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Álvaro de Arriba, en las pistas del Helmántico. J. M. GARCÍA
Atletismo

Álvaro de Arriba: «El objetivo es estar en París 2024 en el 1.500»

El atleta salmantino, que cambia de prueba esta temporada, dice: «Espero sacar el mismo rendimiento o mejor que en el 800, creo que me voy a adaptar mejor por mi forma de correr y físico»

Jueves, 20 de octubre 2022

El atleta salmantino Álvaro de Arriba (La Sagrada, 28 años) afronta una temporada clave en su ya de por sí brillante carrera deportiva. Deja su prueba, la del 800, en la que ha logrado multitud de éxitos nacionales -múltiple campeón de España indoor y al aire libre- e internacionales -destacan el título europeo bajo techo en 2019 o bronce en 2017, cuarto del mundo este invierno y olímpico en Río- para dar el salto al 1.500. Lo hace tras un año 2022 con muchas luces como el doble título nacional -el de aire libre en la final más rápida de la historia con récord del campeonato-, el oro en el Iberoamericano, las semifinales del Mundial al aire libre, su nueva MMP (1.44.85) o el cuarto puesto del Mundial indoor de Belgrado a 7 centésimas del bronce, pero también de la sombra del Europeo, en el que quedó fuera en la primera ronda. Realiza el cambio a año y medio de los Juegos de París 2024, su nuevo gran reto. Aquí lo explica todo.

- Ha tenido un gran año 2022 pero con un broche final inesperado en el Europeo. Aún así ha sido una de sus mejores temporadas. ¿Qué sensaciones le ha dejado?

- Ha sido un año muy bueno pero con la sensación un poco al final de que ha faltado rematar el cuarto puesto en ese Mundial indoor, en el que si hubiera estado un poco mejor habría sacado una medalla. Al aire libre el objetivo principal era el Campeonato del Mundo al aire libre; llegué muy bien, el cuerpo no fue en las semifinales como debería, hay que adaptarse a todo como los viajes largos, algo que es para todos, pero no lo supe gestionar bien a nivel físico. Y luego el Campeonato de Europa, al que llegué físicamente también muy bien, diría que el mejor momento de la temporada, pero mentalmente estaba KO. El objetivo principal había sido el Mundial pero allí no estaba lo suficientemente enfocado. Y eso no te lo puedes permitir a ese nivel.

- ¿Ha encontrado la razón por la que no fluyó todo como pensaba en el Europeo?

- Ha sido un año con muchos campeonatos. En este 2022 han llegado muy juntos todos esos campeonatos que venían retrasados por la pandemia. En pista cubierta con el Mundial y el DNA, al aire libre con el Iberoamericano, Mundial y Europeo... Son muchos picos de forma que físicamente los he aguantado pero mentalmente se han hecho pesados porque a ellos hay que unir los dos campeonatos de España en los que aquí, en la prueba de los 800 metros, no puedes ir de broma por el nivel de los rivales y te juegas las plazas internacionales. El año pasado ya me quedé fuera de los Juegos por ello. Ha sido más el cansancio mental por lo larga que ha sido la temporada pero estoy contento porque físicamente he respondido.

«Al campeonato de Europa diría que llegué en el mejor momento de la temporada pero mentalmente estaba KO»

- Cierra ya en el 800 una etapa increíble pero no de forma abrupta porque lo tenía bien meditado. ¿Ha sido esta etapa la que habría firmado antes de ser atleta de elite?

- Realmente nunca me había puesto techo en esto del atletismo. Y por ello nunca me había planteado hasta dónde llegar o en qué momento estaría contento. Pero estoy satisfecho con mi rendimiento en el 800. Ha faltado esa medalla en el Mundial este año que ha estado cerca. Hablando este año con el médico de la Federación en el Mundial indoor, al quedar cuarto, le decía que estaba contento, que si en ese momento me tuviera que retirar del atletismo estaría satisfecho. A día de hoy estoy contento con mi carrera deportiva pero ahora tengo mucha ambición, la misma que tenía en el pasado en el 800 pero ahora con una nueva prueba.

- ¿El salto al 1.500 después de lo que ha pasado en el 2022 o estaba todo meditado?

- La decisión venía ya de antes. Tenía claro que después de los Juegos de Tokio iba a dar el salto al 1.500, pero lo retrasamos un año más por la espinita del año olímpico que no salió como nos hubiera gustado. No ha sido un calentón ni nada similar, llevaba en la cabeza desde hace varios años. He tenido siempre las ideas claras en el mundo del atletismo profesional. Llevaba años con ganas de este salto y con la edad que tengo, 28 años, es la edad perfecta para dar el salto y aprovechar esos años de mi carrera deportiva que me quedan en una prueba en la que espero sacar el mismo rendimiento que en el 800.

- ¿Le da tiempo a llegar a los Juegos de París 2024?

- El objetivo es ese. Este año, al pasarnos a una prueba nueva dos años antes con los cambios que hay que hacer, mejor en 2023 y no en el mismo año olímpico. Por eso este año el salto al 1.500. Esta temporada quiero pelear en el aire libre las plazas para el Mundial en 1.500, que estarán igual de calientes que las del 800. Pero todo con la mentalidad de estar en los Juegos de París de 2024.

«A día de hoy estoy contento con mi carrera deportiva pero ahora tengo mucha ambición, la misma que tenía en el pasado en el 800 pero ahora con una nueva prueba»

- Conociendo su ambición, hablar de un 2023 de transición es poco más que atrevido. Habrá un periodo de adaptación, son más kilómetros a la semana...

- A nivel de entrenamientos no va a cambiar mucho porque nosotros ya hemos estado 3-4 años preparando el 800 por arriba siempre, incluso más cercano al 1.500. Ahora nos toca cambiar los últimos meses de entrenamiento en los que ya nos metemos en competición pero creo que el reto más grande que se nos presenta ahora no es a nivel de entrenamientos sino a nivel de competición: saber moverme en una prueba diferente. Por eso este invierno, en la pista cubierta, queremos ir con tranquilidad, aprender a sufrir en esos momentos en los que yo no reconozco ese nivel de sufrimiento porque vengo del 800. No me preocupa pero es lo que queda por ver cómo sale.

- Si en la prueba que deja el nivel español es impresionante, se pasa a un 1.500 con nombres también internacionales y otros que están llegando como el salmantino Mario García Romo que está asombrando. Las plazas españolas para poder ir a los campeonatos internacionales estarán carísimas igualmente.

- Lo bueno es que vengo de una prueba en la que el nivel es similar. Mariano García es el actual campeón de Europa al aire libre; en 1.500 el bronce europeo es Mario... A nivel Mundial también hay medallas en las dos pruebas. Es decir, es similar. Yo creo que, por ejemplo, Mario ya me toma como un compañero más de prueba y hablando con él no me infravalora en ese sentido. Vengo de una prueba diferente, para mí es un reto pero no lo haría si no creyera que puedo sacar el mismo rendimiento que en el 800 o mejor. Creo que me voy a adaptar mejor a la prueba del 1.500 que la del 800 por mi forma de correr y mi forma física. Ahora solo falta aprender a correr esa prueba y el trabajo, que es lo que nos ha llevado a estos resultados.

«Los 28 años son la edad perfecta para dar el salto y aprovechar esos años de mi carrera deportiva que me quedan en una prueba en la que espero sacar el mismo rendimiento que en el 800»

- No sé si tienen mucho contacto con el también salmantino Mario García Romo y usted al estar estudiando él en Estados Unidos. Tienen buena relación, pero ¿cómo cree que será a partir de ahora siendo rivales de la misma prueba y teniendo que jugarse una medalla o un pase a una prueba internacional?

- No va a cambiar absolutamente nada. Tengo muy relación con él y cuando viene a Salamanca intentamos cuadrar para entrenar algún día juntos. Como ejemplo pongo el caso de Mariano García. De los mejores amigos que tengo a día de hoy, compartimos habitación en todos los campeonatos. En este Europeo de Munich me volví dos días antes y le dije que estaba para ganar y que ojalá lo hiciera. Me alegré muchísimo. El día que yo quedé campeón de Europa (2019), él estaba conmigo en la habitación y lo celebró más que nadie. Al final, somos personas adultas y no se va a perder la relación. Ambos tenemos esa mentalidad ganadora pero la madurez necesaria como para separar lo profesional de lo personal. En la pista vamos a ser rivales y cuanto más metros le pueda meter uno al otro será mejor, pero ojalá que podamos estar en los campeonatos internacionales juntos en las tres plazas que hay.

- A lo largo de su carrera deportiva siempre ha tenido los objetivos muy claros y ha sido muy valiente y ambicioso en los retos que se marcaba. Casi los ha cumplido todos a rajatabla. ¿Cuáles son los de Álvaro de Arriba con su salto al 1.500?

- Igualar el historial que tengo en el 800 como mínimo. Lo primero, me gustaría clasificarme para el Mundial de este próximo verano al aire libre, en cubierta dependeremos de cómo estemos. Por trabajo o ambición no va a ser. Se puede conseguir. Es complicado porque no solo hablamos de tu rendimiento, sino también del de los rivales. Pero no nos cambiaríamos de prueba si no viéramos que pueden salir los mismos resultados como mínimo.

«Esta temporada quiero pelear en el aire libre las plazas para el Mundial en 1.500. Pero todo con la mentalidad es estar en los Juegos de París de 2024»

- Tiene 28 años ahora, ¿hasta cuándo se ve compitiendo a nivel de elite?

- Normalmente la edad tope de este tipo de pruebas suelen ser los 33-34 años. Sí que es cierto que ahora con los nuevos materiales se están retrasando esas edades. No hay más que ver el caso de Kipchoge en la maratón, un atleta de 40 años que sigue batiendo récords. El récord de España de maratón lo mismo. En mi cabeza están los 33-34 años y a partir de ahí creo que cerraré mi etapa. Y más que a nivel físico lo digo porque también tengo otros proyectos en la mente. No quiero estar toda mi vida en esto y a partir de esa edad sería un momento perfecto para dejarlo. También hay que tener en cuenta las lesiones pero yo por suerte hasta ahora apenas he tenido. Todos estos años, de los 28 a los 32-33, como mínimo el cuerpo puede rendir al máximo nivel. Y tenemos ejemplos como Marcin Lewandowski (atleta polaco), que para mí es un referente y su medalla mundial la consiguió cuando tenía más de 30 años. De los 28 a los 32 años es una edad perfecta para el 1.500. Y lo digo no solo por el físico sino también a nivel mental.

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