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En la mejor versión de España y del Barça hay un nombre que brilla con luz propia. Aitana Bonmatí (Sant Pere de Ribes, 1998) tiene un perfil especial y nunca se queda corta ni con el carácter reivindicativo que le corre por la sangre, ni ... tampoco en el juego, donde ejemplifica a la perfección el fútbol de toque que la sitúa como una de las líderes tanto en el club azulgrana como con la selección. «Cualquier gesto suma si es en la lucha por la igualdad», cuenta el primer capítulo de su biografía. Una buena declaración de intenciones que empieza por sus apellidos, los cuales cambió de nombre para poner por delante a su madre.
Competitiva, ganadora y ambiciosa, la catalana fue una de las cabecillas de la famosa revuelta contra Jorge Vilda, seleccionador nacional, el pasado mes de septiembre, cuando 15 jugadoras díscolas, la mayoría del Barcelona, comunicaron a la Federación su renuncia al equipo por la negativa de esta a destituir de su cargo al técnico madrileño. Alegaron para ello motivos físicos y psicológicos. Querían que se les garantizara una estructura profesional como tienen en sus clubes. «Lo que queremos es lo mejor por el bien del fútbol femenino. Queremos luchar para ser las mejores del mundo y creo que esto dice mucho de nosotras», explicó en una entrevista con el 'Diari Ara', haciendo hincapié a un hilo que en los últimos tiempos se ha intensificado en el deporte femenino con la falta de recursos profesionales y la mala gestión como telón de fondo.
Su incorporación al grupo que disputa el Mundial femenino fue sorpresa ya que no se supo hasta el final si Jorge Vilda incluiría en su lista final a alguna de las jugadoras implicadas. Varias de ellas se abrieron públicamente al diálogo y dieron un paso atrás para acudir a la cita de Australia y Nueva Zelanda: Mariona Caldentey, Ona Batlle y Aitana Bonmatí fueron convocadas.
La número '6' recibió tras la histórica final ante Inglaterra el premio a la mejor jugadora del campeoanto. Un galardón que tiene muchísima importancia tras estar prácticamente todo el año fuera de La Roja, donde es la gran referente del seleccionado ibérico y su estatus de estrella le impedía ausentarse del Mundial. «Quería agradecer a las personas que han abierto camino y se lo han dejado todo. Todas hemos roto barreras, por un futuro espectacular», dijo tras recibir el trofeo. Su presencia en la cita de Oceanía era clave para reforzar su candidatura al Balón de Oro - fue quinta la temporada pasada - después del gran curso que ha firmado con el Barça (triplete de Liga, Supercopa y Champions) y ser una de las grandes protagonistas del planeta fútbol.
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Isaac Asenjo
Dentro y fuera de los terrenos de juego visibiliza varias causas sociales y políticas, ya sea en temas de salud mental, feminismo o en la lucha por profesionalizar la Liga Femenina. «A veces voy a jugar a algunos campos y me echo las manos a la cabeza. ¿De verdad tengo que jugar aquí siendo profesional? Hay que poner unas mínimas condiciones para que haya menos posibilidad de lesionarte», reflexionó la jugadora, que siempre tuvo claro que quería dedicarse al fútbol aunque en el colegio, rodeada de niños, muchos no aceptaran que jugara mejor que ellos. «Ahora es distinto, los chavales ven a mujeres en la tele jugando y ya lo ven de forma distinta, pero hasta hace poco no era así», lamenta la jugadora, que dice que su familia no era la clásica futbolera así como ahonda en la falta de referentes femeninos cuando ella empezó a darle patadas al balón. «Las niñas que juegan al fútbol saben que la cosa va en serio, cuando yo empecé no veía futuro, pero lo hay aunque aún queda mucho camino. Yo soy una privilegiada».
«Siempre me exijo al máximo, y muy pocas veces estoy satisfecha con lo que hago. Es algo que siempre he dicho que tengo que gestionar, porque puede acarrear sufrimiento para mí», dijo recientemente la joven en Vogue, donde admitió, como hizo tras la goleada ante Japón, que odia perder porque tiene un gen «supercompetitivo» a la vez que acepta tener una responsabilidad más allá de los terrenos de juego.
Aitana es una veterana a sus 25 años, y bien sabe que su rol sin Alexia Putellas, actual mejor jugadora del planeta, es ser la líder del juego de su equipo, ya sea el Barcelona o la selección española, donde brilló de manera superlativa como ya acostumbró a lo largo de la temporada en el equipo azulgrana. La centrocampista catalana, flexitariana, fiel admiradora de Xavi Hernández y las combinaciones en espacios pequeños, vive un momento dulce en lo futbolístico y fue elegida también esta temporada como la mejor jugadora del último curso en la Champions.
Bonmatí ya fue la directora de orquesta de Jorge Vilda en la pasada de Eurocopa de 2022 con la selección absoluta, con la que debutó en noviembre de 2017 tras una trayectoria exitosa en categorías inferiores (campeona de Europa sub-17 y sub-19, y subcampeona mundial sub-20). Ahora tras su regreso 'in extremis' al conjunto nacional sigue poniendo magia en cada duelo de La Roja, a la que ha elevado hacia la eternidad con la conquista de su primera estrella de campeona del mundo.
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