Borrar
Eduardo Camavinga (i) y Aurélien Tchouaméni, jóvenes valores en el centro del campo del Real Madrid. Reuters
La transición tranquila de Ancelotti
Análisis

La transición tranquila de Ancelotti

Sin echar de menos a Casemiro, el técnico italiano demostró con sus cambios en Cornellà que hasta Kroos y Modric son prescindibles cuando los duelos se rompen y se impone el músculo

Ignacio Tylko

Madrid

Lunes, 29 de agosto 2022, 14:37

Más alla del problemón resuelto a última hora por Karim Benzema, el eterno ángel de la guarda del Real Madrid, y del desequilibrio permanente de Vinicius, que si es capaz de mantener su progresión geométrica dará muchos años de gloria con su velocidad, regate, asistencias ... y goles al conjunto blanco, la sufrida pero merecida victoria del campeón en Cornellà dejó lecturas muy positivas para Carlo Ancelotti. Es veterano y fue figura como jugador en un fútbol de otra época, pero entiende de maravilla el técnico italiano que el deporte rey actual es talento, pero sobre todo físico, esa «energía» a la que se refiere de forma recurrente en sus comparecencias.

«Cuando se rompe el partido, tenemos jugadores muy rápidos y potentes. Cuando tienes energía en el campo, lo vas a aprovechar. Tenemos ventaja ahí». Así de sencillo, y a la vez contundente, fue el resumen que hizo Carletto de la cita ante el Espanyol que comenzó el domingo y casi acaba el lunes. Bajo su dirección, el Madrid ha fichado estos dos últimos años músculo, encarnado en defensas como Alaba y Rüdiger y, sobre todo, centrocampistas de largo recorrido del perfil de Camavinga y Tchouaméni. Aunque conviene matizar que estos dos jóvenes y valiosos medios de ida y vuelta tienen ascendencia congoleña y camerunesa, respectivamente, el poderío francés dispara al líder.

Sin Casemiro, vendido al Manchester United por 70 millones más 15 en variables en una operación llamada a convertirse en el enésimo gran negocio de Florentino Pérez, Ancelotti sigue, impasible, su hoja de ruta. Con naturalidad, sin tensiones, sin broncas y sin malas caras, va camino de conseguir que iconos como Luka Modric y Toni Kroos dejen de ser imprescindibles en momentos determinados, cuando los duelos enloquecen.

El croata y al alemán representan la calidad, el temple y ese oficio para manejar como pocos el tiempo y el espacio, pero sin ellos ya en el campo fue cuando el Real Madrid noqueó a un ambicioso y corajudo Espanyol. Mientras los pericos sufrían con los músculos tiesos después de tanto correr, tipos como Tchouaméni, Vinicius y los recién entrados Camavinga y Rodrygo, volaban.

Victoria desde el banquillo

Carletto, de nuevo, resultó determinante con sus cambios. Con más de una hora de partido por delante, retiró a Modric, superado por la velocidad de la contienda, y dio entrada a Camavinga, clave con sus arrancadas 'box to box'. Y a 11 del final más el descuento, fuera un agotado Kroos y dentro Ceballos, con ganas de reinvindicarse y de demostrar que puede y debe tener más protagonismo que el curso pasado.

En sus 90 minutos, más diez de descuento, Tchouaméni remató una vez, dio 69 pases acertados, fallo cuatro, recibió una falta y cometió cinco. Y en 32 minutos, Camavinga también disparó una vez, dio 13 pases buenos, recibió dos faltas e hizo una. Más allá de los fríos números, ambos convierten a este Madrid en un equipo vertical, con registros casi de la Premier League.

Con Tchouaméni y Camavinga en el césped, el Madrid gana dinamismo, versatilidad, despliegue ofensivo, velocidad y vértigo

Sin Casemiro, el conjunto blanco pierde orden y defensa posicional, pero con su reemplazo gana dinamismo, versatilidad, despliegue ofensivo y velocidad. «Hay que aprovecer los movimientos de Tchouaméni hacia adelante», insiste Ancelotti, sabedor de que ahora Kroos y Modric deben ejercer por momentos casi más de escuderos del francés que de enganches con el ataque. Tras ganar la Supercopa con facilidad ante el Eintracht e imponerse de forma consecutiva en Almería, Balaídos y Cornellá, el Madrid marca un ritmo endiablado y tiene pinta de que va a ganar muchos partidos en los minutos finales.

Repertorio de virtudes

Si la segunda parte de Tchouaméni en Vigo ya fue destacada a la hora de ganar duelos y disfrutar en las transiciones, ante el Espanyol presentó en sociedad un repertorio de sus virtudes. Estuvo muy suelto con el balón, ágil a la hora de cambiar el juego, muy bien en los controles, con altura ofensiva y contundente al frenar los contragolpes rivales. Abarca mucho espacio y, en cuanto tiene ocasión, avanza sin poder ser frenado.

Camavinga mató a sus adversarios a base de larguísimas y rápidas conducciones y Rodrygo, otro gran acierto de entrenador al entrar por Valverde con el duelo en el aire, volvió a ser determinante partiendo desde el banquillo con ese pase brillante a Benzema en el segundo gol. Ningún aspirante en las grandes Ligas, salvo el Real Madrid, ha comenzado con pleno de victorias.

Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

salamancahoy La transición tranquila de Ancelotti