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El fútbol salmantino retoma las competiciones locales tras la Navidad y lo hace con una asignatura pendiente: respetar a los árbitros. Así lo asegura Alfonso Vicente, conocido exábitro y ahora su máximo responsable en Salamanca, que advierte de la «escalada de tensión» especialmente entre los ... espectadores y hacia los colegiaados.
Nombrado el pasado septiembre, afronta su primera temporada como presidente del Comité Técnico de Árbitros, el CTA, siglas que se han hecho populares a nivel nacional. Tras toda una vida como colegiado, ha tomado su nueva responsabilidad con ilusión y el objetivo de mejorar el arbitraje en el fútbol salmantino, falto de efectivos y conocedor de que, cuando las cosas se tuercen en un campo, el árbitro está en el punto de mira.
¿Cómo está la situación de los árbitros de Salamanca, hay déficit de vocaciones?
Siempre nos gustaría tener más y mejor, tener a los mejores y darle descanso a gente que quiere tomarse un fin de semana de descanso, irse a su ciudad, pero bueno, hemos estado peor. No estamos en una situación óptima, pero bueno, ahora mismo con la llegada de casi 30 nuevos árbitros entre colaboradores y aspirantes, la situación la tenemos un poco más desahogada que a principio de temporada, que teníamos a chicos haciéndose seis y siete partidos cada fin de semana. Todavía tenemos alguno con un volumen alto de partidos, pero estamos capeando el temporal.
¿De cuántos árbitros dispone ahora mismo el fútbol salmantino?
Entre árbitros nacionales, territoriales y provinciales, que son los que sacan la mayor parte de la copmetición en Salamanca, más colabores y aspirantes, estamos por encima de la centena. Un porcentaje importante acaban de entrar en el colectivo, es su primer año, esperamos que estén con nosotros mucho tiempo. Pero podemos decir que por primera vez en muchos años tenemos más de cien árbitros.
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¿Cuál sería el número idóneo de partidos por fin de semana para un colegiado a nivel provincial?
Me va a costar ser objeytivo porque hemos estado acostumbrado a hacer cuatro, cinco, seis... En mis inicios recuerdo haber pitado hasta ocho o nueve partidos en un mismo fin de semana y para mi lo normal es eso. Pero para que un árbitro pueda entregarse al 100% mental y físicamente a un partido lo ideal es que hiciera como mucho dos cada día y que no fueran todos de fútbol 11. Dos tres partidos sería lo ideal, pero si conseguimos rebajar de cinco a cuatro partidos será un éxito.
El árbitro es siempre una figura en el centro de todas las iras en el fútbol. ¿Cómo está la situación en el fútbol salmantino?
Esto va por semanas y en estas últimas estamos un poco, no voy a decir alarmados, pero sí preocupados porque estamos percibiendo otra vez una escalada en la tensión, especialmente en los espectadores, en el público. Hemos visto varios partidos que ha habido que suspender por incidentes de público y porque un chico de categoría juvenil quiso agredir al árbitro. Por suerte, no llegó la sangre al río, pero ya estamos viendo señales de que la tensión está creciendo. Vamos a dirigirnos a algunos clubes en particular para que tomen medidas en sus partidos porque estamos llegando al final de año como en algunos momentos del año pasado, con el miedo de que los insultos pasen a algo más serio.
Estamos intentando ser lo más preventivos posible, hablando con clubes en conversaciones informales, tratar asuntos puntuales, intentar a través del comité de competición que se sancione... Estamos intentando ser escrupulosos en el cumplimiento de las normas.
¿De qué armas dispone un árbitro en un campo de fútbol para conseguir que reine el respeto?
Más allá de las reglas de juego, que debería ser la carga magna para todos, para jugadores, árbitros, entrenadores y público, precisamente por esa creciente agresividad se creó un protocolo que nos habilita para detener los partidos si detectamos que la agresividad de los espectadores se dispara. Tenemos tres escenarios: parar el partido y avisar al delegado para reconducir la situación, posibilidad de expulsar a espectadores; suspender el partido, incluso encaminándose a vestuarios; y la tercera, suspender partidos si la situación no se puede reconducir. Contamos con la ayudas de los cuerpos y fuerzas de Seguridad del Estado.
También tenemos el protocolo contra las xenofobia, que en esta provincia hemos tenido que aplicar contadas veces. Al final, no es que el árbitro tenga que tomar medidas, tiene que estar al campo que no es poco: acertar penaltis, aplicar la disciplina... el comportamiento es responsabilidad de cada uno y no tenemos que estar haciendo de policías cuando la gente no sabe comportarse en las instalaciones deportivas de nuestra provincia.
En las últimas semanas, con la llegada del horario de invierno, con más horas sin luz natural, hemos visto situaciones de dificultad para apreciar las jugadas. ¿Cómo afecta a la labor del árbitro?
Nos afecta igual que a los jugadores, igual que a todos. Si algo no se ve bien, no se ve bien para nadie, ni para el árbitro ni para el jugador, ni para un padre. Tenemos que ser conscientes de que, tras la pandemia, estamos en una ciudad en la que ha crecido exponencialmente el fútbol base en dos años, lo que implica tener muchos más equipos y muchas más horas de campo con el mismo número de instalaciones. Quiere decir que las instalaciones se degradan y tienes que dedicar más recursos, que son escasos, a las instalaciones que tienes o a generar nuevas y eso en el corto plazo siempre es complicado. Los tiempos políticos no son los de la vida real y tenemos que tener paciencia para que se adapten.
Claro que nos gustaría que hubiera mejores instalaciones, mejor iluminación, que se pudieran renovar más a menudo los tapetes, que ahora por ley se van a tener que renovar el 95% de ellos por la prohibición de microplásticos en terrenos de juego, va a haber que cambiarlos. Eso será una buena noticia para los deportistas, pero mala para las instituciones que van a tener que hacer una gran inversión para renovar las instalaciones. Claro que nos gustaría que hubiera sobre todo en iluminación porque son muchos los partidos que se juegan en horario nocturno, siempre nos gusta tener más, pero hay que tener paciencia.
¿Llegan los árbitros los lunes con jugadas que no han podido apreciar por falta de luz?
Nos pasa un poco de todo cada fin de semana porque además en la inmensa mayoría de partidos vamos solos, sin asistentes: si ya es difícil acertar cuando vamos tres, imagínate si tienes que determinar si un gol ha entrado cuando no estás en la línea de fondo. Sucede de todo. A veces podemos achacarlo a que no se ve, a que la red está rota o nos hemos perdido algún detalle, o un jugador se ha tropezado con un boquete y pensábamos que le habían hecho falta.
Algunos problemas los reflejamos en las actas, como cuando un terreno de juego no está en condiciones o que la iluminación impide que se pueda ver de manera óptima el desarrollo del juego. Es simplemente para que se constate que a veces tenemos problemas en determinados terrenos de juego, pero no es de ahora, sucede en Salamanca y en toda Castilla y León. Sucede en la capital, qué te voy a contar en otras localidades.
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