sus grandes rivales. La semana que viene, en México, la oportunidad será para que Sergio Pérez demuestre más.
Fernando Alonso compareció ante los medios tras el Gran Premio de Estados Unidos con cara de cansado. Lo admitía él mismo: tuvo una enorme suerte, no solo por salir indemne del tremendo accidente que tuvo con Lance Stroll, al que libró de toda culpa, sino también para acabar la carrera.
«Lo primero, estoy contento de hablar con vosotros porque podía estar en el centro médico. Contento por eso. Ya tuvimos suerte con el primer coche de seguridad, y luego a la hora de adelantar quería pasar a Lance, me moví y él se movió a la vez… Fue mala suerte, no nos entendimos», explicó sobre el incidente. Lo peor fue la sensación de inseguridad y sin saber qué iba a pasar al aterrizar. «Cuando estaba en el aire, tenía un poco de miedo», confesaba Alonso a continuación.
La sorpresa fue que el coche no acabara destrozado. «Cuando vi que aterrizaba en el asfalto pensaba que iba a estar el coche destrozado, pero llegué a boxes, me cambiaron los neumáticos y pude continuar las 32 vueltas hasta el final», relataba. «Acabar séptimo me parece increíble», explicó, antes de confesar que fueron 32 vueltas infernales. «En las últimas 20 vueltas, solo iba pensando en el accidente», contó, notablemente dolorido aún.
Sainz, hundido
Carlos Sainz ni siquiera sudó en el Gran Premio de Estados Unidos. El madrileño decía adiós en la primera curva, después de que un George Russell que no sabía ni dónde iba se lo llevaba puesto. Le dio un golpe justo en el punto en el que le rompió el radiador.
«Hemos salido regular, o mejor dicho Max ha salido muy bien. Ya lo habíamos visto antes de la carrera, que por alguna razón que desconocemos el segundo sale siempre mejor que el primero. Estaba batallando con él, y ha llegado Russell como un loco y me ha dado. Es un resumen de lo que está pasando este año», se lamentaba el español. «Las cosas no están saliendo los domingos, y hay que pasar página», se resignaba.
«Hay que ahora enfocarse en México, no queda otra que seguir dando pasitos con el coche. Ya llegará el momento en el que dejen de pasar cosas», intentó tranquilizarse.
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