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Pedro Rodríguez
Madrid
Jueves, 30 de mayo 2024, 14:32
El tribunal judicial de Nanterre, en París, ha confirmado la celebración de la subasta del Balón de Oro que conquistó Diego Armando Maradona en el Mundial de 1986, programada para el próximo 6 de junio y organizada por Aguttes. A pesar de los intentos de los herederos del fallecido exfutbolista por detener la subasta, el tribunal ha respaldado la decisión de proceder con el evento. Gilles Moreu, abogado de los herederos de Maradona, ha anunciado que seguirán explorando todas las vías legales disponibles hasta la fecha de la subasta.
El dictamen judicial considera que el vendedor, Abdelhamid B., actuó de «buena fe» al adquirir el trofeo en una subasta de segunda categoría en 2016 por la cantidad de 1,20 euros, según lo explicado por Moreu. Dado que han transcurrido tres años sin que los herederos hayan reclamado la propiedad del trofeo, el tribunal ha determinado que legalmente pertenece al actual propietario. Por lo tanto, el juez considera que la venta del Balón de Oro el 6 de junio «no representa una amenaza inminente» para los intereses de los herederos.
La casa de subastas Aguttes ha fijado la puja por el trofeo para el 6 de junio en Francia, y se espera que alcance una cifra millonaria por su venta. La última subasta de un artículo relacionado con Maradona de la Copa Mundial de 1986 fue su camiseta usada en el partido contra Inglaterra en los cuartos de final, que se vendió por más de 9 millones de dólares. Se estima que el trofeo podría alcanzar los 10 millones de euros, convirtiéndose así en el trofeo más caro en la historia del deporte.
Este icónico premio estuvo en posesión de Maradona durante solo tres años, ya que desapareció en 1989 tras un robo en el Banco de la Provincia de Nápoles, donde el exfutbolista lo tenía guardado en una caja de seguridad, junto a otros bienes valiosos. Sin embargo, en 2016 reapareció sorpresivamente cuando un coleccionista francés lo adquirió en una subasta. El círculo íntimo de Maradona creía que el trofeo había sido fundido y convertido en lingotes de oro, pero apareció intacto y sin daños, guardado en una caja sellada en la primera subasta.
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