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Pegada y solidez. Esas dos características le bastaron al Milan para superar a un buen Nápoles en el primer asalto del duelo italiano por una plaza en semifinales. Así es el fútbol, un deporte que entiende de goles y no tanto de méritos, como demostró ... el tanto de Bennacer.
Destacó desde el primer minuto la actitud propositiva del Nápoles frente a la presión agresiva del Milan, que no impidió la doble gran ocasión de Kvaratskhelia y Mário Rui nada más comenzar el duelo. Aviso importante para la caldera de San Siro, escenario de un sinfín de batallas 'rossoneri' en Europa. El inicio napolitano fue un vendaval en el que Maignan sacó la mano cambiada ante el disparo de Anguissa y el capitán Di Lorenzo cabeceó fuera con todo a favor.
La importante baja de Osimhen no condicionó al líder de la Serie A en su ambición inicial y el Milan contuvo como pudo el arreón inicial partenopeo. Muy reconocible el Nápoles, al que no le pesó la presencia en una ronda de la Champions que jamás había disputado, ni siquiera en los tiempos de Maradona.
Milan
Maignan, Calabria, Kjaer, Tomori, Theo Hernández, Krunic, Tonali, Brahim Díaz (Rebic, min. 80), Bennacer (Saelemaekers, min. 67), Leao y Giroud.
1
-
0
Nápoles
Meret, Di Lorenzo, Rrahmani, Kim, Mário Rui (Olivera, min. 81), Anguissa, Lobotka, Zielinski (Ndombélé, min. 81), Hirving Lozano (Raspadori, min. 69), Elmas y Kvaratskhelia (Politano, min. 81).
Gol: 1-0: min. 40, Bennacer.
Árbitro: István Kovács (Rumanía). Amonestó a Zielinski, Pioli, Bennacer, Di Lorenzo, Kim, Saelemaekers, Rrahmani y Calabria. Expulsó por doble amarilla a Anguissa (min. 74).
Incidencias: Partido de ida de los cuartos de final de la Liga de Campeones disputado en San Siro.
El dominio del equipo de Spaletti, lógico a tenor de los 22 puntos de diferencia entre ambos en el campeonato italiano, no tuvo el premio del gol. Para más inri, el práctico Milan sorprendió primero una gran ocasión con una arrancada muy poderosa de Leao a la que le faltó un buen remate y luego el gol de Bennacer tras un contraataque conducido por la maestría de Brahim. La inesperada ventaja milanista dejó en shock al Nápoles, que pudo irse al descanso con un castigo mayor si un testarazo inapelable de Kjaer no se hubiera encontrado con el travesaño.
La pausa le dio al Nápoles la calma necesaria para recomponerse y controlar el duelo. Asedió de nuevo la puerta de Maignan y combinó con paciencia pero sin colmillo. Buen ejercicio defensivo del Milan, al estilo del que secó al Tottenham en octavos. La expulsión de Anguissa fue el golpe definitivo. De momento la ventaja es 'rossonera' pero el Diego Armando Maradona dictará sentencia.
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