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Hoy mismo, 29 de febrero, Square Enix aprovecha el año bisiesto para hacer su lanzamiento aún más especial: FFVII Rebirth está en las calles, y la noticia es tan sonada que los anuncios han llegado incluso al mundo occidental, como en el caso del de Red Bull.
Cuando FFVII Remake se anunció, más de uno alzó una ceja con escepticismo. Yo, que soy un fan incondicional de aquella primera entrega de la saga en PlayStation, fui todo un hater del proyecto porque no quería ver cómo la actual Square destrozaba aquella joya clásica… y nunca me he llevado un sopapo tan satisfactorio como el que me supuso poner el juego tras comprarlo a regañadientes.
FFVII Remake, me dolía decirlo, era una obra maestra, una mejora del original en todos o casi todos los aspectos, incluso con esas tan temidas «Nomuradas» que, tengo que decirlo, a mí no me empañan la experiencia.
Y al fin tenemos aquí la segunda parte de una historia que concluirá en la tercera, pero que acoge aquí uno de los momentos más importantes e impactantes de toda la aventura. FF7 Rebirth ha conseguido lo que nadie esperaba: mejorar algo que ya era impresionante, y no por un poco.
El mayor desafío que esta entrega enfrentaba era cómo adaptar el antiguo mapa del mundo ahora que los protagonistas han dejado atrás la ciudad de Midgar. Y vaya si lo han superado: el juego presenta un mundo «casi» abierto impresionante, que recrea las zonas que conocíamos llevándolas a toda una nueva dimensión con un nivel que deja sin aliento.
Todo está conectado y accesible viajando, simplemente desplazándose andando o a chocobo e incluso nadando. Sin grandes saltos ni transiciones, sin «trampas» para ahorrarse mapeado. En un mundo así de grande, esto es sencillamente un sueño hecho realidad para los fans.
Por si esto fuera poco, el aspecto gráfico ha mejorado aún más y las batallas se han vuelto todavía más rápidas, dinámicas y espectaculares, con la inclusión de los tan celebrados ataques dobles entre personajes.
De la historia está prohibido hablar para evitar destripes a los recién llegados a Final Fantasy VII, pero todo pinta excepcionalmente bien, y parece que Nomura nos reserva alguna sorpresa, sobre todo hacia el final de esta entrega. ¡Esquivad los spoilers a cualquier precio!
Hasta dentro de 3 meses, FFVII Rebirth es un exclusivo de PS5, por lo que si tienes la consola de Sony en casa no pierdas el tiempo y hazte ya con tu copia del juego a partir de 71,99€.
Y si eres de los pocos que aún no ha jugado FFVII Remake, no pierdas la ocasión de hacerlo antes de lanzarte a por Rebirth. FFVII Remake está disponible tanto en PS4 como en PS5 y PC, pero en la consola de la anterior generación no podrás disfrutar de Intergrade, el DLC centrado en Yuffie y que nos encamina a la segunda parte.
En Amazon puedes hacerte con FFVII Remake Intergrade, la versión para PS5 que incluye el DLC, por solo 43,89€, mientras que la versión para PS4 tiene un precio de 36,09€.
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