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Restarán todavía catorce jornadas, todo un mundo como bien se encargó de subrayar en la previa el sancionado Míchel, pero el duelo que mantendrán Real Madrid y Girona este sábado en el Santiago Bernabéu adquiere tintes de final anticipada en la pelea por ... la Liga. El líder de Primera, con la defensa escuálida, recibe a la gran revelación del campeonato, un equipo descarado que derrocha pólvora y saldrá dispuesto a comerse el escenario.
Al conjunto catalán, segundo clasificado a solo dos puntos de su poderoso adversario, se le presenta una oportunidad de oro para llevar a una nueva dimensión esa rebelión que protagoniza desde que la temporada alzase el telón en el ya lejano mes de agosto y que representa la mayor amenaza para el statu quo conocida en muchos años. En caso de que los locales no logren dar un golpe de autoridad en su techado coliseo de Chamartín, los visitantes pueden desencadenar un auténtico golpe de Estado.
«Es un partido exigente contra un equipo que lo ha hecho mejor que todos, como el Real Madrid. Será difícil y les tenemos mucho respeto», analizó en la víspera Carlo Ancelotti. El técnico italiano quiso asignar un carácter relevante al pleito pero no decisivo al recordar que la Liga seguirá siendo «muy larga» con independencia de lo que ocurra en el Bernabéu, pero a nadie se le escapa que un triunfo de los blancos supondría un enorme espaldarazo para una escuadra que luce unos números robustos pese a que camina sobre el alambre.
Las lesiones se han cebado con la retaguardia del Real Madrid, cuyo liderato se sustenta, por encima de cualquier otra consideración, a partir de los estupendos registros defensivos que presenta: apenas 15 goles encajados en 23 jornadas. Las voces que clamaban por la llegada de algún refuerzo en el mercado de invierno para contrarrestar las bajas de larga duración de Militao y Alaba cayeron en saco roto y Carletto vive sometido a un permanente ejercicio de funambulismo. El transalpino se las ha ingeniado hasta el momento para evitar que su equipo cayese por el precipicio, pero su margen de maniobra es cada vez más reducido.
Con Nacho también en el dique seco a causa de una sobrecarga y la vuelta de la Champions asomando a la vuelta de la esquina, a Ancelotti le quedaba en principio medio central disponible, Rüdiger, que parece un toro pero no es de hierro. El berlinés estaba lastrado por la fuerte contusión en el muslo izquierdo que sufrió al chocar con Greenwood durante la visita de la semana pasada al Coliseum. El viernes se ejercitó con buenas sensaciones, pero horas antes del partido le sometieron a unas pruebas que detectaron una lesión muscular que le tendrá al menos dos semanas parado. El crucigrama se complica para el de Reggiolo, que al final apuesta por Tchouaméni y Carvajal como inédita pareja de centrales..
El francés central ortopédico a regañadientes aunque de solvencia acreditada hasta la fecha: en los 215 minutos que el pivote de Ruan ha pasado ejerciendo como zaguero de emergencia, su equipo no ha encajado ni un solo tanto. Carvajal será su asociado, lo que da encaje de nuevo a Lucas Vázquez en el lateral diestro. Por si acaso, en la recámara estará Jacobo Ramón, un tallo de 1,95 metros al que tutela Arbeloa en el Juvenil A y llamado a filas dado que en el Castilla no hay nada mejor sano.
Por suerte para Ancelotti, de medio campo en adelante todo es abundancia, puesto que Vinicius dejó atrás las molestias en las cervicales que le impidieron disputar el derbi del pasado domingo ante el Atlético y volverá a portar el estandarte arriba junto a Bellingham, menos incisivo de un tiempo a esta parte, y Rodrygo, quien atraviesa un periodo de barbecho goleador.
Claro que también el Girona tiene sus propios problemas. Los blanquirrojos no podrán contar con la dirección de Míchel, sancionado por sus protestas en el litigio frente a la Real Sociedad de la última jornada, lo que trasladará la responsabilidad desde la banda a su ayudante, Salva Fúnez. Tampoco podrán ser de la partida Blind y Yangel Herrera, ambos sancionados al igual que Míchel, además de los lesionados David López y Toni Villa.
La buena noticia para el Girona es que Dovbyk, el cosaco por el que suspira media Europa, parece repuesto de la dolencia en la rodilla que le hizo ser baja ante la Real Sociedad y está dispuesto a contribuir con su pegada a la asonada del Girona. Stuani también tiene listo el fusil, por si las moscas.
Real Madrid: Lunin, Lucas Vázquez, Carvajal, Tchouaméni, Mendy, Valverde, Camavinga, Kroos, Bellingham, Rodrygo y Vinicius.
Girona: Gazzaniga, Couto, Arnau, Eric García, Miguel Gutiérrez, Portu, Aleix García, Iván Martín, Tsygankov, Dovbyk y Savinho.
Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano).
Hora: 18:30 h.
Estadio: Santiago Bernabéu.
TV: Dazn
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