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A poco más de dos semanas para la final de la Liga de Campeones entre Real Madrid y Liverpool en París el Madrid parece afrontar la recta final de Liga como un trampolín para seguir ganando sensaciones sobre el césped sin sobrecargar de minutos a ... sus pesos pesados pero tampoco dejándose llevar y perdiendo tensión competitiva por el camino.
El primer adversario en pagar los platos rotos del plan de Carlo Ancelotti para llegar en óptimas condiciones a la batalla por la decimocuarta corona europea en la historia del club de Chamartín fue el Levante. Lo hizo además con el siempre dramático descenso de categoría, incapaz de contener a una versión del Madrid mucho más reconocible que la del derbi madrileño en el Metropolitano, días antes.
Volvieron los dos pilares ofensivos del equipo blanco, Karim Benzema y Vinicius, y con ellos regresó también el inmenso poder ofensivo de un conjunto que hizo un set al Levante pero pudo hacer unos cuantos goles más. Incluso con la sensación de competir a medio gas en la segunda parte, ya con su rival en la lona y pasando un auténtico calvario con final en Segunda, el Madrid asustó y su tridente ofensivo de gala sacó brillo a unas estadísticas que asustan, hasta al poderoso Liverpool de Jürgen Klopp.
Benzema marcó su gol número 44 de la temporada, el vigesimoséptimo en Liga, y alcanzó los 323 de Raúl, un mito de la historia blanca que hasta ahora era el segundo máximo realizador madridista de todos los tiempos, solo por detrás de los 450 de Cristiano Ronaldo, prácticamente inalcanzables incluso al nivel actual del delantero lionés, una leyenda en Chamartín.
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El tanto del francés, a centro de Vinicius, precedió a la explosión goleadora del brasileño, que firmó su primer 'hat-trick' con la camiseta del Madrid para elevar su cuenta goleadora hasta las 17 dianas en Liga, un registro que solo superan el propio Benzema y Iago Aspas, con 18, y que se elevan hasta los 21 con tres más en la Champions y otro en la Supercopa de España.
El carioca presume ya de registros propios de jugador diferencial, su nuevo rol en este Madrid que ha tenido la paciencia necesaria hasta su explosión definitiva. En su cuarta temporada de blanco ha llegado ese esperado salto de calidad, que se intuía a raíz de las cualidades por las que se invirtió un traspaso de 45 millones de euros en el que todavía era un adolescente prometedor. En la campaña 2018-19, el primero en el Madrid, sumó tres dianas con el primer equipo más otras cuatro con el Castilla, en la 2019-20 subió hasta los cinco, la pasada alcanzó los seis y en este curso se ha disparado por encima de la veintena.
Los números lo dicen todo, aquel Madrid lánguido de los primeros tiempos posCristiano es ahora otra vez el vergel de los días de vino y rosas. Los 65 goles facturados por la sociedad ilimitada que integran Benzema y Vinicius superan los 58 del tridente ofensivo del Liverpool, que no es cosa menor. Entre Mohamed Salah (30), Sadio Mané (22) y Luis Díaz (6) se quedan lejos de la dupla formada por el francés y el brasileño, aunque también hay que tener en cuenta que el colombiano llegó a Anfield en el mercado de invierno, procedente del Oporto.
Por si fuera poco, Ancelotti cuenta además con varias alternativas como tercera punta del tridente de ataque si es que decide apostar por su habitual 4-3-3. Rodrygo es el jugador más entonado del momento, con cinco goles en los últimos cuatro partidos, incluidos los dobletes con los que rubricó el alirón liguero ante el Espanyol y rescató al Madrid frente al Manchester City de Guardiola. También sumó contra el Levante para elevar su cifra del curso hasta las nueve dianas, las mismas que logró en sus dos primeras temporadas en Chamartín. Doce acumula Marco Asensio, también su mejor cifra de blanco, a pesar de contar con menos oportunidades en las últimas semanas.
Pese a todo, Ancelotti barrunta elegir de nuevo a Valverde, como ha hecho en todos los grandes partidos de la temporada. El uruguayo, que demostró contra el Levante su capacidad de llegada y disparo desde la distancia con hasta tres remates al palo, parte teóricamente como esa tercera punta del tridente ofensivo, pero solo sobre el papel, pues su capacidad física ofrece al Madrid piernas en una medular más poblada. «El 4-3-3. Que a veces puede pasar a un 4-4-2», respondió Carletto cuando se le preguntó por el dibujo que maneja para la final de París.
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