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Cuando llegan los duelos cumbre, el gen ganador del Real Madrid, su grandeza, casi siempre emergen para minimizar a sus rivales, tal y como le ocurrió al Girona en el Bernabéu. No es casualidad, es la enorme diferencia entre jugadores campeones, acostumbrados a las grandes ... batallas, y los aspirantes. Se vendió este duelo de contrastes como una cita clave para decidir el campeonato y la realidad es que el Madrid disfrutó de su tarde más cómoda en los últimos tiempos y los catalanes transitaron de un lindo sueño a una pesadilla. Les vino grande todo y acusaron hasta la ausencia de Míchel en el banquillo por su última expulsión.
Al equipo de Carlo Ancelotti le interesa ganar y le importa un comino el debate de estilos, la milonga de la posesión y de si los grandes tienen que dominar, no contragolpear. Se trata, simplemente, de aprovechar las debilidades de los adversarios, en este caso de un contrincante expuesto y blandito, y las virtudes de sus jugadores: la rapidez y el desborde de un tipo diferencial como Vinicius, la movilidad y llegada de Bellingham y, por encima de todo, el manejo exquisito del tiempo y el espacio que caracteriza a Kroos.
Real Madrid
Lunin, Lucas Vázquez, Tchouaméni, Carvajal, Mendy (Fran García, min. 77), Valverde, Camavinga, Kroos (Modric, min. 70) Bellingham (Brahim, min. 57), Rodrygo (Joselu, min. 70) y Vinicius (Güler, min. 77).
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Girona
Gazzaniga, Yan Couto, Eric García, Juanpe, Miguel Gutiérrez, Iván Martín (Solís, min. 70) Aleix García, Tsygankov (Valery, min. 70), Portu (Pablo Torre, min. 46), Savio, y Dovbyk (Stuani, min. 70).
Goles: 1-0: min. 6, Vinicius. 2-0; min. 35, Bellingham. 3-0: min. 54, Bellingham. 4-0: min. 61, Rodrygo.
Árbitro: Martínez Munuera (Comité Valenciano). Amarilla a Juanpe, Yan Couto y Mendy (los dos últimos se pierden las citas de San Mamés y Vallecas por sanción).
Incidencias: Partido de la 24ª jornada de Liga, disputado en el Santiago Bernabéu con unos 700 hinchas del Girona. Un minuto de silencio en memoria de Miguel Ángel, histórico portero del Real Madrid.
Ante el apocado Girona, el alemán estuvo imperial, fue el amigo de todos. Como nadie le encimaba y él sabe dónde debe colocarse para recibir y que el juego fluya, fue el amo y señor de la situación. Sería un grave error de Florentino Pérez no renovar a Kroos y dejarle que se retire. Su cabeza es un prodigio y su toque casi infalible. No falla un pase, mejor dicho, uno de 64, ya sea de seguridad, cambiando la orientación del juego o rompiendo líneas de presión. Sencillamente, extraordinario.
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La cita se rompió a los seis minutos. Ocurrió que Yan Couto se resbaló intentando recortar a Camavinga y su error acabó con un golazo de Vinicius. Nadie le encimó y el brasileño se perfiló para dibujar desde fuera del área un disparo de rosca estupendo. Anduvo lento de reflejos Gazzaniga, igual que en la acción del segundo gol, obra de Bellingham tras gran pase en profundidad de Vini.
En un par de genialidades, las estrellas habían dejado la tarde vista para sentencia. Cada error catalán era penalizado por un Madrid que solo mueve el balón para distraer, correr y percutir, no para marear la perdiz. El inglés, muy libre todo el partido y aprovechándose de la movilidad de todos sus compañeros, acababa así con su mini sequía.
Mención especial al enorme despliegue defensivo de los soldados de Carletto. No pudo disponer el italiano de ninguno de sus centrales, ya que Nacho no se recuperó y a última hora se supo que lo de Rüdiger es una lesión muscular, no un simple golpe, pero con orden y solidaridad fue suficiente para frenar al Girona, que en todo el primer tiempo no se acercó a Lunin.
El Madrid trabajaba de maravilla con y sin balón, juntándose si hacía falta con los 11 jugadores por detrás del esférico y hasta Vini y Rodrygo remangándose. Eran claves las ayudas de Camavinga, Valverde y Kroos para que Carvajal y Tchouaméni no sufrieran como improvisados centrales.
Ya con Pablo Torre en lugar del intrascendente Portu, trató el Girona de mejorar su aspecto tras el descanso. Obligó por fin a intervenir Lunin para atajar un centro chut de Savinho. Inquietud en los locales cuando a Bellingham se le torció el tobillo. Cojo y todo, el inglés selló su doblete y su decimosexto gol en esta Liga al aprovechar el rechace de Gazzaniga tras otra acción genial de Vinicius, que se marchó de su paisano Yan Couto con suma facilidad. Vistoso, filigranero y efectivo el brasileiro.
Abrochado el triunfo, cero riesgos y a pensar en la visita a Leipzig del martes. Bellingham se fue a la ducha y Brahim salió a escena. Rodrygo se sumó a la fiesta y firmó el cuarto tras otra acción individual, sin oposición alguna. Descanso para Kroos, entre otros, y minutillos para Modric. Santo y seña. El penalti que estampó Joselu en el poste, tras derribo a Güler, mera anécdota. Este Madrid se viste de campeón. Y no es un disfraz carnavalero. Por lo que respecta al Girona, Míchel lo dejó claro tras la derrota: «Estamos haciendo una temporada increíble, pero nuestra Liga no es esta».
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