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José Antonio Guerrero y Leticia Aróstegui (diseño)
Madrid
Lunes, 19 de febrero 2024, 00:07
¿Sabías que el marco que protege el cuadro más famoso del Prado es del siglo XX? Así es, la enmarcación de 'Las meninas' (1656) se elaboró en 1928 y es la cuarta que guarnece la gran obra de Velázquez. Y como si de un juego de espejos se tratara, imita las molduras de los cuadros que aparecen dentro del propio lienzo. Estas y otras curiosidades forman parte de la última propuesta del Museo del Prado para acercarnos a su formidable colección de marcos, seguramente las cuatro esquinas más ignoradas y desconocidas del museo pese a estar a la vista de todos.
Gemma García Torres, historiadora, restauradora y responsable de la colección de marcos del museo del Prado, ha comisariado una exposición que consiste en un itinerario por 40 marcos seleccionados de entre los más de ocho mil que atesora la pinacoteca nacional. De su mano hemos recorrido once molduras, quizás las más expresivas, que comprenden casi 800 años de historia, desde la época medieval hasta el siglo XXI.
Marcos y pinturas, uña y carne del arte, han evolucionado contagiándose unos a otros de su belleza hasta el punto de hacer difícil distinguir si una técnica artística sobresale sobre la otra. Como bien dice nuestra cicerone, «los marcos funcionan como un canal de comunicación que nos introduce silenciosa y mágicamente en el mundo creado por el artista». Los visitantes pueden disfrutar presencial y virtualmente de este itinerario hasta el próximo 31 de marzo. Y también hacerlo en este reportaje visual.
(Anónimo, finales del s. XIII)
Estamos ante el marco más antiguo del itinerario y es el original de la pintura. Es un frontal de altar que procede de la iglesia románica de San Esteban de Guils, de Cerdanya (Girona). De moldura lisa y sencilla, es una pieza fija e inseparable de la obra y que lleva su misma policromía. El autor es anónimo. «En esta época los realizaban carpinteros, ebanistas, y doradores, y cada gremio se va encargando de una parte del marco, pero son diferentes personas», detalla la comisaria de la exposición.
‘Lapidabant stefanu’, inscripción en latín en alusión a la escena de la lapidación de San Esteban
‘Sepelierunt stefanu’, inscripción en latín en alusión al entierro
Cuatro largueros fijados a la pintura, dando lugar a una pieza fija e inseparable
Policromado al temple con colores sencillos y decoración lineal, igual que la pintura
‘Lapidabant stefanu’, inscripción en latín en alusión a la escena de la lapidación de San Esteban
‘Sepelierunt stefanu’, inscripción en latín en alusión al entierro
Cuatro largueros fijados a la pintura, dando lugar a una pieza fija e inseparable
Policromado al temple con colores sencillos y decoración lineal, igual que la pintura
‘Lapidabant stefanu’, inscripción en latín en alusión a la escena de la lapidación de San Esteban
‘Sepelierunt stefanu’, inscripción en latín en alusión al entierro
Cuatro largueros fijados a la pintura, dando lugar a una pieza fija e inseparable
Policromado al temple con colores sencillos y decoración lineal, igual que la pintura
‘Lapidabant stefanu’, inscripción en latín en alusión a la escena de la lapidación de San Esteban
‘Sepelierunt stefanu’, inscripción en latín en alusión al entierro
Cuatro largueros fijados a la pintura, dando lugar a una pieza fija e inseparable
Policromado al temple con colores sencillos y decoración lineal, igual que la pintura
En la parte superior observamos elementos que complementan la iconografía de lo representado, el Pantocrator y distintos momentos de la vida de San Esteban. Así aparecen las palabras 'Lapidaban Estefanus' y 'Sepelierum Estefanus' junto a escenas de la lapidación y el entierro de San Esteban.
(Anónimo, 1474-1479)
Este marco perteneció al hoy desaparecido retablo de la iglesia de Santo Domingo de Silos, en Daroca (Zaragoza). Era un retablo enorme que se perdió en un incendio y solo se conservó esta icónica tabla central, que representa a Santo Domingo de Silos entronizado como obispo, obra de Bartolomé Bermejo. Marco y pintura son originales de la misma época (siglo XV).
Arquitecturas caladas similares a las de la pintura, propia de los modelos del gótico internacional
El oro invade tanto la madera tallada como la pintura
Largueros laterales a modo de columnillas
Arquitecturas caladas similares a las de la pintura, propia de los modelos del gótico internacional
El oro invade tanto la madera tallada como la pintura
Largueros laterales a modo de columnillas
Arquitecturas caladas similares a las de la pintura, propia de los modelos del gótico internacional
El oro invade tanto la madera tallada como la pintura
Largueros laterales a modo de columnillas
Arquitecturas caladas similares a las de la pintura, propia de los modelos del gótico internacional
El oro invade tanto la madera tallada como la pintura
Largueros laterales a modo de columnillas
Su arquitectura sigue los modelos del gótico internacional y reproduce tracerías de arcos apuntados, florones, gabletes y pináculos, entre otros motivos decorativos. Le acompañan dos largueros laterales a modo de columnillas que siguen la misma tipología. En este caso, el marco se relaciona con la pintura al reproducir en su interior unas arquitecturas iguales a las de su enmarcación. «El oro invade tanto la madera tallada como la pintura, dando una sensación de majestuosidad a todo el conjunto», explica la comisaria.
(Anónimo, hacia 1494)
Esta enmarcación flamenca del siglo XV guarnece un tríptico del Bosco. Está compuesta por tres marcos, el central más amplio que los laterales, realizados en madera de roble, típico de las tablas de los Países Bajos. Es un marco original que destaca por su sencillez, basada en el uso de estrechas molduras talladas, alternando elementos dorados y otros policromados en negro.
Las molduras doradas se adaptan a la forma de la pintura en su cimera semicircular, lo que proporciona un toque de luz al cuadro
Madera de roble, típica de las tablas de los Países Bajos
Ensamblaje a caja y espiga reforzado con clavijas
Larguero inferior, en forma de vierteaguas, que funciona como un canal de entrada a la pintura, en la que el espectador se introduce a la altura de las figuras
Las molduras doradas se adaptan a la forma de la pintura en su cimera semicircular, lo que proporciona un toque de luz al cuadro
Madera de roble, típica de las tablas de los Países Bajos
Ensamblaje a caja y espiga reforzado con clavijas
Larguero inferior, en forma de vierteaguas, que funciona como un canal de entrada a la pintura, en la que el espectador se introduce a la altura de las figuras
Las molduras doradas se adaptan a la forma de la pintura en su cimera semicircular, lo que proporciona un toque de luz al cuadro
Madera de roble, típica de las tablas de los Países Bajos
Ensamblaje a caja y espiga reforzado con clavijas
Larguero inferior, en forma de vierteaguas, que funciona como un canal de entrada a la pintura, en la que el espectador se introduce a la altura de las figuras
Las molduras doradas se adaptan a la forma de la pintura en su cimera semicircular, lo que proporciona un toque de luz al cuadro
Madera de roble, típica de las tablas de los Países Bajos
Ensamblaje a caja y espiga reforzado con clavijas
Larguero inferior, en forma de vierteaguas, que funciona como un canal de entrada a la pintura, en la que el espectador se introduce a la altura de las figuras
Su elemento más característico es el larguero inferior con su vierteaguas, una especie de talud que funciona como un canal de entrada a la pintura, en la que el espectador se introduce a la altura de las figuras de manera inconsciente. «Es un efecto interesante y está ahí por algo», señala Gemma García Torres, que llama la atención sobre el carro del heno, «que lleva la misma tipología del marco». La enmarcación «delicada y elegante» proporciona un toque de luz al óleo del Bosco.
(Anónimo, hacia 1547)
Esta moldura del Renacimiento que custodia un óleo de Pedro Machuca es uno de los grandes marcos del Prado, hasta el punto de que atrapa la atención del espectador y se 'come' la pintura. Se le denomina tabernáculo o marco arquitectónico, y sus elementos decorativos se basan en modelos clásicos. Es una tipología de marcos que nace en Italia en el siglo XVI y se extiende por todo el mundo.
Pareja de hombres desnudos que parecen abrazarse
Guerreros desnudos que recuerdan a los del grabado de Hércules y los gigantes
Caballo alado
Jinete en actitud bélica monta sobre un extraño cuadrúpedo
Templete que separa los dos grupos
Figuras femeninas con el cuerpo inferior formado por una gruesa cola dragoniana
Fecha de terminación del retablo (1547) y nombre de la comitente (Doña Inés de Castillo)
Guerreros desnudos que recuerdan a los del grabado de Hércules y los gigantes
Pareja de hombres desnudos que parecen abrazarse
Jinete en actitud bélica monta sobre un extraño cuadrúpedo
Caballo alado
Fecha de terminación del retablo (1547) y nombre de la comitente (Doña Inés de Castillo)
Figuras femeninas con el cuerpo inferior formado por una gruesa cola dragoniana
Guerreros desnudos que recuerdan a los del grabado de Hércules y los gigantes
Pareja de hombres desnudos que parecen abrazarse
Jinete en actitud bélica monta sobre un extraño cuadrúpedo
Caballo alado
Fecha de terminación del retablo (1547) y nombre de la comitente (Doña Inés de Castillo)
Figuras femeninas con el cuerpo inferior formado por una gruesa cola dragoniana
Guerreros desnudos que recuerdan a los del grabado de Hércules y los gigantes
Pareja de hombres desnudos que parecen abrazarse
Jinete en actitud bélica monta sobre un extraño cuadrúpedo
Caballo alado
Templete que separa los dos grupos
Fecha de terminación del retablo (1547) y nombre de la comitente (Doña Inés de Castillo)
Figuras femeninas con el cuerpo inferior formado por una gruesa cola dragoniana
En la parte de arriba podemos ver guerreros, y mascarones y en las columnas aparecen animales fantásticos… de hecho en la terminología de la época se las denominaba columnas monstruosas. En la parte inferior hay una cartela roja sujetada por dos caballos alados que hace referencia a quién encargó este pequeño templete. Lo mandó hacer Doña Inés de Castillo, mujer de García Rodríguez de Montalvo, regidor de esta villa en 1547. Nos queda por dilucidar el nombre de la villa, probablemente Medina del Campo.
(Anónimo, hacia 1600)
Este marco custodia el único Caravaggio del Prado, 'David vencedor de Goliat' y es un ejemplo de la llamada estructura de cassetta, un término italiano que significa caja o ventana, en alusión a que nos permite ver como a través de una ventana todo lo que se está representando.
Canto (parte más alejada de la pintura)
Entrecalle (donde se suele concentrar la decoración, en este caso a punta de pincel)
Filo (parte más cercana a la pintura)
Perfil exvasado, donde la altura del filo es superior a la del canto.
Esto acerca el plano de la pintura hacia adelante, acentuando el efecto de dramatismo y teatralidad
Canto (parte más alejada de la pintura)
Filo (parte más cercana a la pintura)
Entrecalle (donde se suele concentrar la decoración, en este caso a punta de pincel)
Perfil exvasado, donde la altura del filo
es superior a la del canto.
Esto acerca el plano de la pintura hacia adelante, acentuando el efecto de dramatismo y teatralidad
Canto (parte más alejada de la pintura)
Filo (parte más cercana a la pintura)
Entrecalle (donde se suele concentrar la decoración, en este caso a punta de pincel)
Perfil exvasado, donde la altura del filo
es superior a la del canto.
Esto acerca el plano de la pintura hacia adelante, acentuando el efecto de dramatismo y teatralidad
Entrecalle (donde se suele concentrar la decoración, en este caso a punta de pincel)
Canto (parte más alejada de la pintura)
Filo (parte más cercana a la pintura)
Perfil exvasado, donde la altura del filo es superior a la del canto.
Esto acerca el plano de la pintura hacia adelante, acentuando el efecto de dramatismo y teatralidad
Son marcos muy sencillos. En la entrecalle observamos una decoración de roleos vegetales hechos con una técnica que se llama estofados a punta de pincel, que consiste en pintar los motivos decorativos directamente sobre la superficie dorada. Cuenta Gemma García Torres que este tipo de decoración incide en la pintura. «Estos roleos generan de manera inconsciente en nuestro cerebro diagonales que nos ayudan a percibir de manera más clara la composición del cuadro». El marco está diseñado para acentuar el dramatismo del Caravaggio. Se conoce como marco de perfil exvasado, una técnica que 'empuja' la pintura hacia el espectador.
(Anónimo, s. XVII)
Italia es el gran productor de marcos artísticos en el Renacimiento, pero en España aparece en el XVII una tipología de marco muy característica de nuestro país, el marco barroco español.
Entrecalle en caveto policromada imitando mármol o jaspe
Pequeño canto con hojas esquemáticas doradas
Filo de hojas y lenguas doradas
Decoración tallada de hojas de acanto en centros y esquinas
Perfil exvasado, donde la altura del filo es superior a la del canto
Decoración tallada de hojas de acanto en centros y esquinas
Filo de hojas y lenguas doradas
Entrecalle en caveto policromada imitando mármol o jaspe
Perfil exvasado, donde la altura del filo es superior a la del canto
Pequeño canto con hojas esquemáticas doradas
Decoración tallada de hojas de acanto en centros y esquinas
Filo de hojas y lenguas doradas
Entrecalle en caveto policromada imitando mármol o jaspe
Perfil exvasado, donde la altura del filo es superior a la del canto
Pequeño canto con hojas esquemáticas doradas
Filo de hojas y lenguas doradas
Decoración tallada de hojas de acanto en centros y esquinas
Entrecalle en caveto policromada imitando mármol o jaspe
Pequeño canto con hojas esquemáticas doradas
Perfil exvasado, donde la altura del filo es superior a la del canto
Al igual que en el Caravaggio, esta tipología sigue el mismo perfil exvasado con igual decoración en esquinas y centros, pero en este caso pasa de ser bidimensional (pintado) a ser tridimensional (tallado). Aquí, la entrecalle imita el mármol, que funciona muy bien con la pintura. No se trata del marco original de la pintura, pero sí es de la misma época.
(Talleres Reales, segunda mitad del s. XVIII)
La corriente neoclásica está presente en el itinerario con los marcos de Colección Real. Son marcos dorados, muy sencillos y tallados en madera de pino que proceden de obras de distintos palacios y sitios reales (como esta pintura de Rubens) y que llegan al Museo del Prado en el año de su inauguración, en 1819. Este es un marco de la segunda mitad del XVIII (no es de la época de la obra) del tipo 'Salvator Rosa', el artista italiano Salvator Rosa (1615-1673), que los utilizaba para enmarcar la mayoría de sus lienzos y que dio nombre a estas enmarcaciones.
El filo presenta hojas mates y lenguas bruñidas que funcionan como focos de iluminación
Hojas inclinadas en el canto, que giran en distintas direcciones creando juegos de luces
Caña con aspas cruzadas en el contrafilo
Hojas inclinadas en el canto, que giran en distintas direcciones creando juegos de luces
El filo presenta hojas mates y lenguas bruñidas que funcionan como focos de iluminación
Caña con aspas cruzadas en el contrafilo
Hojas inclinadas en el canto, que giran en distintas direcciones creando juegos de luces
Caña con aspas cruzadas en el contrafilo
El filo presenta hojas mates y lenguas bruñidas que funcionan como focos de iluminación
Caña con aspas cruzadas en el contrafilo
El filo presenta hojas mates y lenguas bruñidas que funcionan como focos de iluminación
Hojas inclinadas en el canto, que giran en distintas direcciones creando juegos de luces
Tiene su origen en Roma, inspirado en el clasicismo arquitectónico, en concreto, en la sucesión de cimas y golas de las basas de las columnas dóricas. En estas tipologías se introduce una hoja inclinada en el canto del propio marco. Las hojas giran en una dirección o en otra creando juegos de luces que potencian la tridimensionalidad de la tela. Los Salvator Rosa tuvieron variantes españolas, por ejemplo el marco Calleja, uno de los cuatro que custodió a 'Las meninas'.
(Francois Charles Boteux, 1783)
«Este marco hay que ponerlo sí o sí», exclama nuestra cicerone, que lo ha escogido como imagen del itinerario expositivo. Es una talla firmada por el escultor galo Francois Charles Boteux, que enmarca a Luis XVI, rey de Francia y de Navarra, y el último monarca antes de la Revolución Francesa. Es una de las piezas más importantes de la colección por su calidad técnica y por cómo se relaciona con la pintura. Es un marco de exaltación, igual que la propia tela.
En los ángulos se colocan apliques donde figuran las iniciales ‘L’ por Louis, ‘A’ por Auguste, ‘R’ por Roi y ‘DF’ por De France
Alegoría del sol, en alusión al rey Luis XIV y la saga familiar
Collar de la Orden del Santo Espíritu, del que pende una medalla formada por una estrella de ocho puntas con
una paloma en el medio
Inscripción que explica que este cuadro fue un regalo del rey al conde de Aranda
Collar de la Orden del Santo Espíritu, del que pende una medalla formada por una estrella de ocho puntas con
una paloma en el medio
Alegoría del sol, en alusión al rey Luis XIV y la saga familiar
En los ángulos se colocan apliques donde figuran las iniciales ‘L’ por Louis, ‘A’ por Auguste, ‘R’ por Roi y ‘DF’ por De France
Collar de la Orden del Santo Espíritu, del que pende una medalla formada por una estrella de ocho puntas con
una paloma en el medio
Alegoría del sol, en alusión al rey Luis XIV y la saga familiar
En los ángulos se colocan apliques donde figuran las iniciales ‘L’ por Louis, ‘A’ por Auguste, ‘R’ por Roi y ‘DF’ por De France
Inscripción que explica que este cuadro fue un regalo del rey al conde de Aranda
Alegoría del sol, en alusión al rey Luis XIV y la saga familiar
En los ángulos se colocan apliques donde figuran las iniciales ‘L’ por Louis, ‘A’ por Auguste, ‘R’ por Roi y ‘DF’ por De France
Collar de la Orden del Santo Espíritu, del que pende una medalla formada por una estrella de ocho puntas con
una paloma en el medio
Inscripción que explica que este cuadro fue un regalo del rey al conde de Aranda
Realizado en 1783, sigue el modelo del llamado marco-trofeo, decorado con lanzas, estandartes, escudos reales, coronas, hojas de laurel, flores de lis y toda la panoplia de símbolos que 'remarcan' el poder del monarca retratado. Luis XVI utilizaba estas pinturas y su marco-trofeo como regalos diplomáticos a los embajadores para publicitar su autoridad. Este en concreto, y como se puede leer en la cartela de la parte inferior, fue un obsequio del rey al conde de Aranda, embajador de España en Francia.
Tallado en roble francés, el marco habla del propio cuadro, es decir todos sus elementos iconográficos están destinados a realzar más la figura del rey, a reforzar la imagen que el propio soberano quiere transmitir. De poco le sirvió. Acabó ejecutado en la guillotina diez años después.
(Taller parisino Guéret Frères, 1876)
Estamos ante otro de los marcos más espectaculares de la colección. Enmarca un retrato de Josefa Manzanedo, obra de Raimundo de Madrazo. Otra madera espectacular imposible de disociar de la pintura. Completamente tallado en madera de boj, sigue la tipología del marco de Luis XVI pero evoluciona hacia un tipo de ornamentación más romántica, con guirnaldas florales (rosas y lilas) que caen por los laterales, expresión del gusto de la marquesa retratada. Las guirnaldas se mezclan con un cortinaje de latón dorado, que imita la seda del vestido de la noble señora. «Es un marco increíble, una talla riquísima que realmente es un alarde de virtuosismo técnico», describe la comisaria, que resalta cómo el marco se introduce dentro de la pintura, formando parte del mismo cuadro.
Guirnalda de flores entrelazadas (rosas y lilas) que caen por los laterales
Pieza de latón dorado que imita la seda de la vestimenta de la marquesa
Carcaj con flechas
Guirnalda de flores entrelazadas (rosas y lilas) que caen por los laterales
Pieza de latón dorado que imita la seda de la vestimenta de la marquesa
Carcaj con flechas
Guirnalda de flores entrelazadas (rosas y lilas) que caen por los laterales
Pieza de latón dorado que imita la seda de la vestimenta de la marquesa
Carcaj con flechas
Guirnalda de flores entrelazadas (rosas y lilas) que caen por los laterales
Pieza de latón dorado que imita la seda de la vestimenta de la marquesa
Carcaj con flechas
Está firmado en la parte inferior con la marca de la prestigiosa casa parisina Guéret Frères, de cuyos talleres salió en 1876. Es posible conjeturar que Madrazo habría tenido en cuenta el carácter monumental del marco al plantear la composición pictórica del cuadro.
(Marcos Corzón, 2004)
La pieza que enmarca 'Una huelga de obreros en Vizcaya', obra de 1892 de Vicente Cutanda, se hizo en 2004. El marco original se perdió, pero a través de una fotografía antigua se pudo hacer esta reproducción, que se semeja a las vigas metálicas (con los tornillos incluidos) como las que se fabricaban en la siderúrgica escenario de la huelga.
Los largueros simulan las vigas metálicas de una fábrica de siderurgia, con los tornillos incluidos
Hecho en madera, funciona como complemento iconográfico de la pintura
Los largueros simulan las vigas metálicas de una fábrica de siderurgia, con los tornillos incluidos
Hecho en madera, funciona como complemento iconográfico de la pintura
Los largueros simulan las vigas metálicas de una fábrica de siderurgia, con los tornillos incluidos
Hecho en madera, funciona como complemento iconográfico de la pintura
Los largueros simulan las vigas metálicas de una fábrica de siderurgia, con los tornillos incluidos
Hecho en madera, funciona como complemento iconográfico de la pintura
El diseño del marco original pudo ser del propio artista, que seguramente quiso con él complementar la iconografía de la pintura. A pesar de su apariencia, está hecho en madera.
(Casa Cano, 1928)
¡Qué curioso que un cuadro del siglo XVII lleve un marco del siglo XX! Lo cierto es que 'Las meninas' tuvo nada menos que cuatro enmarcaciones. La original era un marco dorado y tallado del que nunca más se supo. Luego la protegió un Calleja, como los de la Colección Real; más tarde uno de la Casa Marquina, que se acopló al cuadro a finales del XIX, hasta que en 1928 se colocó el último marco, el que guarece 'Las meninas' en la actualidad. Es un marco de rizado holandés, una técnica decorativa realizada a base de ondas y ajedrezados, que se suele aplicar sobre maderas de ébano o que lo aparentan (ebonizado).
Marco de rizado holandés, un tipo de ornamentación a base de ondas y ajedrezados (que imitan las casillas de un tablero de ajedrez)
De gran espesor y con distintos niveles de decoración, de acuerdo con las proporciones de las Meninas
Los marcos pintados en el cuadro (habituales en las estancias cortesanas españolas en el s. XVII), inspiraron este marco
Marco de rizado holandés, un tipo de ornamentación a base de ondas y ajedrezados (que imitan las casillas de un tablero de ajedrez)
Los marcos pintados en el cuadro (habituales en las estancias cortesanas españolas en el s. XVII), inspiraron este marco
De gran espesor y con distintos niveles de decoración, de acuerdo con las proporciones de las Meninas
Marco de rizado holandés, un tipo de ornamentación a base de ondas y ajedrezados (que imitan las casillas de un tablero de ajedrez)
Los marcos pintados en el cuadro (habituales en las estancias cortesanas españolas en el s. XVII), inspiraron este marco
Los marcos pintados en el cuadro (habituales en las estancias cortesanas españolas en el s. XVII), inspiraron este marco
Marco de rizado holandés, un tipo de ornamentación a base de ondas y ajedrezados (que imitan las casillas de un tablero de ajedrez)
De gran espesor y con distintos niveles de decoración, de acuerdo con las proporciones de las Meninas
Si Velázquez propone en 'Las meninas' el juego del observador observado, el marco del cuadro 'juega' también con el interior del propio lienzo. Esta última enmarcación se basa en los marcos que había en la corte de los Austrias cuando se pintó 'Las meninas', en 1656. En aquel momento eran de rizo holandés, una tipología del norte de Europa, generalmente tallados en la oscura madera de ébano. El marco de 'Las meninas' no es de ébano sino de madera de pino, pero está ebonizado. Dentro del propio cuadro de Velázquez, todas las pinturas que se pueden observar al fondo de la sala, incluido el marco del espejo en el que aparecen reflejados los reyes, llevan esa tipología de marco. O sea, los marcos pintados en el cuadro inspiran el propio marco del cuadro, un guiño del siglo XX que seguramente 'molaría' al pintor sevillano.
Las imágenes de los cuadros han sido cedidas por el Museo Nacional del Prado.
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Javier Martínez y Leticia Aróstegui
Rocío Mendoza, Rocío Mendoza | Madrid, Álex Sánchez y Virginia Carrasco
Sara I. Belled y Clara Alba
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