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Grupo F | Jornada 6

El Madrid golea al débil Celtic para ser primero

El conjunto blanco se sacudió las dudas de los últimos partidos con una exhibición de pegada que le concedió la condición de cabeza de serie en el sorteo de octavos

Miércoles, 2 de noviembre 2022, 06:55

Inmerso en el primer bache de la temporada, el Real Madrid vuelve a escena con el propósito de desactivar la alerta. Los tropiezos frente al Leipzig y al Girona han desdibujado la intimidatoria imagen que ofreció el equipo de Carlo Ancelotti en los ... dos primeros meses del curso y le enfrentan a la necesidad de parar la sangría cuanto antes. Empezando por la Champions, donde comparece ante el Celtic con el objetivo de retener la privilegiada posición que detenta en su torneo fetiche.

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Porque la derrota de la pasada semana en Alemania obliga a los blancos, ya clasificados, a vencer al eliminado cuadro católico de Glasgow en el Santiago Bernabéu para sellar sin más condicionantes el cartel de cabeza de serie en el sorteo de octavos de final de la competición que vertebra su historia.

En caso de no hacerlo, dependerá de lo que suceda a la misma hora en Varsovia. Allí, un Leipzig al que le serviría firmar tablas con el Shakhtar para certificar el pasaporte a la primera ronda de eliminatorias, apurará sus opciones de consumar el 'sorpasso' a los blancos, que pasan necesariamente por un triunfo de la escuadra que entrena Marco Rose sobre el conjunto ucraniano, todavía candidato a superar el primer corte, combinado con un traspié del rey de Europa en su feudo. Difícil, pero factible.

Esas son las cábalas que persiguen a un Real Madrid que firmó una primera vuelta impecable con nueve puntos, pero que solo ha arañado otra unidad en las dos últimas jornadas. El empate logrado de forma agónica frente al Shakhtar con un gol de Rüdiger en el descuento y la claudicación hace ocho días contra el Leipzig han colocado en una situación más comprometida de lo previsto a la soldadesca de Ancelotti, que lejos de tener los deberes resueltos a estas alturas como figuraba en su cuaderno, no puede permitirse ahora la más mínima relajación.

No en vano, finalizar la fase en segunda posición podría condenarle a tener que afrontar un emparejamiento infernal a las primeras de cambio. Basta recordar que superpotencias como el Bayern de Múnich, el Chelsea o el Manchester City ya tienen acreditado el boleto como campeones de sus respectivos grupos para acotar la importancia de lo que hay en juego este miércoles en el Santiago Bernabéu.

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Benzema vuelve entre algodones

Semejante escenario inclina a Ancelotti a formar con sus legionarios de referencia, pese a que en otro contexto el Celtic hubiese sido un adversario propicio para que el técnico diese descanso a sus pretorianos con vistas a ese Mundial que cada vez ocupa más espacio en sus mentes y entregase la oportunidad de reivindicarse a una unidad B que hizo aguas en la derrota contra el Leipzig.

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La raza de Rüdiger, el compromiso de Lucas Vázquez y Nacho, los ramalazos de clase de Camavinga o los chispazos de Asensio resultan insuficientes para reducir la brecha que separa a las tropas regulares del míster transalpino de sus reservistas. Y la del Celtic no es precisamente una batalla menor dentro de esa guerra sin cuartel que resulta siempre la Champions. Pero también hay que tener en cuenta que el margen de maniobra en el bando local queda condicionado por la enfermería, en la que sigue Tchouaméni y a la que este martes se sumó Hazard. Benzema regresó a la convocatoria, pero sigue entre algodones.

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Sin todas esas preocupaciones llega a Madrid el Celtic, respaldado por cerca de 10.000 hinchas que mantienen en guardia a las fuerzas de seguridad para un partido que ha sido declarado de alto riesgo. Unos 7.000 de ellos viajan sin entrada a la capital española, pese a que su escuadra no se juega nada más que el siempre atractivo botín económico que llevan aparejados los puntos en el torneo estrella de la UEFA y el prestigio que le otorgaría al conjunto de Ange Postecoglou una victoria frente al catorce veces rey de Europa.

El cuadro escocés no gana un choque de Champions desde 2017 y ha firmado una fase de grupos gris que solo adornan las tablas que cosechó en sus dos enfrentamientos con el Shakhtar. Pero en Glasgow ya dio algún que otro susto al Real Madrid antes de que los blancos se liberasen en la segunda parte con los goles de Vinicius, Modric y Hazard. Ahora visita Chamartín sin nada que perder, lo que puede hacerle más peligroso, pese a la baja por lesión de Callum McGregor, capitán y habitual jefe de operaciones de los Bhoys en la sala de máquinas.

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El Real Madrid y el Celtic de Glasgow son hoy dos mundos muy diferentes dentro del fútbol europeo. Eso ya parecía claro desde el sorteo de la fase de grupos de la Champions, pero la tendencia a la baja de los blancos en los últimos partidos y la necesidad de una victoria frente al conjunto escocés para rubricar el primer puesto de grupo daban al duelo entre ambos en el Santiago Bernabéu cierto halo de incertidumbre.

Más allá del colorido, los cánticos y el ingente consumo de cerveza de una afición que dejó su sello en Madrid sin episodios desagradables, el equipo de Chamartín necesitaba un triunfo para evitar apuros innecesarios y rubricar su presencia en el sorteo de octavos como cabeza de serie además de único defensor del orgullo español. Los tropiezos contra el Shakhtar en Varsovia y ante el Leipzig en tierras alemanas no invitaban a excesivas confianzas y no las hubo. El Madrid logró el objetivo sin espacio para la duda, plasmando sobre el verde del Bernabéu la enorme diferencia de pegada.

Pese al loable ímpetu inicial del siempre aguerrido Celtic para la presión alta, el duelo se le puso al Madrid de cara muy pronto. Eso es una muy mala noticia para cualquier foráneo en el Bernabéu, aunque esté acompañado de miles de seguidores, como fue el caso del conjunto escocés. Penalti tan claro como absurdo de Jenz, que trató de tapar el disparo de Valverde pero perdió el equilibrio en el intento y detuvo el balón con la mano. Lo vio claro la francesa Frappart y no dudó Modric desde los once metros.

Real Madrid

Courtois, Carvajal (Lucas Vázquez, min. 64), Militao (Vallejo, min. 73), Alaba (Nacho, min. 64), Mendy, Valverde, Kroos, Modric (Ceballos, min. 66), Asensio, Rodrygo y Vinicius (Benzema, min. 64).

5

-

1

Celtic

Hart, Juranovic, Starfelt, Jenz, Taylor, Mooy (Turnbull, min. 63), O'Riley, Abada (Jota, min. 63), Hatate (Abildgaard, min. 82), Maeda (Haksabanovic, min. 63) y Furuhashi (Giakoumakis, min. 63).

  • Goles: -0: min. 6, Modric, de penalti. 2-0: min. 21, Rodrygo, de penalti. 3-0: min. 51, Asensio. 4-0: min. Vinicius, min. 61. 5-0: min. 71, Valverde. 5-1: min. 84, Jota.

  • Árbitro: Stéphanie Frappart (Francia). Amonestó a O'Riley y Furuhashi, del Celtic.

  • Incidencias: Partido de la sexta jornada en el grupo F de la Champions disputado en el Santiago Bernabéu.

El mazazo inicial no desanimó al campeón de Escocia, pero apenas unos días después de la polémica mano de Asensio contra el Girona una acción similar de O'Riley supuso la segunda pena máxima contra el Celtic en apenas 20 minutos. Cambió el lanzador, ahora Rodrygo, y también la dirección del golpeo, a la derecha de Hart, pero el resultado fue el mismo y con él la sensación evidente de alivio madridista, con la tarea ya muy encarrilada y hasta un par de ocasiones de Vinicius que bien pudieron haber supuesto la sentencia.

Demasiada autocomplacencia blanca, fruto de la comodidad, pues Maeda se plantó poco después ante Courtois y solo la gigantesca figura del portero belga evitó que el retorno al terreno de la incertidumbre. El japonés no mostró colmillo a la hora de la verdad, como su compatriota Hatate poco después. Esa es básicamente la diferencia entre el campeón de Europa y un Celtic lejano a esa elite europea a la que pertenecía en los sesenta Tanta falta de puntería mostraron los católicos que incluso Juranovic malogró la opción del tercer penalti de la noche, el primero a favor de los visitantes. Courtois arregló el error de Mendy, que había llegado muy tarde en la entrada a Abada.

Ese penalti fue la única falta que el Madrid cometió en toda la primera parte, lo que habla a las claras de que el conjunto de Ancelotti no necesitó emplearse a fondo para doblegar al Celtic. La segunda parte fue aún más cómoda. En apenas cinco minutos Asensio llevó a la red con su zurda un buen servicio de Carvajal desde el costado derecho y abrió con ello un calvario escocés. Kroos y Modric sacaron la varita para que el control de la pelota fuese absolutamente blanco y entonces el Celtic solo pudo perseguir sombras.

El rival notó la fatiga siempre a la zaga del balón y eso fue una invitación para el banquete local. Vinicius y luego Valverde, en otra lección magistral de golpeo, llevaron el castigo hasta la manita antes de que Jota firmase el tanto del honor escocés con un gran lanzamiento de falta. Lo celebró la incansable afición católica como un título. Su partido estaba en las gradas.

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