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Nos deja Cormac McCarthy al poco de estar de vuelta y tras casi dos décadas sin publicar. A sus 89 años y tras 16 de silencio editorial, el legendario, genial y esquivo narrador de 'La carretera' había reaparecido con una novela doble, 'El pasajero' y ' ... Stella Maris'. Hoy son el último legado de uno de los gigantes de las letras estadounidenses del último medio siglo, que murió este martes en la sureña ciudad de Santa Fe. Como Thomas Pynchon y Salinger, McCarthy había decidido vivir al otro lado del espejo, lejos de la fama y el acoso admirativo de su millones de agradecidos lectores y espectadores de las grandes películas surgidas de sus novelas y que son westerns modernos a veces con pulso metafísico.
Ganador de un Premio Pulitzer entre otros muchos galardones, McCarthy falleció a punto de cumplir 90 años, según informó la editorial Knopf, y lamentó también su compañero de profesión Stephen King. «Cormac McCarthy, quizás el mejor novelista estadounidense de mi tiempo, ha fallecido a los 89 años. Estaba lleno de experiencia y creó una excelente obra. Lamento su fallecimiento», le despedía King en redes sociales.
«Durante casi seis décadas los libros de Cormac McCarthy han cambiado el panorama literario y han influido en generaciones de autores y artistas», agregaba su editor Reagan Arthur, «muy orgullosos» de publicar «sus extraordinarias e inimitables obras». Y es que las novelas de McCarthy, que exploran un mundo sombrío de violencia y marginados, recibieron los todos los grandes premios literarios anglosajones y fueron adaptadas al cine, como 'Todos los hermosos caballos', 'La carretera' y 'No es país para viejos'.
Con su último y celebrado díptico abundó McCarthy en los mundos de la física cuántica, la filosofía de las matemáticas y la locura que tan presentes están en su obra. Se cuestionaba también la existencia de Dios y las nociones de cielo e infierno a través de la atormentada historia de los hermanos Bobby y Alicia Western, obsesionados por el papel de su padre, un físico que participó en el desarrollo de la bomba atómica.
McCarthy nació en Rhode Island en 1933, en una acomodada familia de origen católico. Pasó su niñez en Knoxville, Tennessee, donde situó sus primeras cuatro novelas. Heredero de la tradición de William Faulkner o Flannery O'Connor, se convirtió sin proponérselo en uno de los gigantes de las letras norteamericanas, en la cima de su generación junto a Thomas Pynchon o Don DeLillo.
La biografía de este esquivo narrador es todo un enigma. Concedió apenas doce entrevistas en toda su vida, la última a Oprah Winfrey en 2007, cuando ganó el Pulitzer por 'La carretera', para aclarar que escribir es para él «una compulsión».
La violencia extrema y la devastación moral marcan novelas como 'No es país para viejos' (2005), que discurre el implacable suroeste de EE UU, y 'La carretera' (2006), la épica huida de un padre y un hijo en un mundo apocalíptico, cuyo éxito fue universal.
Tras títulos como 'El guardián del vergel' (1965), 'La oscuridad exterior' (1968), 'Hijo de Dios' (1973) y 'Suttree' (1979), McCarthy triunfó con 'Meridiano de sangre' (1985), y sobre todo con la 'Trilogía de la Frontera' (1992-1998), conformada por 'Todos los hermosos caballos' (1992), 'En la frontera' (1994) y 'Ciudades de la llanura' (1998). Por sus ficciones ha merecido premios como el Pulitzer, el National Book Award y el National Book Critics Circle Award.
La primera adaptación al cine de una de sus obras fue la de 'Todos los hermosos caballos' (2000), dirigida por Billy Bob Thornton y con Matt Damon y Henry Thomas como protagonistas. Siguieron 'La carretera' (2009), dirigida por John Hillcoat y protagonizada por Viggo Mortensen, y 'No es país para viejos', dirigida por los hermanos Coen, protagonizada por Javier Bardem, que encarna al asesino a sueldo Anton Chigurh, y ganadora de cuatro Oscars, incluido el de mejor película y el de mejor actor de reparto para Javier Bardem. 'Oscuridad exterior' (2009) fue adaptada por Stephen Imwalle, e 'Hijo de Dios' (2013) por James Franco.
«Estas extraordinarias novelas no se parecen en nada a lo que Cormac McCarthy haya escrito antes, y aunque ambas deben leerse y experimentarse por separado, representan dos caras de una misma moneda narrativa», aclaraba su editor sobre 'El pasajero' y 'Stella Maris'.
Preocupado por el mundo metafísico, 'El pasajero' es la historia de un buzo de salvamento obsesionado por la pérdida, temeroso de las profundidades acuáticas, perseguido por una conspiración que va más allá de su comprensión y que anhela una muerte que no puede reconciliar con Dios.
Ambientada en Nueva Orleans y la costa del Golfo en 1980, a Bobby Western, que descubre algo sospechoso en los restos de un avión hundido, le atormentan los recuerdos de su hermana Alicia, un ser brillante que acabó suicidándose y cuya historia se desarrolla en 'Stella Maris'. Hay citas a Ibiza y Formentera, donde McCarthy escribió una de sus primeras novelas.
'Stella Maris' se desarrolla en 1972 y se presenta como «un retrato íntimo del dolor y la nostalgia», de la joven Alicia Western. Diagnosticada con esquizofrenia paranoide, está internada en un centro psiquiátrico en Wisconsin donde trata de comprender su propia existencia. Planteada como un diálogo entre los médicos y la paciente, narra cómo su búsqueda de teorías matemáticas originales le llevó al borde de la locura.
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