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Lamine Yamal corre para celebrar su gol ante el Mallorca. AFP
Jornada 28

Lamine Yamal tira del Barça

Un golazo del canterano dio tres puntos al Barça contra el Mallorca antes de la cita de Champions con el Nápoles

Daniel Panero

Viernes, 8 de marzo 2024, 23:03

El Barça logró este viernes tres puntos fundamentales para meter presión al Real Madrid y adelantar, de forma provisional, al Girona. El conjunto que dirige Xavi Hernández se impuso al Mallorca por la mínima en un partido que se encargó de desatascar Lamine Yamal. El ... joven extremo, de apenas 16 años, resolvió la papeleta en la segunda mitad con un zurdazo desde la frontal y permite a los azulgrana llegar la cita contra el Nápoles en Champions con una victoria revitalizadora.

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Con un ojo puesto en el Mallorca y otro en el Nápoles. Así salió el Barça este viernes al césped del Lluis Companys. Xavi, que ya avisó de que haría rotaciones, sorprendió con un once en el que no estaba Lewandowski y en el que si figuraban Marc Guiu como nueve y Raphinha como tercer centrocampista. Fueron novedades que se le atascaron a los azulgrana en el arranque de partido. Y eso que salieron dispuestos a presionar en campo contrario e iniciar cuanto antes un asedio contra la portería del combinado de Javier Aguirre, pero de ese plan a la realidad había un trecho importante.

Barcelona

Ter Stegen, Koundé, Cubarsí, Iñigo Martínez, Cancelo, Christensen, Gündogan (Oriol Romeu, min. 87), Raphinha (Fermín López, min. 37), Lamine Yamal, Joao Félix (Vitor Roque, min. 62) y Guiu (Lewandowski, min. 62).

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Mallorca

Rajkovic, Gio, Nastasic, Raíllo, Copete (Radonjic, min. 82), Lato (Jaume Costa, min. 71), Samu Costa, Morlanes (Dani Rodríguez, min. 61), Darder (Antonio Sánchez, min. 71), Larin (Abdón Prats, min. 82) y Muriqi.

  • Gol: 1-0: min.73. Lamine Yamal.

  • Árbitro: Javier Iglesias Villanueva (Comité gallego). Amonestó a Iñigo Martínez y Samu Costa.

  • Incidencias: Partido disputado en el Estadio Lluis Companys ante 38.225 espectadores.

Fue así porque el Barça estuvo voluntarioso a lo largo de toda la primera mitad, pero le faltó una vez más la chispa en los últimos metros que tampoco tuvo en Bilbao la semana anterior. Esa falta de ideas se vio alimentada por la posición retrasada de Gündogan, que tuvo que ayudar en la construcción del juego y por la de Raphinha, desubicado en todo. El brasileño, que se marchó lesionado a los 37 minutos, no consiguió en ningún momento ser el enlace que buscaba Xavi con los Guiu, Yamal, Joao Félix y compañía.

Incertidumbre

Con todo este desaguisado, los minutos corrieron, el Lluis Companys se impacientó y hasta la diosa fortuna le terminó siendo esquiva a los azulgrana en un penalti sobre Raphinha que Gündogan disparó centrado. Rajkovic paró la pena máxima e insufló aún más aire a un Mallorca que en ningún momento se replegó y que llegó al descanso mucho más entero y generando varias llegadas de peligro en las que Larin y Muriqi no tuvieron puntería ante Ter Stegen.

Tras la reanudación, el Barça trató de dar un paso al frente. La entrada de Fermín, que sustituyó a Raphinha, permitió a los de Xavi tener un jugador más entre líneas y eso lo notó un equipo que poco a poco fue avanzando metros. Lo hizo merced a un Gündogan que se hizo omnipresente y, sobre todo, gracias a Lamine Yamal. Tiene solo 16 años, pero es el jugador en el que los culés se refugian cuando vienen mal dadas. Desde el perfil diestro empezó a encarar una y otra vez a Lato y poco a poco fue desgastando a un Mallorca al que por primera vez en toda la noche se le vieron las costuras. Yamal puso varios centros de peligro y hasta estrelló el balón en el larguero con un zurdazo ante el que poco pudo hacer Rajkovic.

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Fue un aviso de lo que estaba por venir. El Barça tenía un ojo en Champions y lo demostraba el hecho de que hasta Xavi tenía el partido que estaban disputando los italianos en un televisor en el palco. Todos tenían la mente en otra parte, todos salvo Lamine Yamal, que siguió insistiendo. Se empeñó en cambiar los pitos del Lluis Companys por sonidos de asombro y así se llegó al minuto 73, momento en el que frotó la lámpara. Yamal encaró a Dani Rodríguez, cambió de dirección, se perfiló, levantó la cabeza y dibujó un zurdazo a la mismísima escuadra digno del mejor Leo Messi. La afición culé explotó con la obra de arte de su mayor promesa y echó el telón a un partido que no tuvo más historia que la que escribió un jugador diferente, capaz de echarse a la espalda a un club histórico como el Barcelona, ahora venido a menos.

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