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A menos de tres meses para que expire su lucrativo contrato, a Gareth Bale se le abre la oportunidad de despedirse de forma digna del Real Madrid. El bajo rendimiento y las continuas lesiones de Jovic y Mariano han llevado a Carlo Ancelotti a fijar ... al galés como alternativa más sólida a la hora de dar mínimos descansos a Benzema y paliar posibles ausencias del francés en la recta final de un curso que tiene al conjunto de Chamartín acariciando el título de Liga y soñando con conquistar la decimocuarta 'orejona' de su historia.
El regreso del Expreso de Cardiff al Santiago Bernabéu 773 días después sirvió para refrendar la última misión encargada a un futbolista sublime en momentos de trascendencia histórica, pero cuyo apático comportamiento en las últimas temporadas derivó en la agria respuesta de la parroquia blanca al dilatadísimo reencuentro con el británico que se produjo frente al Getafe.
El '18' reaccionó con sorna a la pitada generalizada de la hinchada local que escuchó cuando Ancelotti le introdujo a poco más de un cuarto de hora para que finalizase el envite contra el conjunto azulón con el objetivo de insuflar oxígeno a Benzema pensando en la vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones ante el Chelsea.
El veredicto de la afición estaba cantado después de años de distanciamiento con el futbolista a causa de su escasa implicación con el proyecto tras la final de Kiev en 2018, pese a haber sido una figura determinante en el último ciclo regio en Europa del club de Chamartín. Pero sentó mal en el vestuario porque genera división en un momento en el que la comunión con el público es vital para encarar las siete citas que restan en la Liga y desbrozar la ruta que puede conducir a la final continental en Saint-Denis del 28 de mayo.
El cierre de filas que se produjo al término del choque fue indicativo de la confianza que sus compañeros y el club siguen teniendo, pese a todo, en un jugador capaz de aparecer de la nada para firmar una actuación descollante, como sucedió hace cuatro años frente al Liverpool. «Estamos al final de la temporada, nos jugamos mucho, hay que ayudarse, los compañeros, también la afición a nosotros. Nosotros estamos con él», subrayó Marcelo, que apura sus últimas semanas como capitán dando ejemplo con su comportamiento de cómo debe salir una figura señera del equipo con el que ha celebrado tantos éxitos. «Bale es un jugador muy importante para nosotros, sabemos la historia que tiene aquí. Estamos en un momento muy importante de la temporada y esperemos contar con él», corroboró Rodrygo.
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«Estamos en un momento crítico de la temporada. Todos los jugadores van a ser muy importantes. Tenemos que estar todos unidos, también el público, porque se avecinan nuevos desafíos», aleccionó por su parte Emilio Butragueño antes de recordar que, pese al 1-3 logrado en Stamford Bridge, la eliminatoria con el vigente campeón de Europa «no está cerrada». En la misma línea que el director de Relaciones Institucionales del Real Madrid se pronunció Ancelotti. «La pitada a Bale es comprensible, pero Bale ahora lo está haciendo bien. Es un profesional serio. Ahora necesitamos a todos y la unidad entre afición y jugadores es un aspecto muy importante», enfatizó.
El técnico regresó al Real Madrid esperanzado en que todavía podría sacar provecho de Bale, con el que aterrizó de la mano en Chamartín allá por 2013 y que tuvo un impacto decisivo en dos de las grandes conquistas del transalpino en su primera etapa en la capital española: la Copa del Rey ganada al Barça en Mestalla y la Champions amarrada frente al Atlético en Lisboa. Pero las lesiones y la actitud del británico llevaron pronto a Ancelotti a relegarle para que primase la meritocracia.
Desde entonces, Bale se ha dedicado principalmente a llevar a la selección galesa al Mundial de Catar, un reto que está todavía pendiente de la repesca que los dragones deberán disputar contra el vencedor del pulso entre Escocia y Ucrania, aplazado por la invasión de este último país por parte de Rusia. Pero Ancelotti pide un último servicio a Bale. Sabedor de que es el futbolista con más gol de la plantilla al margen de Benzema, como demuestran las 106 dianas que ha anotado en 258 partidos con el Real Madrid, y de que tiene un don para deslumbrar en citas históricas, empieza a repartirle minutos como recambio del '9'. Un rol secundario desde el que puede volver a ser protagonista en su ocaso como merengue, si el físico y las ganas se lo permiten.
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