El Real Madrid está cercado por las llamas. El varapalo que les propinó el Barça en la Supercopa de España ha agudizado la depresión por la que atraviesan los blancos desde que RB Leipzig, Girona y Rayo Vallecano quebrasen, con el Mundial de Qatar ... llamando a la puerta, la sólida imagen que ofrecieron en los dos primeros meses de competición. El recuerdo de aquel bloque que levantó la Liga y la Champions entre abril y mayo del año pasado también parece haber quedado consumido por el fuego. Las encendidas loas de entonces han dejado paso a aceradas críticas. «Todo el mundo da por muerto al Real Madrid», asumía con resignación el miércoles Carlo Ancelotti, un técnico que sabe por propia experiencia lo voladiza que es la memoria futbolística. «Pero mañana (este jueves) es una oportunidad de salir de esta dinámica», aclaró de inmediato el italiano.
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Las palabras de Ancelotti sirvieron para exponer el afán reivindicativo que existe dentro de un vestuario tocado, pero no hundido. «Tenemos que tener calma y confianza porque la temporada es muy larga. Vamos a jugar contra equipos fuertes, pero no vamos a bajar los brazos nunca. Vamos a salir de esta. Cuándo no lo sé, puede ser mañana, el domingo... pero vamos a salir. Este equipo va a competir hasta el final en todas las competiciones», aseveró el comandante de una tropa a la que se le presenta la ocasión de sofocar el incendio antes de que reviente el perímetro.
La Copa del Rey, tradicionalmente a la cola dentro de la lista de objetivos del Real Madrid, se presenta ahora como un posible bálsamo. De ahí que Ancelotti vaya con todo. O con lo que le queda, para ser más precisos. Porque a las bajas por lesión de Alaba, Tchouaméni y Lucas Vázquez se suma la de Carvajal, con molestias en el aductor. Además, Modric necesita gasolina, por lo que Carletto dejó al croata en Madrid con la esperanza de que llene cuanto antes el depósito. Le necesita más que nunca.
En el Estadio de la Cerámica, templo maldito para el conjunto de Chamartín desde febrero de 2017, sí estarán en cambio Courtois y Benzema, el escudo y la lanza. También Nacho, cuyo carácter precavido espera hacer extensible Ancelotti al resto de una zaga que está más cuestionada que nunca. «Es muy fiable y puede aportar cosas buenas en este momento. Hemos sido muy optimistas en defensa en este tramo y hemos encajado seis goles. Cinco de ellos, excepto el penalti de Alaba, los podíamos haber evitado con pesimismo», reprochó el técnico, que citó a los castillistas Vinicius Tobias y Mario Martín para el litigio con un Villarreal embalado.
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El cuadro groguet no cae desde el 6 de noviembre, cuando hincó la rodilla ante el Mallorca. Después enlazó seis victorias, hasta que el Celta frenó la racha el pasado viernes con un empate en Balaídos. Fundamental para esa exitosa serie ha sido el regreso de Gerard Moreno, artífice de cinco tantos y tres asistencias que han impulsado al conjunto azulejero bajo el mando de Quique Setién.
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El preparador cosechó cuatro tropiezos en su salto al ruedo, pero el triunfo sobre el Espanyol en la decimocuarta jornada de Liga operó como punto de inflexión para un equipo que desde entonces ha superado tres trámites coperos frente al Santa Amalia, el Guijuelo y el Cartagena, protagonizando además una escalada en el torneo de la regularidad que le ha permitido instalarse en puestos europeos.
Especialmente dulce fue la victoria sobre el Real Madrid que celebró hace solo doce días. La polémica desatada a raíz de dos penaltis muy controvertidos, uno por bando, no restó un ápice de mérito a la brillante actuación del Villarreal, superior de principio a fin a un adversario impotente. «Nos vale para motivarnos y saber que se les puede ganar, para basarnos en algunas situaciones de juego, pero será diferente», avisó Pau Torres de cara al duelo de este jueves. «No hago caso de que esté en mal momento o cansado. Seguro que vendrá a ganar en las mejores condiciones y sabiendo que viene de estar herido. Y cualquier animal herido es mucho más peligroso», alertó Setién.
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El cántabro podrá hacerle frente con Foyth, que se dañó el hombro ante el Celta pero se ha recuperado a tiempo. Su concurso es crucial porque se ha revelado como un efectivo alguacil de Vinicius. Los lesionados Kiko Femenía, Nicolas Jackson y Lo Celso, el sancionado Pedraza y Danjuma, rumbo a la Premier League, son las ausencias de una escuadra que no pisaba su feudo en Copa desde enero de 2019. Allí le ha hecho cuatro emboscadas al Real Madrid desde entonces. Ahora prepara otra celada.
Villarreal: Jorgensen, Foyth, Albiol, Pau Torres, Alberto Moreno, Capoue, Parejo, Baena, Chukwueze, Gerard Moreno y Yéremy Pino.
Real Madrid: Courtois, Nacho, Militao, Rüdiger, Mendy, Kroos, Valverde, Camavinga, Rodrygo, Benzema y Vinicius.
Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño).
Hora: 21:00 h.
Estadio: La Cerámica.
TV: La 1.
Cuatro días después de sucumbir en la Supercopa de España, el Real Madrid regresó a la vida en el Estadio de la Cerámica, donde no vencía desde 2017. Superado en la primera parte por un Villarreal pletórico que le mandó a la lona con goles de Capoue y Chukwueze, y pudo firmar aún el tercero con un trallazo de Alberto Moreno que desvió Courtois cuando se avecinaba el descanso, el equipo de Carlo Ancelotti resucitó en la segunda parte de la mano de un imperial Ceballos.
La entrada del utrerano en la segunda mitad reactivó a los blancos, que con las dianas de Vinicius, Militao y el propio centrocampista andaluz completaron una remontada que ahuyenta por el momento el espectro de la crisis que sobrevolaba Chamartín y sirve para confirmar que, lejos de estar muerto, el Real Madrid, ese animal herido al que tanto temía Quique Setién, sigue vivito y coleando.
Pese a la indolente imagen que ofreció su equipo el pasado domingo ante el Barça, Ancelotti no tocó más teclas en el once que la entrada de Nacho por un convaleciente Carvajal en el lateral derecho y el regreso de Rodrygo como tercera asta del tridente ofensivo, lo que, a su vez, motivó que Valverde volviese a la medular para cubrir la vacante de Modric.
Villarreal
Jorgensen, Foyth (Mandi, min. 52), Albiol (Cuenca, min. 46), Pau Torres, Alberto Moreno, Capoue, Parejo, Baena, Chukwueze, Gerard Moreno y Yéremy Pino (Morales, min. 68).
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Real Madrid
Courtois, Nacho, Militao, Rüdiger, Mendy, Kroos (Ceballos, min. 56), Valverde, Camavinga, Rodrygo (Asensio, min. 56), Benzema y Vinicius.
Goles: 1-0: min. 4, Capoue. 2-0: min. 42, Chukwueze. 2-1: min. 57, Vinicius. 2-2: min. 70, Militao. 2-3: min. 86, Ceballos.
Árbitro: Gil Manzano (Comité Extremeño). Amonestó a Capoue, Camavinga, Valverde, Baena, Pau Torres, Vinicius, Rüdiger y Parejo. Expulsó a Reina por doble amarilla.
Incidencias: Partido de octavos de final de la Copa del Rey, disputado en el Estadio de la Cerámica ante unos 23.500 espectadores.
Setién tampoco modificó apenas respecto al pleito que confrontó a los dos equipos solo doce días atrás: Jorgensen por Reina bajo palos y Capoue en lugar de Coquelín en la sala de máquinas. El impacto del mediocentro francés fue inmediato. Una prolongación de Gerard Moreno tras un saque de banda bastó para desarmar a la retaguardia del Real Madrid, de nuevo negligente. El ex del Watford aprovechó la asistencia del Merlín de Santa Perpètua para resolver con un latigazo al palo largo.
No hizo mella el marcador en la idiosincrasia de dos escuadras con ánimos opuestos. El Villarreal, autoritario y de espíritu festivo, se atornilló a partir del gobierno de Parejo, la varita de Gerard Moreno y el filo de sus extremos. El Real Madrid, reactivo a pesar de la desventaja, languidecía por su falta de piernas. Cierto es que Rodrygo probó a Jorgensen tras una buena internada de Mendy, pero la manta del Real Madrid era exigua. Cada vez que intentaba taparse la cabeza, dejaba a la intemperie el resto del cuerpo. Y nadie mejor que Gerard Moreno para provocar una tiritona de cuidado. El catalán giró en una baldosa sin que Mendy, Militao ni Camavinga amagasen con incomodarle, filtró a Chukwueze y el nigeriano, vértice de la acción en posición discutida, ajustició a placer.
El Real Madrid, inerte hasta entonces, regresó de la caseta con otro aire. Una jugada de tiralíneas ente Camavinga, Benzema y Ceballos permitió que este activase a Vinicius, quien resolvió con maestría. El tanto apuntalaba el acierto de los cambios de Ancelotti, que retiró a Kroos y Rodrygo para alistar a sus dos reservistas más decorosos: Ceballos y Asensio. Mano de santo. También confirmaba la dependencia que el Submarino tenía de Foyth para meter en cintura a Vinicius. Fue irse el argentino por lesión y ver la luz el brasileño. Llevaba 78 días sin marcar ni asistir, pero el fin de su sequía precipitó el diluvio en La Cerámica.
Porque la diana de Vinicius espoleó al Real Madrid, cuya proverbial capacidad de supervivencia intimida a cualquiera. Benzema tiró de pértiga para cazar un centro llovido de Ceballos y cabeceó abajo. Jorgensen salvó sobre la línea, pero Militao aprovechó el rechace para completar la resurrección de un animal que boqueaba al intermedio.
Ahora el que pedía oxígeno era el Villarreal. Vinicius, mucho más suelto, aterrorizaba a una zaga desprovista de dos policías tan eficientes como Albiol y Foyth. El brasileño aprovechó la ausencia de cadenas para acordar una cita de Camavinga con Jorgensen, mas el francés perdonó el descabello. Lo aplicó Ceballos a cuatro minutos de que expirase un duelo tremendo. Peleó un balón suelto Asensio, cedió al sevillano y el mediocentro ajustó a la tronera para recordar, por si quedaban dudas, que el Real Madrid es ese Ave Fénix que siempre resurge de sus cenizas.
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