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El Ramón Sánchez Pizjuán es por méritos propios uno de los estadios de la Liga más difíciles para el foráneo. También para el Madrid, que en el siglo XXI ha conocido más sinsabores que alegrías en el feudo sevillista, pero que en esta ocasión tiene ... en el barrio sevillano de Nervión la opción de asestar un golpe casi definitivo en la pelea por el título de Liga.
Todo lo que sea para el conjunto blanco sumar una victoria en su visita al Sevilla y al menos sostener su ventaja actual de doce puntos frente al Barça, que serían nueve reales si el conjunto azulgrana solventa con triunfo sus encuentros contra el Cádiz -el lunes- y Rayo Vallecano -aplazado en su día y fijado para el domingo 24-, supondría tener media Liga en el bolsillo con solo seis jornadas por delante.
No es de extrañar que ante un desafío de altura pero también una ocasión pintiparada para dejar claro su dominio en este campeonato Ancelotti haya pasado página de la épica clasificación para las semifinales de Champions del pasado martes contra el Chelsea. Considera el técnico italiano que su equipo está en plenas condiciones de afrontar una batalla decisiva en el Pizjuán aunque no dispondrá de laterales izquierdos específicos, sin los lesionados Mendy y Marcelo, y tampoco de Casemiro, su sostén en la medular, por sanción, además de Jesús Vallejo y Ceballos, ambos por covid-19, y Hazard y Jovic, también con dolencias físicas.
«Jugamos el martes, vamos a jugar el domingo por la noche y en el aspecto físico el equipo está muy bien. Queremos jugar con energía, que es lo que necesita este tipo de partido, y lo podemos hacer. El tiempo de recuperación ha sido suficiente. Al equipo lo veo bastante bien, creo que lo ha mostrado en los últimos partidos, como en la prórroga contra el Chelsea», defendió el técnico italiano en la rueda de prensa previa al encuentro, insistiendo en la fe ciega en sus pretorianos a pesar de las muchas críticas que ha recibido a lo largo de la temporada por su escasa predisposición a las rotaciones. «Todo el mundo está esperando el pinchazo del Madrid pero el pinchazo no llega», dejó caer.
Hasta siete bajas lamenta el de Reggiolo pero sobre todo dos problemas que resolver. El primero en el carril zurdo, donde sin jugadores específicos la opción a priori lógica pasa por el comodín de Nacho. El segundo, en la delicada posición de mediocentro defensivo, en la que sin un sustituto natural para Casemiro Carletto ya ha recurrido en más de una ocasión a Kroos, que dejaría su posición como interior izquierdo al empuje de Camavinga, toda vez que Valverde llega exhausto después de su despliegue frente al Chelsea. Lucas Vázquez también podría ofrecer descanso a Carvajal y Asensio podría ser una opción con piernas frescas en el flanco derecho del ataque blanco, con Benzema y Vinicius como santo y seña del potencial ofensivo madridista.
En el Sevilla no se cree ya demasiado en la remota posibilidad de pelear por el título, pero el empate sin goles entre la Real Sociedad y el Betis, los principales perseguidores en la lucha por las cuatro primeras plazas que suponen el billete de Champions, ofrecen al conjunto de Lopetegui la posibilidad de alcanzar un suculento colchón de seis puntos si es que en el Domingo de Resurrección logra doblegar al líder al calor de su pasional afición.
No cuenta el técnico vasco con los lesionados Rekik, Fernando y Suso. Tiene además serias dudas para alinear a Delaney y Acuña, que ya entrenaron junto al resto de sus compañeros en la última sesión previa al encuentro pero con los que podría ser muy aventurado arriesgar desde el once inicial. Sin su lateral izquierdo titular Augustinsson apunta al carril zurdo hispalense mientras que la ausencia de Fernando deja a Lopetegui la duda entre ser más conservador y optar por Gudelj como mediocentro defensivo o diseñar un centro del campo mucho más ofensivo con el 'Papu' Gómez como interior por detrás del tridente ofensivo, al que opositan Ocampos, el 'Tecatito' Corona y Rafa Mir o Martial en la punta de lanza, en lugar del últimamente desacertado En-Nesyri.
Lo del Real Madrid es el más difícil todavía. Otra vez tuvo que estar contra las cuerdas, casi sometido, para despertar con toda la furia del mundo. Levantó un 2-0 del Sevilla en el Pizjuán, un fortín. Lo hizo tras un una primera media hora para el olvido, especialmente después del descanso, guiado por ese espíritu indomable tan característico, que le llevó hacia una victoria donde ningún visitante la había conseguido en esta Liga, que ya es casi blanca y en botella.
Y eso que la cosa empezó fea para el Madrid. Sin laterales izquierdos específicos Ancelotti sorprendió situando a Carvajal a pierna cambiada en lugar de Nacho. Por ahí trató de encontrar el camino hacia el gol el Sevilla, con un presión muy alta de inicio. Un centro del Papu Gómez desde el costado derecho del ataque local no encontró rematador pero generó las primeras sensaciones de peligro sevillista, ahondadas por un intento de Martial a la media vuelta que se fue lamiendo el poste derecho de la portería defendida por Courtois.
Respondía el Madrid con un disparo muy alto de Camavinga y un intento de Benzema de zurda bien taponado por Diego Carlos, pero no estaba cómodo el conjunto blanco, con dificultades en la salida de balón y muy poca profundidad. Transitaba el encuentro en una fase anodina hasta que un impacto del balón en el brazo de Diego Carlos en área sevillista encendió algo los ánimos. En otros tiempos no habría duda alguna de que la acción no era merecedora de penalti pero dada la confusión actual en este sentido todo se protesta, por si acaso.
Sevilla
Bono, Navas, Koundé, Diego Carlos, Acuña (Augustinsson, min. 62), Jordán, Rakitic, Lamela (Ocampos, min. 72), Papu Gómez (Óliver Torres, min. 46), Corona (Gudelj, min. 62) y Martial (Rafa Mir, min. 41).
2
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Real Madrid
Courtois, Lucas Vázquez (Nacho, min. 81), Militao, Alaba, Carvajal, Modric (Asensio, min. 81), Kroos, Camavinga (Rodrygo, min. 46), Valverde, Benzema (Mariano, min. 95) y Vinicius.
Goles: 1-0: Rakitic, min. 21. 2-0: min 25, Lamela. 2-1: min. 50, Rodrygo. 2-2: min. 82, Nacho. 2-3: min. 92, Benzema.
Árbitro: Cuadra Fernández (Comité Balear). Amonestó a Camavinga, Nacho, Kroos y Mariano, del Madrid, y a Martial, Diego Carlos y Óliver Torres, por el Sevilla.
Incidencias: Partido de la jornada 32 de Liga, disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán ante 40.629 espectadores.
Con los ánimos ya algo más encendidos entre Rakitic y Militao se encargaron de calentar definitivamente el duelo. Fue en una falta al borde del área que el croata ejecutó contando con la fortuna del error del central en la barrera. Se desubicó el brasileño y el balón pasó por el hueco originado directo a la red. Si ya estaba el Sevilla con un punto más de energía el tanto profundizó esta tendencia. Apenas se había repuesto el Madrid del gol cuando Tecatito Corona le ganó el duelo al desbordado Militao y obligó a la salida desesperada de Courtois. La puso atrás el mexicano y Lamela no perdonó con todo a favor.
Media hora de juego consumida y situación crítica para el líder. Obligado por los acontecimientos, el equipo de Ancelotti dio un paso al frente, poniéndose el mono de trabajo en la presión y cercando el área rival. El esfuerzo le sirvió para crear dos opciones, con sendos disparos de Benzema, el primero bien atrapado por Bono y el segundo por encima del larguero. Sin embargo, incluso pudo dar las gracias por no alcanzar el descanso en inferioridad, pues Camavinga, ya amonestado, se la jugó en una acción ante Martial que lesionó al delantero y bien podía haber sido merecedora de la segunda amarilla para el centrocampista.
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Del vestuario regresó el Madrid volcado, con Rodrygo en lugar de Camavinga, en un cambio decisivo, y un cara a cara entre Benzema y Bono bien resuelto por el guardameta. Fue un aviso antes de la fantástica jugada trenzada entre Vinicius y Carvajal, que Rodrygo acabó haciendo buena con un remate inapelable. Era otro el equipo blanco, tan acostumbrado a los retos casi imposibles. Militao cerca estuvo de la redención con un zapatazo lejano y el giro del partido ya era copernicano.
Lopetegui movió el banquillo pero ni por esas. Bien es verdad que Rafa Mir la tuvo de cabeza pero el que embocó fue Vinicius. Anuló el tanto Cuadra Fernández por una mano que no era y aunque desde el VAR Iglesias Villanueva le invitó a revisar la acción, el árbitro balear, en una decisión inexplicable, no cambió su criterio inicial tras revisar la acción en la pantalla. Enardecido por la polémica arbitral, el Madrid redobló la apuesta y encontró el merecido empate con una jugada de pleno ADN blanco, en la que Nacho hizo buenos el pase de Carvajal y la fe para no dar un balón por perdido del lateral.
El punto ya era bueno, buenísimo a tenor de la situación poco tiempo antes, pero es que el Madrid ya había olido la sangre del adversario. No se conformaba con otra cosa que esa victoria que le diese media Liga y la acabó encontrando, como premio a una fe infinita. Rodrygo, el hombre del partido, ganó la línea de fondo y la puso atrás para Benzema, el hombre de la Liga. El galo, que no había estado acertado de cara a puerta, sentenció con aplomo el partido y probablemente también el campeonato.
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