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Iñaki Izquierdo
Jueves, 11 de mayo 2023, 18:54
Ya puede llegar el Giro, que da igual. Napule è triculure. Nápoles es tricolor. Verde, blanca y roja como el Scudetto. Una semana después de la conquista de la tercera Liga de su historia, treinta años después de las dos de Maradona, la fiesta continúa ... en la ciudad y toda la Campania. La locura que no cesa. Al paso por la meta volante de Sorrento -donde huele a Limoncello-, pancartas con los rostros de todos los futbolistas del Nápoles cruzan las calles, colgadas de terraza a terraza. El azul de las camisetas y los colores de la bandera italiana. A pie de calle, una multitud que se mete en la calzada y Remco Evenepoel (Soudal) pidiendo a la gente que dé un paso atrás. Solo el Giro es capaz de abrirse paso entre las celebraciones.
Porque el Giro no se entiende sin Nápoles. Ni el ciclismo sin el sur de Italia. Al final de la II Guerra Mundial, con el avance de los aliados hacia el norte y la retirada alemana se empezaron a organizar carreras en los territorios liberados. En Sicilia, luego en Campania, después el Giro del Lazio... Así resurgió el ciclismo en Italia. A finales de 1944, Fausto Coppi desembarcó en Nápoles al volver de su cautiverio en África y gracias al futbolista Umberto Busani, al periodista Gino Palumbo y a un carpintero de nombre D'Avino consiguió una bici Legnano y volvió a correr. Y se reencontró con Bartali, que bajó de Florencia.
En el lungomare Caracciolo, el paseo marítimo del centro, ganó Mads Pedersen (Trek) al sprint. La suerte suprema no decepcionó. El pelotón culminó la caza de los dos fugados, De Marchi (Jayco) y Clarke (Israel), a 300 metros de meta. Desenlace cruel pero clásico. Cuando el pelotón corre con la calculadora entre los dientes siempre hay emoción.
Gaviria (Movistar) se anticipó muy bien al sprint y logró un hueco que habría bastado para ganar si no media la brillante respuesta de Pedersen, que mostró una punta de velocidad extraordinaria. Remontó al colombiano y sujetó los zarpazos de Jonathan Milan (Bahrain) para estrenar su palmarés en el Giro y unirse al club de ganadores de etapas en las tres vueltas grandes: tenía tres etapas en la Vuelta y una en el Tour, las cuatro en 2022. El excampeón del mundo tiene 27 años. Entre los ciclistas de la general, solo pasaron apuros por percances mecánicos en el tramo final Roglic (Jumbo) y Thomas (Ineos), pero ambos volvieron a tiempo.
El Giro cambia este viernes de perfil con la llegada al Gran Sasso, por encima de los dos mil metros. Son 26 kilómetros de subida al 3,1% de media, los últimos cinco al 8%. Leknessund (DSM) defiende 28 segundos con Evenepoel.
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