El bigoleador Isaac Romero lidera el asalto del Sevilla al Coliseum

Roto por el esfuerzo y por la diferencia de categoría, el lebrijano tuvo que ser sustituido por Mariano con más de 20 minutos por delante, pero fue determinante. El típico canterano en el que confía un entrenador en tiempos de crisis para cambiar la dinámica e iniciar la regeneración. Tercer duelo histórico en eliminatorias y tercera victoria del Sevilla, que ya se impuso al Geta en la final de 2007 y en las semifinales de 2010.

Entró bien el equipo hispalense a la cita a pesar de que a última hora se cayó del equipo por lesión Dmitrovic y tuvo que debutar Alberto Flores, portero del filial. Y marcaron pronto los andaluces, fruto de una acción de estrategia. Templó desde el córner Suso y Sergio Ramos aprovechó la mala salida de David Soria para anotar de cabeza. Un gol clásico del camero que, sin embargo, no tuvo el efecto esperado.

El Geta reaccionó bien y comenzó a dominar la situación porque presionaba más y mejor, era más intenso y regalaba menos balones. A medida que los azulones crecían, los hispalenses se desorganizaban, justo lo que más teme y peor lleva Quique. Ramos, clave en el 0-1, regaló el empate. Midió mal en un balón largo de Greenwood, peinó hacia atrás y en el área apareció Jaime Mata, el más listo de la clase. Primero intuyó la acción luego controló de maravilla para definir con destreza y sangre fría ante la tímida salida de Alberto. Vuelta a empezar pero mucho mejor el Getafe hasta el final del primer acto.

Sin embargo, creció el Sevilla tras reanudarse la riña porque surtió efecto la arenga de Quique en el descanso. Y porque marcó enseguida. Porfió Ocampos y su medido centro lo cabeceó Isaac. Dos errores hasta ese momento de la zaga getafense y dos goles encajados. Máxima eficacia de los sevillistas, que sentenciaron en un contragolpe de libro llevado por Ocampos, continuado por Sow y definido por Isaac Romero, héroe en el Coliseum en presencia de un millar de hinchas sevillistas.