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Hace treinta años estos días, el mundo se despertó conmocionado con una noticia muy sorprendente. En el pico de su fama, habiendo conseguido lo que tantos ansían, Kurt Donald Cobain se había suicidado. Era 5 de abril de 1994. En lugar de apagarse lentamente, un fogonazo. Pero antes había cambiado el rumbo de la música: había marcado el fin del disco, el glam y el hard rock, había puesto de moda un estado de ánimo al mismo tiempo depresivo y rabioso, y se había llevado de calle a millones de jóvenes atraídos por ese nihilismo creativo y gritón, de inspiración underground… aunque vendiese más que nadie. Repasamos vida y obra de un icono sin el que no se pueden entender los años noventa.
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Javier Martínez y Leticia Aróstegui
Rocío Mendoza, Rocío Mendoza | Madrid, Álex Sánchez y Virginia Carrasco
Sara I. Belled y Clara Alba
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