Cuando componía, la australiana Iyah May apuntó contra la guerra, la polarización política y, sobre todo, los laboratorios farmacológicos y la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su gestión de la pandemia de covid. Médico de profesión y cantante amateur, May acusa a la industria de enriquecerse con un «virus creado por el hombre». Con la «muerte de millones» hacen la «mayor ganancia de sus vidas», entona en la canción Karmageddon.
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Conspiranoica en el tema de la salud, no sigue, sin embargo, la misma línea en otros temas. Critica la guerra de Israel en Palestina, que califica de «genocidio»; la corrupción política y los feminicidios. Su canción comienza mencionando los tuits «de mierda» de Elon Musk, una «guerra de Twitter» que a ella la abruma.
La joven promesa australiana soltó su sencillo en el espacio digital a mediados de noviembre. Durante la producción se quedó sin representante musical, ha repetido en sus 'reels' cada día de diciembre. «Dio por finalizado nuestro contrato porque me negué a cambiar la letra», aseguraba, sin mencionar nombres, mientras pedía a sus seguidores ayuda para compartir su tema y llegar al número uno.
Su rebeldía, continuaba May en otro vídeo corto, también le costó su discográfica y su «trabajo». Por suerte para ella, en unos días, «esta canción es 'trending'», afirmó, después de rodearse de figuras como la nutricionista Barbara O'Neill, quien asegura que el cáncer se puede curar con bicarbonato de sodio. La revista Newsweek aseguró que se había convertido en la «nueva favorita de la derecha política».
Libre en Instagram pero «bloqueada» en Facebook, según su versión, dice que «quisiera que esta historia no fuera verdad y estaba indecisa sobre compartirla, pero entendí que no estoy sola en este sentimiento». Ayudada por su estilo de porrista sexy, hizo viral su tema, en el que se mete también con Taylor Swift, Kardashian, Drake o Balenciaga.
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Opuesta a la «cultura de la cancelación», May se crió en «un pueblito selvático» de Queensland y su carrera musical comenzó en la casa del músico Shaggy, en Nueva York, ciudad donde ella estudiaba medicina, según su web. No hay más referencias, ni perfil de Wikipedia. Su registro anterior de canciones llega a cuatro, la primera hace cinco años.
El ruido alrededor de Karmaggedon, su nuevo single después de tres años, le lleva a los 150.000 oyentes en Spotify y al Top20 de iTunes y sigue escalando posiciones. Con este «himno de las personas que se sintieron invisibles», May da también una lección de 'marketing'. Ha nacido la estrella de la gran conspiración.
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