La unidad B sobra a España para expiar sus pecados en Chipre

Persigue el conjunto de Luis de la Fuente la condición de cabeza de serie en el sorteo de la Eurocopa y también engrasar la máquina de cara al gran torneo continental, pues antes solo tendrá otra ventana después de ésta, en marzo del próximo año. Lo primero casi lo consiguió, lo segundo a medias, pues el cómodo duelo en el coqueto y nuevo Limassol Stadium tampoco permite sacar excesivas conclusiones, menos aún tras la versión gris del segundo tiempo que derivó en el tanto chipriota, obra de Pileas.

Logró la selección los tres puntos con goles de Lamine Yamal, Oyarzabal y Joselu en un abrir y cerrar de ojos. Cumplió con el triunfo, tal y como se esperaba a tenor de la enorme diferencia hoy por hoy entre las dos naciones futbolísticas, pero lo logró con una buena versión antes del descanso y otra un tanto indolente tras la pausa.

Y es que hizo los deberes pronto y desconectó sin el concurso de gran parte de su columna vertebral durante esta fase de clasificación, pues Unai Simón, el portero titular, Rodri, el mediocentro de referencia, y Morata, el '9' de la selección, estaban en el banquillo por un día.

Como hace un par de meses en Granada, Lamine Yamal se mostró pronto como un tremendo dolor de cabeza para el combinado chipriota. España sobó la pelota hasta que el joven talento del Barça encontró la llave del gol tras un centro de Mikel Merino. Joselu no llegó a rematar el envío del navarro y ya en el segundo palo el joven azulgrana regateó al portero y ajustició a Chipre a las primeras de cambio.

Con el reto de abrir la lata, normalmente lo más complicado en este tipo de partidos, conquistado en un abrir y cerrar de ojos, España trató de aplicar la seriedad que pedía De la Fuente en la previa y aprovechar el duelo para engrasar detalles y rodar a su unidad B. Gavi fue el más generoso en el esfuerzo pero el peligro llegó de la mano de Merino, en un tiro bloqueado, y Joselu, con una volea desviada. Fue sin embargo Oyarzabal el que encarriló el objetivo a través de un tanto teñido de incertidumbre por la intervención del VAR.

Lejos de relajarse con el triunfo ya perfilado, La Roja siguió avasallando mediante un disparo a la madera de Zubimendi y el tercero, obra de Joselu tras un saque de esquina de Oyarzabal. En ese punto, como si decidiese que la goleada era suficiente, bajó un par de velocidades, lo que no evitó otra clara ocasión de Oyarzabal, que se topó con Mall y para colmo se lesionó en el intento de remate. Fue lo último del primer acto antes del remate lejano de Kastanos que animó a la grada local, algo alicaída por los goles españoles.

Tras el aluvión de cambios del descanso, dos en España con los García, David y Aleix, al verde, y tres en Chipre, La Roja ofreció una tregua general a un adversario que volvió a testar a David Raya con un disparo de Pittas solventado por el portero del Arsenal.

Después de un inicio elogiable, sesteó La Roja, arrullada por la confortable comodidad de un partido resuelto y por la enorme sensación de superioridad de los primeros 45 minutos. Se relajó y permitió así que los chipriotas se lo acabasen creyendo, con varias ocasiones y el gol de Pileas, revisión de VAR mediante. El tanto desató la euforia en la sufrida hinchada chipriota, poco acostumbrada ya a gestas como aquella de septiembre del 98 que España, con la unidad B y a medio gas, no permitió.