El Atlético se queda a medias con un triunfo agridulce

La sonrisa pícara de Griezmann mientras sonaba el himno de la Champions y la cámara buscaba a los jugadores delataba al francés. Noche grande en el Metropolitano, con ambiente de gala, de los del Vicente Calderón. Consciente de la importancia de aprovechar la atmósfera para llevar una ventaja a Dortmund, el Atlético salió intenso. Pronto encontró a Morata a la carrera, pero el madrileño no fue más rápido que el buen repliegue defensivo amarillo. La presión alta colchonera dio sus frutos, pues al portero Kobel le entraron los nervios, cedió a Maatsen en situación comprometida y el neerlandés rubricó el desastre germano dejando el gol en bandeja a Rodrigo de Paul.

Desbordado por la contundente puesta en escena del Atlético, el Dortmund no encontraba la forma de alejar el juego de sus dominios. Witsel, un exborussier, amenazó de tacón, y Lino, sobrado de descaro, probó suerte con una plástica chilena. Idílico escenario para el conjunto de Simeone, sin noticias sobre el verde del campeón de Europa en el 97.

Morata se unió a la traca con un testarazo a bocajarro desviado y aunque el Dortmund asomó por primera vez en el área rojiblanca con un cabezazo alto de Nmecha, llegó el merecido segundo tanto local. Lo firmó Lino, tras otro error garrafal de los alemanes en la salida de balón y la asistencia del mago Griezmann.

Solo la doble ventaja bajó una velocidad al Atlético, bien sostenido por Oblak ante el peligroso disparo lejano de Maatsen, que pretendía redimirse de su fallo en la primera diana rojiblanca. Un remate alto de Sancho puso el cierre a una muy buena primera parte del conjunto del Cholo, que aún así agradeció la pausa.

El Dortmund necesitaba una reacción para no condenarse a la épica en casa y lo cierto es que dio un paso al frente. Sabitzer y Füllkrug testaron los reflejos de Oblak, muy solvente, pero sobre todo el Borussia ganó metros y ya pareció otro, una versión más acorde a lo esperado para un equipo capaz de superar el grupo de la muerte como primero. Respondió a la altura el Atlético, con el refuerzo de Barrios en la medular para tratar de controlar el duelo y preservar una sustanciosa ventaja para la vuelta.

El Atlético incluso pudo incrementar su renta, con un remate a bocajarro de Lino en el segundo palo tras el centro de Griezmann, pero se topó con la providencial intervención de Kobel. Perdonaron los colchoneros la que podía haber sido una sentencia a la eliminatoria y lo pagaron caro, con el tanto de Haller después de un afortunado balón rechazado y el remate del ex del Ajax a la media vuelta. Pudo ser peor, pues el cabezazo al poste de Brandt en el descuento obligó a pedir la hora para preservar el triunfo, valioso pero agridulce.